Una juez proh¨ªbe el retorno a su pa¨ªs de una menor por el riesgo de agresi¨®n
Los padres de acogida inician el lunes los tr¨¢mites de adopci¨®n
Un matrimonio de la pedan¨ªa jerezana de San Isidro del Guadalete (C¨¢diz) ha iniciado una batalla legal para evitar que Nhura Bendiny, una ni?a mauritana a la que acogieron hace seis a?os, vuelva a su pa¨ªs de origen desde donde la reclama su madre biol¨®gica. Un auto judicial ha prohibido de manera transitoria el regreso de la peque?a a Mauritania, donde fue violada con cinco a?os de edad.
"Se proh¨ªbe la salida del territorio nacional de la menor Nhura Benany por la protecci¨®n de la ni?a ante la posible implicaci¨®n de la madre biol¨®gica en un posible delito de agresi¨®n sexual".
Esta es la conclusi¨®n de la resoluci¨®n judicial que ha devuelto la esperanza a Rosa N¨²?ez y Francisco Rodr¨ªguez, una pareja que lucha desde sus escasas posibilidades econ¨®micas para evitar separarse de una ni?a que les envi¨® su madre biol¨®gica al no poder hacerse cargo de la menor.
"La ni?a ven¨ªa violada desde all¨ª con consentimiento de la madre, que lo permit¨ªa y sacaba dinero". Con estas palabras explica Rosa los motivos por los que tratan de impedir que la progenitora de Nhura logre llevarse a la peque?a, a la que reclama desde hace dos a?os.
Tras varias denuncias archivadas, la magistrada del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Jerez, Concepci¨®n Moreno, ha emitido un auto que impide el retorno de la menor. Y es que s¨®lo bastaron unos d¨ªas para que los padres de acogida de Nhura se percataran de que algo le pasaba a la ni?a de cinco a?os que hab¨ªa llegado desde el pa¨ªs africano.
Un m¨¦dico forense del hospital de Jerez confirmaba lo que m¨¢s tem¨ªan: la ni?a, que ya entonces contaba que hab¨ªa sido violada por un hombre que pagaba dinero a su madre, realmente hab¨ªa sido agredida sexualmente en Mauritania.
Trauma
El paso de los a?os fue curando el trauma de la peque?a, quien, en poco tiempo, aprendi¨® un nuevo idioma y nuevas costumbres. Nhura ya ha crecido. Tiene once a?os, va al colegio, juega con sus amigas y aprovecha buena parte de sus tardes para chatear a trav¨¦s de internet desde la biblioteca municipal con compa?eras que viven en pedan¨ªas cercanas.
Le aterra la posibilidad de tener que volver a Mauritania. "Si vuelvo, mi madre me va a vender", afirma la ni?a sin pesta?ear.
Este temor le ha llevado a intentar suicidarse hasta en dos ocasiones. "Se ha tomado pastillas porque dice que prefiere estar muerta antes que volver a Mauritania", explica Rosa. "La ¨²ltima vez los m¨¦dicos la cogieron a tiempo de milagro", a?ade.
Ma?ana lunes, Francisco y Rosa, que cuentan con los escasos ingresos que les reportan contratos eventuales en el sector de la construcci¨®n, inician los tr¨¢mites de adopci¨®n de Nhura. El auto judicial dictado esta semana les da un plazo de tiempo sin concretar para conseguir que la peque?a se quede en Jerez.
Una segunda opci¨®n que contemplan sus acogedores es solicitar el asilo para Nuhra, que ya cuenta con medidas especiales de protecci¨®n decretadas por el juzgado ante el riesgo de un posible secuestro.
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