El retorno del largo brazo de la CK
Si en el a?o 2006 el jefe de un Estado inmenso y poderoso, miembro reconocido de la comunidad internacional, fundador de la ONU, siempre m¨¢s temido que respetado, ha de negar p¨²blicamente haber ordenado el envenenamiento de alg¨²n conciudadano suyo, es que es ruso. Tiene viejos h¨¢bitos de juventud y cuando se descuida piensa en divertidas violaciones de mujeres indefensas como las que atribu¨ªa con jovialidad a otro jefe de Estado que las negaba vehementemente. Si adem¨¢s cree ante todo en la amenaza, desprecia la debilidad y las ansias de armon¨ªa de las democracias y considera que los adversarios pol¨ªticos mejoran cuando est¨¢n presos o muertos, es un viejo chekista, un gladiador m¨¢s que ideol¨®gico, mec¨¢nico en la l¨®gica de la imposici¨®n. Se llama Vlad¨ªmir Putin.
Nadie duda de que el r¨¦gimen comunista chino mata con mucha tranquilidad a sus disidentes internos ni que reg¨ªmenes como el iran¨ª, el sudan¨¦s, el guineano u otros liquidan si no sistem¨¢tica si expeditivamente a quienes consideran un peligro para su seguridad, poder e intereses.
Pero el retorno a la actualidad medi¨¢tica de la vieja organizaci¨®n de la sopa de letras que fue primero la c¨¦lebre CK (checa) del arist¨®crata bolchevique polaco, Feliks Dshershinski (escudo y espada del partido) y las OGPU, NKVD, KGB hasta llegar a la FSB hoy, con sus m¨¦todos tradicionales parece finalmente haber disparado las alarmas hasta de aquellos que quer¨ªan desesperadamente olvidarse de la catadura de Put¨ªn por el bien del negocio, las relaciones y el pr¨®ximo gasoducto. Estaba claro que iba a ser un problema para las democracias el valorar hasta d¨®nde y cu¨¢ndo aguantar las malas formas -brutalidad sovi¨¦tica- del nuevo rico que es el r¨¦gimen de Putin.
Con Chechenia se mir¨® hacia otro lado durante mucho tiempo. Gazprom demandaba discreci¨®n ante la pol¨ªtica de tierra quemada de Putin en el C¨¢ucaso. Pero como suele suceder, surgi¨® un v¨ªnculo que ataba las conciencias entre aquellos cr¨ªmenes y estos nuevos tan cercanos y ya no an¨®nimos y result¨® estar formado por una pareja improbable formada por dos nombres que habr¨¢n de grab¨¢rsenos en la memoria aunque vengan m¨¢s detr¨¢s: Anna Politk¨®svskaya y Alexander Litvinenko. Ella deber¨ªa haber huido hace tiempo a Occidente como tantos otros. Sab¨ªa que en Mosc¨² la habr¨ªan de matar. Alexander ya estaba aqu¨ª. Y vinieron a matarlo. No habr¨¢ madriguera donde puedan esconderse los enemigos del pueblo, dec¨ªan siempre Stalin y sus matarifes. Ahora es cuando los ingleses se enfadan. Cada vez m¨¢s seg¨²n constatan que el Kremlin ni siquiera se ha esforzado por ocultarse. "If it's unpolite to get drunk before breakfast it's even greater unpolitness to kill guests at friends houses". Un anfitri¨®n brit¨¢nico deseoso de quedar bien con el ruso -v¨¦ase la Reina de Inglaterra- le puede tolerar la borrachera antes del desayuno. Pero no que se dedique a matar a otros invitados.
Asegura Putin que nada tiene que ver con la muerte del exmiembro del KGB, Alexander Litvinenko envenenado por el elemento radioactivo polonio 210. Hace 25 a?os en Sof¨ªa un apparatchik llamado Boian Traikov nos aseguraba que Bulgaria no ten¨ªa nada que ver con el intento de matar a Juan Pablo II. Est¨¢ ya claro que, con buen criterio el KGB quiso matar a qui¨¦n ser¨ªa decisivo en acabar con la URSS. Pero la cultura de la CK ha vuelto. Hace d¨ªas apareci¨® muerto en Sof¨ªa Bozhidar Doyzev, jefe del archivo de los servicios b¨²lgaros, que serv¨ªan, como la Stasi, a Mosc¨² para trabajos sucios. En el atentado al Papa anterior y en del envenenamiento del disidente Georgi Markov con una c¨¢psula que le inyectaron con la punta de un paraguas. Fue tambi¨¦n aquello en Londres.
Pero aunque los v¨ªnculos de la muerte de Doyzev con las amenazas turcas al nuevo Papa y a este envenenamiento en Londres son casuales lo que es una certeza es que el aviso a todo ruso dem¨®crata y adversario interior o exterior del r¨¦gimen de Putin sobre la larga, implacable y efectiva mano castigadora del chequista contra sus enemigos tiene de nuevo la vigencia que no ten¨ªa desde la m¨¢s profunda guerra fr¨ªa.
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