Hezbol¨¢ re¨²ne a 700.000 personas para exigir la dimisi¨®n del Gobierno liban¨¦s
Los fundamentalistas pretenden derribar al Ejecutivo del antisirio Fuad Siniora
El movimiento fundamentalista Hezbol¨¢ ha vencido en la batalla de las manifestaciones en L¨ªbano y ahora pretende hacerse con el Gobierno. El partido islamista chi¨ª y sus aliados prosirios lograron reunir ayer en el centro de Beirut, seg¨²n la polic¨ªa, a 700.000 de los cuatro millones de libaneses bajo una consigna: derribar el Ejecutivo de Fuad Siniora, al que acusan de comportarse como una mera marioneta de Estados Unidos y Francia. La ca¨ªda del Gabinete antisirio, que ya se tambalea, supondr¨ªa otro severo golpe a la pol¨ªtica de Washington en Oriente Pr¨®ximo.
Invisibles las banderas de Hezbol¨¢ por consigna del jeque Hasan Nasral¨¢, la plaza de los M¨¢rtires y las calles adyacentes, en las inmediaciones del palacio de Gobierno, se inundaron de ense?as libanesas. Era la pretensi¨®n de Hezbol¨¢ mostrar que el rechazo al Gabinete apoyado por Washington y Par¨ªs no se limita a los partidarios del movimiento fundamentalista. De hecho, los seguidores del general maronita Michel Aoun y de otros partidos afectos al r¨¦gimen de Damasco acudieron tambi¨¦n a la manifestaci¨®n.
Cuentan que cuando el dictador de Nicaragua Anastasio Somoza se reun¨ªa con el embajador de Estados Unidos, la gente dec¨ªa que hab¨ªa sido convocado el Consejo de Ministros. As¨ª es como ven Hezbol¨¢, el Movimiento Patri¨®tico Libre, dirigido por Aoun; Amal, el segundo partido chi¨ª, y dem¨¢s grupos prosirios que convocaron la protesta contra el Gabinete de Siniora. "Abajo con el Gobierno de Feldman", rezaban pancartas en alusi¨®n al embajador. "Fuera Estados Unidos de L¨ªbano", remachaba otro de los carteles m¨¢s repartidos entre la multitud. Justo lo contrario de lo que se escuchaba hace s¨®lo nueve d¨ªas en el mismo escenario, tras el asesinato del ministro de Industria, el cristiano falangista Pierre Gemayel. Entonces proliferaban carteles del presidente sirio, Bachar el Asad, con los ojos arrancados y se coreaban vivas a Estados Unidos. La profunda fractura pol¨ªtica y religiosa de la sociedad libanesa, que sufri¨® una cruenta guerra civil entre 1975 y 1990, resurge al comp¨¢s de los manejos que Teher¨¢n y Damasco, desde el este, y Washington y Par¨ªs, desde Occidente, ejercen sobre este desesperanzado pa¨ªs.
Y es que merced a la presi¨®n de EE UU y Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU aprob¨® en septiembre de 2004 la resoluci¨®n 1559 y forz¨® la retirada, en abril de 2005, de los 15.000 soldados sirios acantonados en L¨ªbano. Pero bien diferente es eliminar de ra¨ªz la tutela de Damasco, que obtuvo el benepl¨¢cito de la Casa Blanca a comienzos de la d¨¦cada de los noventa a cambio del apoyo de Siria a la coalici¨®n encabezada por EE UU que expuls¨® al Ej¨¦rcito iraqu¨ª de Kuwait. Los intereses del r¨¦gimen de El Asad en L¨ªbano son vitales para su supervivencia. El vicesecretario general de Hezbol¨¢, Naim Kassem, afirm¨® ayer en Al Manar, la cadena de televisi¨®n de Hezbol¨¢: "Le digo al Ejecutivo que no ser¨¢ capaz de gobernar L¨ªbano con una Administraci¨®n americana".
Hezbol¨¢ pretende la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional en el que se otorgue a los partidos prosirios una minor¨ªa de bloqueo sobre las decisiones cruciales. Los partidos antisirios no han aceptado la propuesta, y la reacci¨®n de Hezbol¨¢ y sus socios fue fulgurante: los ministros de este partido y de Amal abandonaron el Gabinete a comienzos del mes de noviembre. De los 24 ministros, seis han renunciado y uno ha sido asesinado. Si dimite uno m¨¢s, se perder¨¢ el qu¨®rum que exige la ley para otorgar legitimidad a las decisiones del Ejecutivo. Nasral¨¢, el presidente, Emile Lahoud, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri, insisten en que el Gobierno, independientemente del qu¨®rum, no es leg¨ªtimo porque no est¨¢ representada la minor¨ªa chi¨ª, tal como exigen los pactos constitucionales que privilegian a la minor¨ªa cristiano-maronita.
En el trasfondo subyace el conflicto por la creaci¨®n del tribunal internacional que juzgar¨¢ el magnicidio del ex primer ministro Rafik Hariri, a cuya constituci¨®n se oponen con vehemencia los partidos prosirios porque las pesquisas apuntan al r¨¦gimen de Damasco. Pero tambi¨¦n est¨¢ el deseo de Hezbol¨¢ de reformar la ley electoral, que establece cuotas a cada comunidad religiosa, para que la comunidad chi¨ª goce de una representaci¨®n acorde con su creciente peso demogr¨¢fico.
Ministros acorralados
El Gobierno de Fuad Siniora est¨¢ literalmente acorralado. Ocho de sus ministros duermen desde hace m¨¢s de una semana en el Gran Serrallo, las dependencias oficiales del Ejecutivo, a escasos cientos de metros de la explanada donde se celebr¨® la manifestaci¨®n. El temor a nuevos atentados es notorio. Tanto el l¨ªder druso, Walid Yumblat, como Saad Hariri, jefe del primer partido parlamentario, se?alan una y otra vez que ellos pueden ser las pr¨®ximas v¨ªctimas de un magnicidio. Los padres de ambos ya fueron asesinados.
El propio primer ministro pudo comprobar ayer la animadversi¨®n que genera en gran parte de los libaneses. Se asom¨® a un balc¨®n brevemente para observar la plaza atestada de gente. "Fuera Siniora", clamaron los opositores al Ejecutivo. Las protestas continuar¨¢n mientras el Gobierno no sea derrocado. Anoche, los manifestantes comenzaron a cortar las calles alrededor de la sede del Ejecutivo para impedir su actividad. Las medidas de seguridad son descomunales en el centro de Beirut. Pero el riesgo latente es que los ¨¢nimos caldeados de quienes desean un pa¨ªs a la occidental y de quienes tiene por modelo a Ir¨¢n estallen en enfrentamientos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Hezbol¨¢
- AMAL
- Fuad Siniora
- Ir¨¢n
- Manifestaciones
- L¨ªbano
- Actos protesta
- Consejo Seguridad ONU
- Protestas sociales
- Malestar social
- Oriente medio
- Estados Unidos
- Oriente pr¨®ximo
- ONU
- Pol¨ªtica exterior
- Grupos terroristas
- Asia
- Gobierno
- Terrorismo
- Administraci¨®n Estado
- Organizaciones internacionales
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Relaciones exteriores
- Problemas sociales