El central que viv¨ªa en el gimnasio
Thuram convino con el Barcelona un plan de trabajo espec¨ªfico para adaptarse al juego de los azulgrana
Nacido en Ponte-a- Pitre (Guadalupe) el 1 de enero de 1972, Liliam Thuram se est¨¢ reinventando a sus 34 a?os en el Camp Nou, consciente de que para jugar en el Bar?a no le alcanza el palmar¨¦s, por mucho que lustre su fama de buen central. La condici¨®n de campe¨®n del mundo y de Europa con Francia; haber ganado la Copa con el M¨®naco, club en el que Ars¨¨ne Wegner le proyect¨® con 18 a?os; y las cuatro Ligas, dos Copas y dos Supercopas que reuni¨® en sus diez a?os de competici¨®n en Italia -cinco en el Parma y otras cinco con el Juventus- avalaron su fichaje por el club azulgrana. El curr¨ªculo, sin embargo, no le ha servido para quitarle el sitio a quien ven¨ªa jugando, y menos cuando el que ocupa su puesto es M¨¢rquez. As¨ª que durante la pelea por la titularidad con el mexicano, con Puyol o con Oleguer, Thuram comprendi¨®, y m¨¢s despu¨¦s de perder en el Bernab¨¦u (2-0), partido en el que Ra¨²l le gan¨® la partida, que se impon¨ªa una reacci¨®n, y obr¨® en consecuencia.
"Sigo un plan de trabajo diferente en el gimnasio; aqu¨ª no se trabaja tanto el f¨ªsico como en Italia" asegura Thuram, al tiempo que muestra su comprensi¨®n: "Los estilos de juego son muy diferentes y por eso el plan de trabajo es diferente", sostiene. "B¨¢sicamente, hemos llegado a un acuerdo. No es que lo haga todo distinto, es que hace m¨¢s", explica uno de los preparados f¨ªsicos del equipo, que a?ade otras razones: "Viene de jugar todos los partidos del a?o con la Juve, y seguramente por eso puede tener la sensaci¨®n de que est¨¢ flojo f¨ªsicamente". Y a?ade: "A los 34 a?os, ya se conoce el cuerpo y si le pide m¨¢s, le pide m¨¢s, no hay vuelta de hoja. Pero los par¨¢metros de las pruebas a los que sometemos a la plantilla demuestran que Liliam est¨¢ en buen tono", conviene. "Yo lo prefiero as¨ª", ahonda el jugador. "Nadie me lo impone, me ejercito por libre en el gimnasio porque creo que mi cuerpo se ha acostumbrado a una exigencia y quiero mantenerla".
Al tema f¨ªsico, agravado por la circunstancia de que Thuram se reincorpor¨® el ¨²ltimo durante la pretemporada barcelonista, se a?ade un aspecto t¨¢ctico que compete por igual a la mayor¨ªa de jugadores procedentes del calcio, y tambi¨¦n obviamente a su compa?ero azulgrana Zambrotta o al madridista Cannavaro. Habla Eusebio Sacrist¨¢n, ayudante de Frank Rijkaard: "No es lo mismo defender metido en una l¨ªnea de cuatro muy atr¨¢s, muchas veces incluso de cinco con tres centrales, que hacerlo con cuatro jugadores abiertos y los laterales que se van cada dos por tres, con 40 metros a tu espalda". "Estamos muy satisfechos con ¨¦l", subraya. "Si no juega m¨¢s -ha sido titular cinco veces en la Liga y dos en la Copa de Europa- es porque la competencia es dura", aclara Eusebio. "En el campo hablamos mucho. Es un tio que lee muy bien los partidos, muy comunicativo", apunta el capit¨¢n Puyol.
"S¨ª, me ha preguntado mucho. T¨¢cticamente el Bar?a es un equipo complicado para un defensa. He hablado mucho al respecto con Thuram", asegura Giuly. "El estilo es muy diferente. Aqu¨ª los defensas juegan muy adelantados", razona Thuram. "El juego del Barcelona es espectacular incluso al defender; en Italia juegas pegado al portero", aclara el defensa franc¨¦s, que lleg¨® al Camp Nou con la carta de libertad, aunque el club hizo constar los emolumentos que percibe -seis millones, los mismos que percib¨ªa en Tur¨ªn- como concepto de traspaso, por una cuesti¨®n de amortizaci¨®n y para no generar problemas comparativos en la ficha respecto a sus compa?eros.
"Lo m¨¢s costoso, sin embargo, no ha sido asumir lo f¨ªsico o t¨¢ctico", sostiene Thuram. "Me ha resultado m¨¢s complicado cambiar Italia pot Espa?a que del sistema de la Juve al Bar?a", explica. "Futbol¨ªsticamente he tenido que asumir nuevos conceptos, prescindir de movimientos a los que estaba muy hecho, porque el juego azulgrana tiene unas exigencias ¨²nicas", prosigue. "Pero lo que m¨¢s influye es la vida privada, las costumbres, empezando por cosas tan simples como los horarios de comidas. Tengo dos hijos y una esposa; sus problemas de adaptaci¨®n son los m¨ªos".
"La vida en el pueblo es perfecta, c¨®moda. Poco a poco voy descubriendo la ciudad", asegura Thuram, cuyos hijos van a la escuela en autobus p¨²blico. El pueblo es Sarri¨¤, el barrio de Barcelona donde vive contento -"no me arrepiento de haber emprendido esta aventura a mis a?os"- y a¨²n en plena fase de reconstrucci¨®n.
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