Diez aciertos, diez errores
La Fundaci¨®n para el Progreso de Madrid elabora un cat¨¢logo de horrores y buenas pr¨¢cticas de la gesti¨®n municipal y regional
Diez aciertos. Diez horrores. Son dos dec¨¢logos propuestos por la Fundaci¨®n para el Progreso de Madrid con la intenci¨®n de evaluar la gesti¨®n urban¨ªstica y cultural, en sentido amplio, de la realidad madrile?a durante el ¨²ltimo a?o. As¨ª lo hace desde hace siete a?os. Para ello cuenta con el criterio de un centenar de profesionales que se pronuncia sobre unos y otros y los que m¨¢s atenci¨®n concitan engrosan los 10 juicios definitivos. A los que acaba de emitir los ha denominado Cat¨¢logo de buenas pr¨¢cticas y Gu¨ªa de horrores urbanos, respectivamente.
Entre los aciertos, la fundaci¨®n, que preside el ex edil de Izquierda Unida Francisco Herrera y se autodefine como carente de ¨¢nimo de lucro, incluye la conexi¨®n entre el metro y la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas; la ampliaci¨®n del Banco de Espa?a; el cierre al tr¨¢fico de la calle de la Montera y la culminaci¨®n de las obras de restauraci¨®n de la bas¨ªlica de San Francisco el Grande, tras treinta a?os de andamiajes.
Entre los horrores figuran: la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, que hace saltar los l¨ªmites permisibles uno de cada cinco d¨ªas; los carriles-bici, que hoy por hoy considera quim¨¦ricos; el deterioro del centro hist¨®rico de Madrid, incluyendo el de la Plaza Mayor; m¨¢s la gesti¨®n del Museo de Bellas Artes de San Fernando, con carencias de personal que han impedido mantener abiertas todas sus salas; y, como culmen de los m¨¢s horrorosos errores, los planes generales urban¨ªsticos de Brunete, Morata de Taju?a, Las Rozas, Quijorna y Meco.
Lo primero que llama la atenci¨®n en esta propuesta evaluatoria es que el principal tema pol¨¦mico para los madrile?os, el soterramiento de la M-30, no aparece m¨¢s que de manera indirecta en el apartado vinculado a la contaminaci¨®n.
"Ya en el informe del a?o pasado incluimos el problema de la M-30 entre el primero de los errores", explica Herrera. En el panorama regional, a?ade, "asistimos a un proceso inquietante, que consiste en la sustituci¨®n del tejido pol¨ªtico democr¨¢tico generado durante la transici¨®n, por una serie de clanes pol¨ªtico-familiares configurados en torno a la transgresi¨®n urban¨ªstica". ?se es, en su opini¨®n, el m¨¢s peligroso de los horrores.
Las dianas y fallos se?alados por esta fundaci¨®n son, naturalmente opinables: no todo el mundo comparte sus juicios sobre la T-4 ni desde?a la situaci¨®n de los carriles-bici. Pero lo que resulta ins¨®lito es que alguna entidad se tome la molestia, incluso se atreva, desde la vida civil madrile?a, a enunciarlos. Am¨¦n de los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n, entidades como el Colegio de Arquitectos, el Club de Debates Urbanos o las Jornadas de Patrimonio, as¨ª como algunos segmentos inconformistas del movimiento vecinal madrile?o, acostumbran debatir cr¨ªticamente aquello que las administraciones asentadas en Madrid consideran, indefectiblemente, logros. Pero, salvo los partidos -por prescripci¨®n obligada-, pocas de esas entidades c¨ªvicas sistematiza anualmente sus evaluaciones de manera tan detallada. La Fundaci¨®n para el Progreso de Madrid persigue convertirse en referencias para la actuaci¨®n administrativa, estatal, regional y municipal en Madrid. Y ello, porque el tiempo en que Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, incluso la Administraci¨®n estatal, sancionaban p¨²blicamente sus propios actos, los refrendaban, intercambiaban actuaciones y se colocaban sobre sus respectivas pecheras numerosas medallas, ya ha pasado. "Madrid necesita de instituciones civiles que digan a esas administraciones qu¨¦ cosas est¨¢n bien hechas y cu¨¢les lo est¨¢n mal", se?ala Herrera. Ocupar este lugar de observador con pretensi¨®n de imparcialidad es, dice, el prop¨®sito de la fundaci¨®n que preside.
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