Montilla ofrece a la oposici¨®n un pacto para desarrollar el Estatuto catal¨¢n
Los votos de la izquierda hacen presidente de la Generalitat al primer secretario del PSC
Apoyado por los 70 diputados de la izquierda, el socialista Jos¨¦ Montilla fue investido ayer presidente de la Generalitat de Catalu?a con el compromiso de ganarse el "respeto" de la ciudan¨ªa, primero, y su "afecto", m¨¢s adelante. La investidura de Montilla lleg¨® tras m¨¢s de seis horas de debate entre los seis grupos de la c¨¢mara catalana, durante las que la oposici¨®n le reproch¨® en bloque no tener claras las prioridades de su gobierno y alert¨® del riesgo de inacci¨®n del Ejecutivo por las discrepancias de sus tres socios. Sin embargo, el presidente electo ofreci¨® a todas las fuerzas un pacto para desarrollar el Estatuto.
A las siete menos cuarto de la tarde, el presidente del Parlament, Ernest Benach, finalizaba el recuento de votos de los 135 diputados del hemiciclo y certificaba que Montilla hab¨ªa logrado la mayor¨ªa absoluta: 70 votos a favor y, en contra, los 65 de Converg¨¨ncia i Uni¨®, el Partido Popular y Ciutadans-Partido de la Ciudadan¨ªa.
Justo despu¨¦s, el ya presidente electo sub¨ªa al estrado y declaraba abierta una "etapa pol¨ªtica de m¨¢s acuerdo y di¨¢logo". Muchos vieron en estas palabras el sepelio definitivo del Pacto del Tinell, firmado en 2003 como hoja de ruta del Ejecutivo de Pasqual Maragall y que exclu¨ªa expl¨ªcitamente al Partido Popular de cualquier acuerdo pol¨ªtico. En este sentido, Montilla exhort¨® a los diputados a "dar ejemplo" de di¨¢logo y agradeci¨® especialmente el apoyo de los tres grupos parlamentarios que sustentar¨¢n su Gobierno: el del PSC, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya-Esquerra Unida i Alternativa. A estos partidos, pero tambi¨¦n a la oposici¨®n, les ofreci¨® pactar el desarrollo del Estatuto y otros grandes temas "de pa¨ªs", como la inmigraci¨®n. La toma de posesi¨®n de Montilla no se producir¨¢ hasta el martes, el d¨ªa que tambi¨¦n har¨¢ p¨²blica la composici¨®n de su gabinete. El pr¨®ximo lunes, el presidente del Parlamento comunicar¨¢ la investidura de Montilla al rey Juan Carlos.
Antes del momento dulce de la elecci¨®n, Montilla tuvo que capear un debate en el que la oposici¨®n le reproch¨®, adem¨¢s de falta de ilusi¨®n, tener un programa poco ambicioso y sin unas prioridades claras. El presidente de Converg¨¨ncia i Uni¨®, Artur Mas, augur¨® que el de Montilla, m¨¢s que un Gobierno ser¨¢ "una gestor¨ªa, eso s¨ª, bien gestionada pero sin hacer ruido y aparcando los temas conflictivos". Mas tambi¨¦n reproch¨® a Montilla tener una idea descafeinada del concepto "naci¨®n" . El candidato socialista, tras asegurar que tiene claro el concepto "desde muchos a?os antes" de que Mas entrara en pol¨ªtica, dijo que para ¨¦l una naci¨®n "no es otra cosa que una comunidad de personas en un territorio determinado, con unas caracter¨ªsticas determinadas y que se autoorganiza para gobernarse".
Mas, que tambi¨¦n hizo notar su enfado con ERC para apoyar a un presidente al que ni siquiera considera catalanista, recibi¨® una dura respuesta por parte del l¨ªder de ERC, Josep Llu¨ªs Carod Rovira. "No quiera competir en campa?as contra Esquerra Republicana con determinados profesionales de la comunicaci¨®n de Madrid"
Prudencia o inacci¨®n
El l¨ªder del PP, Josep Piqu¨¦, alert¨® al candidato socialista de los riesgos de confundir la prudencia con la "inacci¨®n". Lo dijo tras constatar los rodeos y ambig¨¹edades de Montilla a la hora de referirse a cuestiones que dividen al tripartito, sobre todo en materia de infraestructuras. Y es que para Piqu¨¦, el Gobierno de la Entesa Nacional de Progr¨¦s, como lo han autodenominado sus creadores, no es m¨¢s que la "segunda parte del fracaso del tripartito".
Con todo, tanto Piqu¨¦ como Artur Mas y tambi¨¦n el l¨ªder de Ciutadans, Albert Rivera, fueron permeables a las ofertas de mano tendida de Montilla para pactar el desarrollo estatutario. Mas acept¨® el ofrecimiento tras dejar claro que s¨®lo colaborar¨¢ con el Gobierno si ¨¦ste acude a ¨¦l de forma cohesionada, algo que no ocurri¨®, por ejemplo durante la tramitaci¨®n del Estatuto. Piqu¨¦, en una acci¨®n que volvi¨® a alinearlo con el estilo de su hom¨®logo andaluz, Javier Arenas, tambi¨¦n prometi¨® di¨¢logo para desarrollar el Estatuto. Eso s¨ª, siempre y cuando la carta auton¨®mica no se desarrolle antes de conocer el veredicto sobre la misma del Tribunal Constitucional. Albert Rivera, de Ciutadans, delimit¨® la posible entente al ¨¢mbito de las pol¨ªticas sociales.
Rivera, junto a Piqu¨¦, fueron los ¨²nicos que cuestionaron la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de la Generalitat. Al l¨ªder del Partido Popular, Montilla le respondi¨® que el catal¨¢n sigue necesitado, a d¨ªa de hoy, de medidas de discriminaci¨®n positiva. "Todav¨ªa hay mucha gente que se expresa en catal¨¢n de manera deficiente, yo soy un ejemplo", dijo Montilla recordando su origen andaluz. A Rivera, en cambio, le reproch¨® que mientras denuncia el supuesto hartazgo popular de pol¨ªticas identitarias, sea ¨¦l quien sistem¨¢ticamente las pone encima de la mesa. "Quiz¨¢s estos temas no interesen tanto a los ciudadanos, pero por lo visto s¨ª a Ciutadans", dijo Montilla.
Celebraci¨®n sin excesos
Con el fantasma de la alta abstenci¨®n todav¨ªa planeando sobre los 135 diputados, un fen¨®meno del que todos los partidos culparon a los excesos del pasado, ayer nadie ten¨ªa ganas de grandes celebraciones. Tampoco cuando el presidente del Parlamento oficializ¨® la elecci¨®n de Montilla. Hubo aplausos, pero contenidos. Y abrazos, pero sin grandes carcajadas. Los diputados de CiU, PP y Ciutadans no aplaudieron, pero s¨ª se levantaron en se?al de respeto. Al final, Artur Mas se acerc¨® a Jos¨¦ Montilla para, de forma escueta, desearle "suerte". El presidente Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero tambi¨¦n le telefone¨® para felicitarle.
El cava corri¨®, pero en la discreci¨®n que otorga el pasillo de acceso a los despachos del grupo socialista. Todo acorde con la personalidad del candidato. La moderaci¨®n se percib¨ªa tambi¨¦n en la tribuna de invitados, a la que acudieron los dirigentes del PSC pero no representantes pol¨ªticos de otras comunidades.
La esposa de Montilla tampoco quiso un lugar preeminente. Al igual que el jueves, Anna Hern¨¢ndez prefiri¨® sentarse en la zona destinada al p¨²blico y no en la de invitados.
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