Estado de confusi¨®n
Entre todos los modelos de Estado que la sociedad globalitaria ofrece (Estado de Derecho, Estado del Bienestar, Estado de Sitio, Estado Gaseoso, Estado de Coma, ...), Galicia ha escogido libremente -eso s¨ª, a punta de pistola- el Estado de Confusi¨®n, o sea, el State of confusion de los Kinks. Es ¨¦ste un Estado en el que, como su propio nombre indica, se confunden cuatro puntos cardinales igualmente confusos: la velocidad, el tocino, el culo y las Cuatro T¨¦mporas (no necesariamente por este orden). No es que por ah¨ª fuera no sepan si subimos o bajamos, es que nos confunden con el pasamanos y nos dejan en el descansillo apoyados contra la pared como la se?ora de la limpieza deja los felpudos tras pasar la fregona. Es la conspiraci¨®n de la confusi¨®n. Nos l¨ªan entre incendios e inundaciones despu¨¦s de obsequiarnos con petr¨®leo cada equis tiempo que, al precio que va, parece un despilfarro pero siempre se trata de restos de serie de baja calidad. Confundidos, los peces, los crust¨¢ceos y los bivalvos no saben si morirse o mutar -que puede que venga a ser lo mismo- y los bichos de superficie, censados o no, lanzan la moneda al aire para tomar una decisi¨®n. Tras la desaparici¨®n de pastos por culpa del fuego cruel, las vacas comen pan y algunos humanos se dan al forraje, o sea, se forran. Las almejas de la orilla ven llegar las cenizas con las riadas y se aburren con tanto hacer de Ave F¨¦nix: hoy me quemo, ma?ana resurjo, pasado me vuelvo a quemar..., y as¨ª ad nauseam. Habr¨¢ que hacer caso a los grupos antitabaco y poner ceniceros en las playas para las almejas.
El Estado de Confusi¨®n es el truco del trilero: nos montan una mesita en el Obradoiro (tambi¨¦n se puede decir Obradeiro, como afirmaba Julio Iglesias, lo que aumenta nuestras posibilidades de fallar) y apostamos por una carta entre las tres que maneja el tunante de turno con rapidez y habilidad de pasmo. Siempre se pierde, porque, milagrosamente y de repente, aparece la bofia y el timador y sus c¨®mplices salen corriendo gritando "?agua, agua!". Se trata de confundir al timado porque en Compostela agua hay de sobra y llueve mucho y es in¨²til correr. Se nos vende as¨ª una plaga t¨ªpicamente espa?ola: la pertinaz sequ¨ªa, un fen¨®meno c¨ªclico que ahora importamos en mayores cantidades para cuando lleguen en masa los constructores mediterr¨¢neos a ofrecernos su particular ceremonia de la confusi¨®n inmobiliaria. "El golf y la madre que lo pari¨®", como dec¨ªa el humorista Eugenio, llegan al Morrazo porque en Cabo Vil¨¢n las pelotitas tendr¨ªan que llevar motor o se las llevar¨ªa el viento. Lo que conviene es no confundirse de agujerito y tirar el agua que para eso tenemos tanto vino.
No hay que desesperarse. El cableado cerebral gallego es asombrosamente parecido al de Extremo Oriente. El budismo Zen (que en gallego da Za) est¨¢ introducido en papelitos sorpresa con mensajes en nuestras empanadas. Lo que pasa es que comemos con tanta ansia que nos tragamos el papelito entre dos zamburi?as. Es as¨ª que Confucio, que era gallego como Crist¨®bal Col¨®n era irland¨¦s, afirmaba que los dioses carecen de inter¨¦s porque no hay manera de saber nada sobre ellos; y esto en la mente confucionista innata gallega se traduce en la desconfianza hacia los petroglifos y la pasi¨®n desmedida por los adosados y los centros comerciales, que nos liberan de la aldea aunque las transacciones sean un poco confusas. A Rosal¨ªa se le hubieran secado las l¨¢grimas si llega a ser la protagonista de la c¨¦lebre an¨¦cdota del monje budista que se encontr¨® a una mujer llorando al borde del camino:
- "?Por qu¨¦ lloras, mujer?"
- "Mi hijo ha muerto..."
Y arre¨¢ndole una bofetada, el monje espet¨®:
- "?Toma, para que tengas algo por lo que llorar!"
Si ya los hijos de Galicia viv¨ªan confundidos, ahora es nuestra Madre la que no entiende nada y asiste perpleja a la bofetada Zen (o sea, Za). La Vieira Gigante Terrestre que se disfraza de Cidade da Cultura perezvareliana escupe su cine Imax porque el arquitecto guiri lo confundi¨® con la palabra imaxe para regocijo de Carmina Burana y Deiviz Bobi, que est¨¢n de celebraci¨®n porque se casan por lo forestal. ?Qu¨¦ confuso es todo esto! julian@discosdefreno.com
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