"La tecnolog¨ªa es un modo de pensar"
Dos edificios de forma org¨¢nica h¨ªbrida, de placas de acero perforadas y cristal, con un presupuesto de 900 millones de euros, subir¨¢n 350 metros hasta coronar con los generadores e¨®licos en homenaje a Moholy-Nagy y argumento de sostenibilidad.
"El concurso [de Par¨ªs] ten¨ªa varias connotaciones personales", declar¨® ayer en Madrid el arquitecto, un nombre vinculado desde 1975 al estudio Morphosis, motor de vanguardia en California, extendido con proyectos en Estados Unidos, Asia y Europa, premio Pritzker 2005 por las innovaciones de formas y materiales en sus "edificios excitantes" (Gehry). En Madrid, cambia de escala al explicar las 141 viviendas p¨²blicas en Carabanchel -en equipo con Bego?a D¨ªaz-Urgorri, que forman parte de las exposiciones del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico, tras su presentaci¨®n en el MoMA de Nueva York- y los 25 a?os de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), en la plaza de Col¨®n.
"Vivimos en una cultura global, y esto no es peligroso, la historia del lugar enriquece y es la manera de pensar del siglo XXI"
"No hay una regla para construir torres, depende de cada ciudad, de sus necesidades sociales, su transporte. La torre no es un hecho aislado"
"Cuando visit¨¦ Par¨ªs en los a?os sesenta estaba fascinado por las ideas de los Archigram y la tecnolog¨ªa que se aplicaba en la construcci¨®n del Pompidou. Quer¨ªa volver a retomar ese tiempo, con una idea de la tecnolog¨ªa completamente diferente a la de Rogers y Piano. La tecnolog¨ªa no es una meta, es un modo de pensar y est¨¢ al servicio de una idea". La construcci¨®n de rascacielos en las ciudades actuales provoca en Mayne "una reflexi¨®n sobre la intensidad de la ciudad". "No se trata de la torre en s¨ª sino c¨®mo la ciudad interpreta esas torres. Madrid tiene algunas dentro de la ciudad y en Barcelona la de Nouvel no est¨¢ en el mismo centro; esta torre de Par¨ªs es distinta porque La Defensa no es Par¨ªs. Lo importante es la diversidad y la dial¨¦ctica entre lo antiguo y lo nuevo, y encontrar un m¨¦todo de integraci¨®n. Me interesan las formas pero tambi¨¦n el lugar de los edificios altos en el tejido existente, que tiene que ver con mi relaci¨®n con lo espec¨ªfico, encontrar una soluci¨®n entre las condiciones encontradas y la densidad que requiere la vida de hoy. No hay una regla para construir torres, depende de cada ciudad y de la mirada sobre las necesidades sociales, el transporte. La torre no es un hecho aislado. Me interesa la regeneraci¨®n urbana y las conexiones con la ciudad. Puede ser un icono en s¨ª mismo pero importa el modelo de ciudad".
En los modelos urbanos, Mayne se refiere a su propia ciudad, Los ?ngeles, con 16,5 millones de habitantes y 80 kil¨®metros de extensi¨®n, "que llega a sus propios l¨ªmites de sostenibilidad como ciudad", o la construcci¨®n de torres, "reflejo de la intensidad urbana en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX". El arquitecto cree que no habr¨¢ "cambios radicales" en el urbanismo del siglo XXI. "Va a continuar el movimiento hacia el centro de las ciudades, con las torres dentro y fuera de la misma, y conviviendo como complementario y ¨²til lo antiguo y lo nuevo. Como ocurre en Madrid".
Durante su encuentro con estudiantes de la Universidad Europea de Madrid, que investigan en tres zonas de la ciudad, pudo reflexionar tambi¨¦n sobre "estrategia y complejidad de los problemas urbanos, que no se basan en cuestiones de composici¨®n y est¨¦ticas sino que requiere un entendimiento de la multiplicidad de fuerzas que est¨¢n en juego". "Mi punto de vista de la arquitectura parte de la relaci¨®n con la ciudad, y me ha interesado desde el principio. En cada proyecto hay que encontrar lo espec¨ªfico de la cultura del lugar".
Con las viviendas p¨²blicas que construye en Madrid, con la arquitecta Bego?a D¨ªaz-Urgorri, Mayne declara que busca "una nueva tipolog¨ªa, el reto de romper con lo tradicional del desarrollo de las viviendas en manzanas, donde la arquitectura vaya m¨¢s all¨¢ de resolver una fachada para lograr m¨¢s porosidad entre dentro y fuera, analizar las condiciones sencillas del modo de vivir, desarrollar una comunidad, un pueblo, con parques y plazas. Con frecuencia las viviendas sociales dan una imagen institucional, y en lugar de repetir el discurso de la diversidad hay que ir a la individualidad de la propuesta, con la manera de vivir de cada persona. Entiendo que la casa es la expresi¨®n colectiva de la familia".
En los proyectos de viviendas p¨²blicas de Carabanchel, trabajan junto a Mayne y D¨ªaz-Urgorri otros nombres como Isozaki, Legorreta, Arango, Almqvist, Ferrater, Aranguren y Gallegos, y en los proyectos y obras de On Site sobre arquitectura espa?ola (en el Jard¨ªn Bot¨¢nico) el 30% son de arquitectos extranjeros. "Es el reflejo del tiempo en que vivimos", afirma Mayne, que construye en varios pa¨ªses. "Doy conferencias y clases en diferentes parte del mundo y los conceptos y las ideolog¨ªas est¨¢n en la cultura global. Lo he visto con los estudiantes de Madrid, que est¨¢n interesados en las mismas ideas. Vivimos en una cultura global, y esto no es peligroso, la historia del lugar enriquece y es la manera de pensar del siglo XXI, como una capa que se a?ade a la larga historia de las ciudades, y eso sucede desde el Renacimiento, y los inventos de hoy ser¨¢n la historia del ma?ana".
Durante su breve estancia en Madrid, con una mesa redonda ayer en los 25 a?os EMVS sobre la nueva edificaci¨®n, el premio Pritzker pudo conocer por sus colegas espa?oles algunos aspectos de la corrupci¨®n urban¨ªstica. "S¨®lo soy un arquitecto. La corrupci¨®n est¨¢ en la base del comportamiento humano, desde el origen de los tiempos, pero entiendo que la sociedad deber¨ªa ser transparente".
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