Sobre el volc¨¢n
Quienes vivimos en M¨¦xico tenemos la sensaci¨®n, desde hace tiempo, de caminar sobre un volc¨¢n de conflictividad pol¨ªtica y social que puede entrar en actividad en cualquier momento. Las causas de ese estado de ¨¢nimo se personalizan en los tres presidentes que compartir¨¢n el escenario hasta el 1? de diciembre (despu¨¦s s¨®lo quedar¨¢n dos).
Andr¨¦s Manuel, el agitador. L¨®pez Obrador tom¨® protesta como "presidente leg¨ªtimo" el 20 de noviembre en el Z¨®calo capitalino. El entusiasmo de sus seguidores tiene de contrapunto la pasi¨®n de quienes lo descalifican con cr¨ªticas sonoras e hirientes algunas de las cuales se justifican, mientras que otras expresan miedos at¨¢vicos.
Andr¨¦s Manuel irrita porque desde la plaza avienta frases mordaces y duras: ?la elecci¨®n?: "fraudulenta"; ?Fox?: "traidor a la democracia"; ?Calder¨®n?: "pelele" de los poderes f¨¢cticos que explotan a los mexicanos. Es un lenguaje ¨¢spero pero representativo de esa parte del M¨¦xico resentido por la desigualdad econ¨®mica y por la p¨¦sima calidad de la elecci¨®n. Asusta porque trae a la memoria colectiva El llano en llamas del inmortal Juan Rulfo; en el M¨¦xico urbano se teme que el agitador incendie una calle propiedad de unos cuantos. En M¨¦xico los espacios p¨²blicos no sirven para pasear; son propiedad de la delincuencia, de los ambulantes y de quienes protestan en un pa¨ªs con Estado ausente. Pero si se quiere entender el origen y el futuro del enojo izquierdista tiene que hacerse un ejercicio dial¨¦ctico y pensar en la derecha.
Vicente, el fr¨ªvolo. Fox Quesada dejar¨¢ de ser presidente el 30 de noviembre. En el terreno democr¨¢tico entrega malas cuentas y lo que empez¨® en jolgorio termina en velorio. Alcanz¨® el poder en el 2000 gracias a que la izquierda y la derecha llegaron a un entendimiento en los a?os ochenta para impulsar elecciones limpias y confiables; y eso inclu¨ªa que el presidente se abstuviera de usar su poder para influir en la elecci¨®n del sucesor.
Con una frivolidad escalofriante, a los pocos meses de estar en el cargo Fox capitul¨® ante el viejo r¨¦gimen y se agot¨® el impulso renovador, y en el 2006 la derecha y el presidente rompieron el consenso porque, puestos a elegir entre los principios democr¨¢ticos y la preservaci¨®n del poder, optaron por lo segundo. No me cuento entre los que gritan "fraude", pero tampoco cierro los ojos a las m¨²ltiples irregularidades que enlodaron esta elecci¨®n y crearon la sensaci¨®n de agravio que alimenta la protesta.
En los cinco meses transcurridos desde la elecci¨®n, Fox y la derecha se han empe?ado en negar el agravio a la democracia. Insisten en hablar del futuro, en condenar al agitador y en poner como ejemplo a las izquierdas de otros pa¨ªses; desear¨ªan que el pasado reciente se transformara en inerte gobelino colgado en alg¨²n corredor oscuro de la historia. Esta actitud la comparte el presidente electo.
Felipe, el discreto. Calder¨®n Hinojosa se convertir¨¢ en presidente el 1? de diciembre... pero nadie sabe d¨®nde y c¨®mo se realizar¨¢ el ritual protocolario porque los tres partidos de izquierda decidieron impedir la ceremonia. Si mantiene su compromiso p¨²blico de ir al Congreso tendr¨¢ que hacerlo protegido por militares y polic¨ªas federales; si decide rendir protesta en otra sede ser¨¢ visto como el gobernante d¨¦bil... en un pa¨ªs en donde abundan los machos. Sea como sea, formar¨¢ gobierno y entonces terminar¨¢ la discreci¨®n mantenida durante los ¨²ltimos meses. ?Qu¨¦ har¨¢ y dir¨¢?
Los retos que Calder¨®n enfrenta son enormes. Por pragmatismo pol¨ªtico y por elemental justicia tendr¨ªa que dar prioridad a la pobreza y combatir a los ofensivos monopolios; dos banderas agitadas por su opositor en calles y plazas. Es posible que Calder¨®n lo entienda pero, ?querr¨¢, podr¨¢, enfrentarse a los poderosos que tanto lo apoyaron? En cuanto a la fractura pol¨ªtica el todav¨ªa presidente electo ha guardado un herm¨¦tico silencio, tal vez confiado en los efectos del tiempo. Ignoro si sobrevendr¨¢ el olvido, pero el "presidente leg¨ªtimo" lo utilizar¨¢ para recorrer el pa¨ªs recordando todo lo malo que hay en este pa¨ªs.
Sobre el volc¨¢n. M¨¦xico es un pa¨ªs maravilloso para algunos e injusto para otros. La pobreza es tan brutal como la expoliaci¨®n sistem¨¢tica que practican monopolios y oligopolios que act¨²an con tanta impunidad como los carteles del crimen organizado. Somos un pa¨ªs con Estado d¨¦bil, una de esas rep¨²blicas del s¨¢lvese quien pueda.
En M¨¦xico los cambios de r¨¦gimen han sido sangrientos y destructivos. La Independencia, la Reforma y la Revoluci¨®n dejaron un reguero de muertes y destrucci¨®n y lo an¨®malo ha sido lo pac¨ªfico de una transici¨®n con cuatro d¨¦cadas. Es deseable que la tranquilidad se mantenga y es probable que as¨ª sea.
Sin embargo, si el futuro de nuestra democracia es incierta se debe a la ruptura del entendimiento entre izquierda y derecha y a que un tercio de la poblaci¨®n sigue pensando que las elecciones dejaron de ser confiables. Y todas nuestras contradicciones y limitaciones brotan de ese tri¨¢ngulo formado por nuestros presidentes -el agitador, el fr¨ªvolo y el enigm¨¢tico- que contribuyen, cada cual a su manera, a una incertidumbre que trasciende a las personas y se hace sist¨¦mica. Vivimos sobre el volc¨¢n.
Sergio Aguayo Quezada es profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de M¨¦xico.
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