Lo que pida el cuerpo
"La movida madrile?a no era otra cosa que ponerte hasta el culo de porros yendo de garito en garito en Malasa?a para acabar pedo perdido en el San Gin¨¦s", escribe un simplista en Google.
Como dir¨ªa Fabio McNamara, si es cierto que de unos a?os ac¨¢ ha encontrado la luz en la penumbra de las parroquias: "De todo hay en la vi?a del Se?or". Al fin y al cabo, si algunos curas son capaces de ejercer de pederastas, de obreros, de revolucionarios o de ultramontanos, ?por qu¨¦ no va a poder ejercer de meapilas quien abander¨® la transgresi¨®n social? Ayer de drag-queen pidiendo latas de sardinas en las entrevistas de promoci¨®n de su disco con Almod¨®var, y hoy propagando la Verdad Revelada. La clave es hacer y decir lo que pida el cuerpo.
Fue la convicci¨®n de que todo pasa y todo queda, pero que nos quiten lo bailado
Ahora se conmemoran los veintitantos a?os de la movida madrile?a, un movimiento indefinible porque no era tal salvo para alg¨²n soci¨®logo profesional o vocacional y alg¨²n periodista franc¨¦s, con el que se pretende definir un tiempo y una ciudad que sal¨ªan de una larga y mediocre noche de 40 a?os. Tiempo de bonanza econ¨®mica, de desconcierto en quienes hab¨ªan sacado tajada en las d¨¦cadas ominosas y de ganas de olvidarse cuanto antes del pasado entre los que simplemente hab¨ªan sobrevivido. Si a eso se le a?ade un alcalde tolerante y unas cuantas individualidades juveniles con talento y sin mala conciencia por no alardear de conciencia social, el resultado final fueron unos a?os divertidos en una ciudad ca¨®tica en la que se pod¨ªa tomar unas ca?as en La Bobia para sobrellevar la resaca, contemplar un concierto de Roxy Music en Usera o de Los Ramones en Vista Alegre, alg¨²n corto de Almod¨®var en El Pentagrama, y acabar envenenado en la sala Carolina mientras se intentaba entablar un di¨¢logo con las Costus, Antonio Banderas o Ceesepe, empe?o in¨²til salvo para los besugos porque nunca se llevaron bien la dial¨¦ctica y el garraf¨®n. Dicho con palabras m¨¢s sabias: "Tengo los huesos desencajados, / el f¨¦mur tengo muy dislocado; / tengo el cuerpo muy mal, / pero una gran vida social" (Bailando, Carlos Berlanga, 1982).
Fruto de aquel tiempo fueron varias obras musicales, cinematogr¨¢ficas y pl¨¢sticas de inter¨¦s, muchas risas, bastantes cad¨¢veres y la convicci¨®n de que todo pasa y todo queda, pero que nos quiten lo bailado. Unos alcanzaron la cima, otros cr¨ªan malvas y los m¨¢s no pueden evitar una sonrisa cuando leen que se van a celebrar reuniones, mesas redondas y conmemoraciones varias de los veintitantos a?os de la movida financiados por el Gobierno de do?a Esperanza Aguirre.
"S¨®lo ha sido un sue?o, cerillas en un apag¨®n. Se detuvo el tiempo, se nos escap¨® la raz¨®n y cuando lleg¨® nuestra noche nos dimos valor. Pero ha sido un sue?o que ya termin¨®. La culpa es del viento, cruzando calles de dolor, so?ando despiertos, dejamos el suelo t¨² y yo", cantaron Los Secretos. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede decir? Quiz¨¢s, y no es seguro, lo que dijo quien firma Meit en Internet: "Viva el skate -skate or die- k del skate no se habla".
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