Vender la econom¨ªa
El Gobierno debe, seg¨²n el autor, explicar los logros econ¨®micos para que los ciudadanos dejen de creer que es fruto de la casualidad
En el a?o 2002, la econom¨ªa espa?ola crec¨ªa al 2,1%, la confianza de los ciudadanos en la econom¨ªa era del 60% y triunfaba el slogan de "Espa?a va bien". En el a?o 2006, la econom¨ªa crece al 3,8%, pero la confianza ciudadana es de s¨®lo el 40% y el Gobierno no ha logrado colocar su mensaje de que "Espa?a va mejor". ?Qu¨¦ pasa para que la ciudadan¨ªa no perciba el buen momento econ¨®mico?
La respuesta se encuentra en la confluencia de dos estrategias paralelas, del Gobierno y de la oposici¨®n, que se han venido complementando desde el principio de la legislatura. Por un lado, el Gobierno prioriz¨® las reformas pol¨ªticas sobre las econ¨®micas, convencido de que no se pod¨ªan simultanear decisiones innovadoras en los dos terrenos estando en minor¨ªa y con el PP lanzado a una oposici¨®n feroz. Por otro lado, el PP decidi¨® olvidarse del debate econ¨®mico hasta que las cosas se torcieran para el Gobierno. El resultado es que desde entonces ya no hablamos de econom¨ªa.
El PP decidi¨® olvidarse del debate econ¨®mico hasta que las cosas se torcieran para el Gobierno
Este "desinter¨¦s" se ha mantenido durante dos a?os y medio, pero creo que no ser¨¢ permanente. En primer lugar, porque para el Gobierno la econom¨ªa (que se est¨¢ acelerando) es un seguro de vida electoral ante los vaivenes del proceso de paz. Y en segundo lugar, porque el PP pretender¨¢ apuntalar su perfil de gobierno con un discurso econ¨®mico m¨¢s serio, en el caso de que la pronosticada desaceleraci¨®n no les permita hacer una cr¨ªtica m¨¢s s¨®lida.
Hasta que eso ocurra, el Gobierno hablar¨¢ de econom¨ªa y la oposici¨®n de terroristas. Desde el pasado debate del estado de la naci¨®n, esta din¨¢mica se repite una y otra vez: los dirigentes socialistas comienzan sus discursos ensalzando la buena situaci¨®n econ¨®mica, pero sus argumentos se diluyen ante la contundencia del demag¨®gico discurso popular en el terreno pol¨ªtico. El mensaje econ¨®mico del Gobierno no cala, los medios no se hacen eco del mismo, y lo que es peor para el Ejecutivo, la ciudadan¨ªa no le atribuye responsabilidad alguna en la buena coyuntura actual.
Sin embargo, esto no tiene por qu¨¦ ser as¨ª permanentemente. Hay una forma de superar la indiferencia ciudadana y la desatenci¨®n medi¨¢tica respecto de los temas econ¨®micos. Para que esa tendencia cambie, el Gobierno no debe hablar s¨®lo de los buenos datos coyunturales, sino atribu¨ªrselos con argumentos. Para ello, debe demostrar que no son fruto de la casualidad, o de las rentas del PP, sino que se deben a su buen hacer. Debe explicar por qu¨¦ la econom¨ªa, que se iba a desacelerar, parece cobrar nuevos br¨ªos y con una forma m¨¢s equilibrada. Debe hacer p¨²blico que tiene una estrategia de pol¨ªtica econ¨®mica que engloba las reformas ya aplicadas y las de los pr¨®ximos a?os. Sin dar cuentas del punto de partida y de las medidas adoptadas, es imposible que el Gobierno consiga rentabilizar su mensaje econ¨®mico, por mucho que repita las cifras m¨¢s positivas de forma machacona.
El Programa Nacional de Reformas de Espa?a (www.pnr.es) re¨²ne todas las caracter¨ªsticas necesarias para convertirse en la plataforma que el Gobierno necesita si quiere explicar su gesti¨®n econ¨®mica. M¨¢s ahora que su coordinador ser¨¢ candidato a la alcald¨ªa de Madrid, y la actualizaci¨®n del PNR ha sido su ¨²ltimo trabajo al frente de la Oficina Econ¨®mica del Presidente. El PNR re¨²ne algunas de las mejores caracter¨ªsticas del candidato y sus equipos, como el rigor anal¨ªtico, la visi¨®n de medio plazo y una inalterable disposici¨®n a ponerse objetivos y a rendir cuentas de los progresos alcanzados, en un proceso constante de actualizaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas que necesita el pa¨ªs.
El PNR, adem¨¢s, concita consenso. Para su elaboraci¨®n, el hasta ahora Mr. Lisboa solicit¨® y obtuvo la participaci¨®n de representantes de todas las comunidades aut¨®nomas, del Parlamento, de los interlocutores sociales y de las C¨¢maras de Comercio. El texto recibi¨® una ¨®ptima valoraci¨®n por parte comunitaria, y los analistas lo calificaron como el segundo mejor de toda la UE-25. Espa?a recibi¨® incluso el reconocimiento de tener el mejor sistema de rendici¨®n de cuentas de toda Europa en el ¨¢rea econ¨®mica.
Seg¨²n el balance del primer a?o, ya se han puesto en marcha un 52% de las 310 medidas del PNR previstas para 2010. El avance en los dos grandes objetivos del programa (convergencia en renta per c¨¢pita y tasa de empleo) ha sido significativo, y es probable que se alcancen antes de la fecha prevista. Los logros en los objetivos parciales de cada uno de los siete ejes de acci¨®n del PNR tambi¨¦n han sido importantes. Por ejemplo, en el Eje 1, el objetivo de reducir la deuda al 34% del PIB se conseguir¨¢ en la mitad de tiempo previsto. En el Eje 2, la ejecuci¨®n del PEIT y del Programa Agua va del 13 al 29%. El Eje 3 muestra avances moderados en capital humano. El Eje 4 de Ingenio 2010 destaca ya por sus logros en producci¨®n cient¨ªfica, tecnol¨®gica, y en sociedad de la informaci¨®n (con incrementos del 21, 40 y 50% respectivamente). En el Eje 5, el Plan de Dinamizaci¨®n fue ejecutado en un 85%. Los m¨²ltiples acuerdos del di¨¢logo social protagonizaron el Eje 6. Y el Eje 7 se puso en marcha con la aprobaci¨®n del Plan de Fomento Empresarial.
Lo importante de todos estos datos no es su signo m¨¢s o menos positivo, sino su mera existencia. El Gobierno se arriesg¨® el a?o pasado al explicitar sus objetivos de pol¨ªtica econ¨®mica para 2010, aunque los medios no se hicieran eco. Pero este a?o se ha arriesgado a¨²n m¨¢s al dar cuenta de su progresi¨®n y al analizar con objetividad los avances y los retrasos experimentados. El Gobierno deber¨ªa explicar el PNR para poder atribuirse los buenos resultados actuales y venideros. La oposici¨®n deber¨ªa discutirlo para cuestionar la profundidad de esos cambios y su impacto relativo. Y, finalmente, los medios deber¨ªan tener inter¨¦s en exponerlo, aunque s¨®lo fuera porque dada la nueva candidatura socialista a la alcald¨ªa de Madrid, el documento puede terminar anticipando un futuro Programa Municipal de Reformas. En todo caso, ya falta menos para que al hablar de pol¨ªtica, tambi¨¦n hablemos de econom¨ªa.
Carlos Mulas-Granados es profesor de Econom¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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