Curas objetores y seglares cumplidores
La llamada del arzobispo de Granada a la desobediencia civil contra la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa encuentra escaso apoyo
Si hace unos meses muchos representantes de la Iglesia espa?ola sorprendieron al asistir pancarta en mano a las primeras filas de manifestaciones callejeras contra el Gobierno central, el arzobispo de Granada fue la semana pasada mucho m¨¢s all¨¢ en el nuevo esp¨ªritu iconoclasta de algunos miembros de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Javier Mart¨ªnez invit¨® a los padres a ejercer la "desobediencia civil" contra la Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, una asignatura incluida en la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE) aprobada en el Parlamento.
La llamada a la rebeld¨ªa, que ya hab¨ªa sido sugerida por otros altos cargos de la Iglesia, ha recibido cr¨ªticas feroces del Gobierno y la Junta y tampoco ha sido bien recibida por la mayor¨ªa de la comunidad educativa. Pero ?hay padres que realmente est¨¦n plante¨¢ndose que sus hijos no cursen una materia que ser¨¢ obligatoria y evaluable? ?Por qu¨¦ genera tanto debate esta asignatura? Y, sobre todo, lo que plantea el arzobispo ?es constitucional?
"Nada hay en la asignatura que permita la m¨¢s m¨ªnima duda de su constitucionalidad"
Las reacciones que han suscitado las palabras del prelado granadino hacen pensar que no cuenta con muchos adeptos. Las principales asociaciones educativas cat¨®licas se han desmarcado y aseguran que cumplir¨¢n con la ley. La mayoritaria, la Federaci¨®n Espa?ola de Religiosos de Ense?anza (FERE) ya ha dicho que no promover¨¢ la objeci¨®n en sus centros, mientras que la Confederaci¨®n Espa?ola de Centros de Ense?anza (CECE), que hace unos meses sugiri¨® la posibilidad de boicotear la nueva asignatura, tampoco se muestra ya partidaria de esta idea. "Los centros deben impartirla, sobre eso no tenemos ninguna duda", se?ala Rafael Cama?o, secretario general de CECE en Andaluc¨ªa. "Respetamos la opini¨®n del arzobispo y la de cualquiera que piense otra cosa, pero independientemente de las opiniones que tengamos cada uno, una vez que la asignatura aparece en el BOE, hay que aceptarla".
No obstante, Cama?o considera que los centros cat¨®licos s¨ª que deben intentar "adaptar" los contenidos de la materia a su propio ideario. "Un colegio no puede ir contra sus propias ideas". En opini¨®n de esta asociaci¨®n, la asignatura no deber¨ªa traspasar la frontera de "aquellos contenidos de naturaleza moral o que presupongan un determinado modelo de sociedad o de persona". ?Y cu¨¢les son esos contenidos? CECE cree que deber¨ªan quedarse fuera temas como "el modelo de familia o el matrimonio". Tal y como est¨¢ dise?ada hoy, Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa explica al alumno, por ejemplo, que existen familias formadas por parejas de hecho, matrimonios gays o monoparentales y que no es admisible discriminar a una persona "por raz¨®n de la orientaci¨®n afectivo-sexual". CECE tampoco est¨¢ de acuerdo con que la materia sea obligatoria y evaluable. "?C¨®mo se valora que un alumno ha adquirido un grado determinado de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa?". Desde esta asociaci¨®n creen que era m¨¢s acertado el modelo de la Logse, que no consideraba la tolerancia o la humanidad como materias "tranversales" que deb¨ªan transmitirse a trav¨¦s de todas las dem¨¢s asignaturas.
Pero ese modelo, para algunos, era una mera declaraci¨®n de intenciones que en la pr¨¢ctica se quedaba en nada. "Era todo tan transversal que al final se olvidaba que hab¨ªa que tratar esos temas", advierte Pilar Trigueros, presidenta de la Confederaci¨®n Andaluza de Apas por la Ense?anza P¨²blica (Codapa). "La asignatura que se plantea ahora es la misma que lleva 10 a?os imparti¨¦ndose en los pa¨ªses europeos m¨¢s avanzados en el sistema educativo", explica. Respecto a la invitaci¨®n a la desobediencia civil, Trigueros, quien se reconoce cat¨®lica, asegura sentir "indignaci¨®n". "Es muy duro que llamen a la insumisi¨®n por una asignatura que inculca valores a nuestros hijos pero no lo hagan cuando un pa¨ªs decide entrar en guerra".
La llamada a la objeci¨®n de conciencia y a la desobediencia civil no es, sin embargo, una idea original del prelado granadino. Algunas de las asociaciones m¨¢s conservadoras la promueven desde hace meses e incluso han publicado una gu¨ªa para explicar c¨®mo objetar. ?C¨®mo hacerlo? "Mediante un escrito dirigido al director del centro en el momento de inscribir o renovar plaza para nuestro hijo en el centro educativo para el curso 2007-2008 [cuando empieza a impartirse la asignatura]", explica el libro editado hace unas semanas.
El servicio de comunicaci¨®n de los obispos del sur de Espa?a (Odisur) entiende tambi¨¦n que "el derecho a la objeci¨®n de conciencia forma parte del derecho constitucional a la libertad ideol¨®gica y religiosa y no requiere de un desarrollo legal para ser directamente aplicable" y que no tendr¨ªa consecuencias ni para los padres ni para los ni?os. Gregorio C¨¢mara, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, rebate estos argumentos. "La desobediencia a la ley es una decisi¨®n extraordinariamente grave porque supone negar el orden jur¨ªdico y los fundamentos del propio Estado, raz¨®n por la que s¨®lo podr¨ªa estar justificada en una democracia ante situaciones l¨ªmite".
La asignatura en cuesti¨®n, no es una de ellas, seg¨²n C¨¢mara. "Nada hay en la mencionada asignatura que permita mantener la m¨¢s m¨ªnima duda sobre su plena adecuaci¨®n constitucional e incluso sobre su conveniencia para una sociedad democr¨¢tica avanzada".
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