Bush exige a los aliados un mayor esfuerzo en Afganist¨¢n

George W. Bush record¨® ayer a los aliados que est¨¢n obligados a defender al que sea atacado, "sea en su propio territorio o en el exterior", en alusi¨®n a Afganist¨¢n. Con esta referencia al art¨ªculo 5 de la carta fundacional de la OTAN, el presidente de EE UU se implic¨® en el debate abierto entre los aliados sobre la actuaci¨®n en el pa¨ªs asi¨¢tico, con unos acusando a otros de no comprometerse a fondo en la misi¨®n. Jaap de Hoop Scheffer, secretario general de la Alianza, dijo que "Afganist¨¢n es una misi¨®n posible".

Bush no se anduvo con las sutilezas que han estado empleando durante semanas otros jefes de Gobierno o sus diplom¨¢ticos a prop¨®sito de las dificultades encontradas por algunos contingentes aliados en su lucha contra los talibanes y la negativa de algunos pa¨ªses a movilizarse a fondo a favor de quienes est¨¢n sufriendo el grueso de los embates.

En la lista de alrededor del centenar y medio de soldados ca¨ªdos este a?o en Afganist¨¢n figuran de forma destacada los estadounidenses, con unos 80, seguidos por brit¨¢nicos y canadienses, con cifras que rondan la cuarentena. La inmensa mayor¨ªa de los soldados de Washington cay¨® en el curso de la Operaci¨®n Libertad Duradera, de puro combate, y nunca EE UU pidi¨® apoyo a los dem¨¢s, consciente de que Libertad Duradera era una coalici¨®n de voluntarios, no una misi¨®n de la Alianza. Otros dos soldados aliados, probablemente de Estados Unidos, murieron ayer en un ataque suicida en una provincia vecina a la de Kabul.

Las mayores protestas contra la frialdad de los socios han venido de canadienses y brit¨¢nicos, con alg¨²n aporte holand¨¦s, miembros todos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, comandada por la OTAN) que se hizo cargo del sur del pa¨ªs el pasado 31 de julio. La resistencia ofrecida por los talibanes super¨® todas las expectativas hasta llegar a la Operaci¨®n Medusa del pasado septiembre, la mayor batalla en los casi 60 a?os de vida de la OTAN.

Queja canadiense

La Operaci¨®n Medusa fue un ¨¦xito t¨¢ctico aliado, que caus¨® a los talibanes m¨¢s de mil bajas, entre muertos y heridos, pero tambi¨¦n puso en evidencia la fragilidad de la estructura de ISAF. Los soldados canadienses tuvieron que llevar el grueso del combate, asistidos por los brit¨¢nicos y americanos y los de un pu?ado de pa¨ªses. Ottawa y Londres se han quejado intensamente de la soledad en que dicen combatir.

Bush acudi¨® ayer en su socorro. "La Alianza Atl¨¢ntica fue fundada sobre el claro principio de que el ataque a uno es un ataque contra todos", dijo el presidente. "El principio se aplica tanto si hay un ataque en territorio propio como si es sobre nuestras fuerzas desplegadas en nuestra misi¨®n de la OTAN en el exterior".

Fueron unas inesperadas palabras mayores. El art¨ªculo 5 de la Alianza s¨®lo se ha invocado una vez en la historia de la organizaci¨®n: al d¨ªa siguiente del 11-S, cuando todos los aliados se ofrecieron a ayudar a Washington. La oferta fue rechazada en aquel momento por Bush.

"Afganist¨¢n es hoy la m¨¢s importante operaci¨®n militar de la OTAN. Y estando todos juntos en Afganist¨¢n protegeremos a nuestra gente, defenderemos nuestra libertad y enviaremos un claro mensaje a los extremistas: las fuerzas de la libertad y la honradez van a imponerse", insisti¨® el presidente.

La amenaza, en casa

El secretario general aliado habl¨®, en otro discurso, de la necesidad de la OTAN de imponerse all¨ª donde se implique. "Afganist¨¢n es un caso ejemplar", dijo Scheffer. "O hacemos frente a las amenazas all¨ª donde surjan o acabar¨¢n lleg¨¢ndonos a casa".

"Afganist¨¢n es misi¨®n posible", indic¨® tras reconocer que el verano fue dif¨ªcil y decir que no hay que dejarse llevar por el pesimismo. "Tenemos que dotar adecuadamente a ISAF", insisti¨®. Y tras abundar en la eliminaci¨®n de limitaciones al uso de tropas pedidas por Bush y otros l¨ªderes dijo: "Un n¨²mero modesto, pero cr¨ªtico, de compa?¨ªas de reacci¨®n r¨¢pida y capacitadores pueden hacer una inmensa diferencia".

Con estas justas verbales como aperitivo, la cena de anoche cara a cara de los 26 l¨ªderes aliados se presentaba cargada. "Va a ser m¨¢s interesante que el comunicado", adelant¨® un diplom¨¢tico de uno de los pa¨ªses llamados a contribuir con m¨¢s intensidad.

En su intervenci¨®n, Bush se mostr¨® transido por el mesianismo que ha caracterizado su presidencia, defendiendo el principio de todo por la libertad, desde el futuro ingreso de Georgia en la OTAN al combate contra el "r¨¦gimen reaccionario" de Ir¨¢n.

Rusia figur¨® de pasada en su discurso, como un socio con el que hay que cooperar m¨¢s. Bush evit¨® referirse a la seguridad en el aprovisionamiento energ¨¦tico que busca la Alianza para el futuro, un asunto que tiene a Mosc¨² en el punto de mira. El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, no ha sido invitado a esta cumbre porque los aliados dijeron que quer¨ªan todo el tiempo disponible para discutir el futuro de la Alianza.

Aunque estaba prevista la presencia del presidente ruso al margen de la cumbre para entrevistarse con Jacques Chirac, un portavoz del Kremlin anunci¨® a ¨²ltima hora la anulaci¨®n de la visita por problemas "con la coordinaci¨®n de las agendas".