Emerson prefiere no tocarla en casa
El jugador del Madrid defiende peor y pide menos el bal¨®n en el Bernab¨¦u que fuera
Emerson lleg¨® al Madrid con fama de caudillo. Le llamaban Puma y le avalaba Capello, un entrenador que emplea la palabra "guerrero" cada vez que quiere dedicar un piropo. Con estos ep¨ªtetos sus nuevos compa?eros se hicieron una idea de Emerson que abarcaba de todo menos el miedo. Sin embargo, a Emerson el Bernab¨¦u le acompleja. Lo constataron sus colegas y el propio Capello el d¨ªa del derby. Tras el partido contra el Atl¨¦tico, en el vestuario, el brasile?o se mostr¨® abrumado. No comprend¨ªa que la gente le pitara y le increpara. Ve¨ªa las gradas tan pr¨®ximas y a los hinchas madridistas en ellas de un humor tan malo que no pod¨ªa dejar de experimentar un estado de desorientaci¨®n. Despu¨¦s de diez a?os en clubes de suburbios recoletos con hinchas complacientes (Leverkusen) o militando para equipos que juegan a 30 metros de sus gradas, separadas del campo por una pista de atletismo, como la Juve y el Roma, el jugador se sinti¨® aturdido.
"Yo no tengo que dar espect¨¢culo", explica el brasile?o; "mi funci¨®n es muy concreta"
El desconcierto se prolong¨® el martes pasado, cuando, al ser sustituido en el partido contra el Lyon, recibi¨® una sonora pita de los tribunos m¨¢s nobles de Chamart¨ªn: la grada preferente del lateral este, colindante arriba con el palco y abajo con el banquillo, detectaron algo que dicen las estad¨ªsticas. Cuando juega en casa, Emerson roba menos balones y elabora menos el juego. Quienes ven su mejor versi¨®n son los hinchas contrarios. Los n¨²meros avisan que ma?ana en Mestalla, Emerson jugar¨¢ mejor.
El Madrid fich¨® a Emerson para que aportase "equilibrio", seg¨²n Fabio Capello, y esto se traduce en defender. Sin embargo, de los medios defensivos que ha tenido el club en las ¨²ltimas diez temporadas, Emerson no ha sido el que m¨¢s balones ha robado. S¨®lo supera a Diarra y a Makelele. Diarra, su pareja de zona, porque es el pivote libre; Makelele, porque jugaba en un equipo que ten¨ªa mucho m¨¢s la pelota.
Emerson pierde menos balones que otros pivotes, como Pablo Garc¨ªa o Redondo, porque no interviene tanto en el juego. Capello le pide que lo evite y ¨¦l cumple escrupulosamente. "Tengo que trabajar para el equipo", asegur¨® ayer, consecuente; "yo no tengo que dar espect¨¢culo, tengo una funci¨®n muy concreta".
Como no quiere distraerse, Emerson prefiere iniciar las jugadas lo menos posible. En su estadio ha dado 36 pases y ha intervenido en 30 jugadas de media por partido. Fuera, se ha ofrecido m¨¢s -41 pases y 34 jugadas de media por partido- y ha defendido mejor -seis robos de bal¨®n en casa contra siete fuera.
Dice Mijatovic que las recuperaciones de bal¨®n son un valor de lo que llama "f¨²tbol moderno". Tambi¨¦n constituyen un m¨¦rito f¨¢cil de medir. Antiguamente, los jugadores eran admirados por exhibir otras condiciones. El manejo, la habilidad, el sentido t¨¢ctico y el pase de Schuster, Clodoaldo, Fal?ao o Redondo no se pueden expresar num¨¦ricamente. Sin embargo -y sin ser un volante defensivo-, Redondo debi¨® adaptarse a Capello y le demostr¨® que pod¨ªa quitar m¨¢s balones que nadie sin renunciar a pedir la pelota para conducir al equipo. Redondo se pasaba los partidos grit¨¢ndole a sus compa?eros: "?D¨¢mela! ?D¨¢mela!".
En su ¨²ltima campa?a con el Madrid, Redondo recuper¨® un bal¨®n cada 13 minutos y perdi¨® uno cada 20. La relaci¨®n entre variables refleja un grado de eficacia al que Emerson todav¨ªa no ha llegado. El brasile?o recupera un bal¨®n cada 14,5 minutos y pierde uno cada 19. En el balance de p¨¦rdidas por partido, Emerson desperdicia menos balones que Redondo (4,9 frente a 5,4) porque el argentino interven¨ªa en todas las jugadas mientras que Emerson se abstiene de hacerlo.
Gravesen, muy criticado al final de su corta etapa en el Madrid, siempre se quej¨® de que lo ficharon para defender cuando ¨¦l era un centrocampista de ataque. Sin embargo, recuper¨® un bal¨®n cada 12 minutos y perdi¨® uno cada 17. Estos n¨²meros mejoran los de Emerson. Los de Pablo Garc¨ªa tambi¨¦n. El uruguayo logr¨® una recuperaci¨®n cada 14 minutos y una p¨¦rdida cada 26. Al igual que Emerson, dijo que tampoco fich¨® por el Madrid para dar espect¨¢culo.
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