Nuevas (y viejas) formas de matar
El polonio 210 engrosa el amplio cat¨¢logo de sustancias utilizadas como armas mort¨ªferas
Con la muerte del ex esp¨ªa ruso Alexandr Litvinenko, el polonio 210 ha entrado en el amplio cat¨¢logo de las armas mort¨ªferas. In¨¦dito hasta ahora (que se sepa), el uso de este is¨®topo radiactivo para matar ha estado precedido por una larga lista de sustancias qu¨ªmicas y biol¨®gicas utilizadas en todo tipo de cr¨ªmenes, desde venganzas particulares hasta atentados, pasando por los asesinatos de Estado a cargo de los distintos servicios secretos, donde los venenos est¨¢n en el ranking de los m¨¦todos preferidos. El propio Litvinenko hab¨ªa dicho, tal vez premonitoriamente: "En nuestra agencia [sirvi¨® en el KGB y en su sucesor ruso, el Servicio Federal de Seguridad, FSB] el veneno (...) se ve¨ªa simplemente como una herramienta normal".
El caso m¨¢s c¨¦lebre es el del 'paraguas asesino', usado en la guerra fr¨ªa contra un disidente b¨²lgaro
Un empleado descontento de Florida coloc¨® germanio radiactivo en la silla de su jefe
El KGB desarroll¨®, aparte de pistolas ocultas en l¨¢pices de labios, un aerosol que disparaba cianuro
Desde el 11-S, c¨¦lulas de Al Qaeda tratan de obtener armas qu¨ªmicas, biol¨®gicas o radiactivas
El caso Litvinenko trajo inmediatamente a la memoria el del disidente b¨²lgaro Georgi Markov, muerto tambi¨¦n en Londres, aunque en plena guerra fr¨ªa (1978), por un veneno administrado con el c¨¦lebre paraguas asesino. Markov, que emit¨ªa a trav¨¦s de la BBC programas cr¨ªticos con el r¨¦gimen comunista b¨²lgaro, sinti¨® un pinchazo en el muslo derecho mientras esperaba el autob¨²s en el puente de Waterloo. Era un bal¨ªn con ricina, una toxina que se extrae de las semillas del ricino, lanzado con un paraguas dise?ado por el KGB. Muri¨® a los tres d¨ªas. Poco antes, Vlad¨ªmir Kostov, otro exiliado b¨²lgaro, sufri¨® un ataque similar en Par¨ªs, pero sobrevivi¨®, pues la bala se qued¨® en una capa superficial de su espalda.
Thomas Boghardt, historiador del Museo Internacional del Esp¨ªa, en Washington, donde hay una r¨¦plica del paraguas, describe otros ¨²tiles del KGB por correo electr¨®nico: aparte de pistolas ocultas en pintalabios o en paquetes de tabaco, hay varias armas que lanzan gas. Entre ellas, un aerosol que dispara cianuro, que se us¨® para matar a dos ucranios en M¨²nich en 1957 y en 1959.
Un antecedente del uso de part¨ªculas radiactivas se produjo en Florida (EE UU) en 2004. La polic¨ªa hall¨® tres peque?os paquetes con germanio 68 dentro del coj¨ªn de la silla del administrador de una cl¨ªnica. Las muestras hab¨ªan sido sustra¨ªdas poco antes de un esc¨¢ner de la propia cl¨ªnica, por lo que la investigaci¨®n apunt¨® a un empleado descontento. La v¨ªctima s¨®lo estuvo expuesta cuatro horas a una radiaci¨®n muy baja. De estar m¨¢s tiempo, pod¨ªa haber aumentado su riesgo de contraer c¨¢ncer.
Otro caso que recuerda al actual es el del banquero ruso Iv¨¢n Kivelidi y su secretaria, que en 1995 murieron por un veneno colocado en el auricular de su tel¨¦fono. Se habl¨® de cadmio, pero tambi¨¦n de una sustancia producida en un complejo qu¨ªmico ultrasecreto. Siete a?os despu¨¦s, el jordano Jatab, uno de los principales jefes rebeldes de Chechenia, muri¨® tras recibir una carta envenenada. El hoy presidente de Ucrania, V¨ªktor Y¨²shenko, tiene la cara deformada tras ingerir una dioxina (compuesto org¨¢nico t¨®xico) en 2004 cuando era candidato.
Pese a estos casos, "lo que m¨¢s se ha usado ¨²ltimamente es el talio", afirma Luis Oro, catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Inorg¨¢nica de la Universidad de Zaragoza e investigador del CSIC. De hecho, las autoridades brit¨¢nicas atribuyeron al principio el estado de Litvinenko a este metal, y m¨¢s tarde, a su versi¨®n radiactiva. Las ventajas, explica Oro, es que es "incoloro, inodoro, ins¨ªpido y soluble". Usado como raticida, es relativamente accesible y muy t¨®xico. "Sus s¨ªntomas confunden durante un tiempo, y para entonces, el da?o ya est¨¢ hecho". Se cree que los servicios secretos surafricanos del apartheid intentaron envenenar a Nelson Mandela con talio cuando estaba en prisi¨®n. Tambi¨¦n se baraj¨® por la CIA para acabar, si no con la vida, con la emblem¨¢tica barba de Fidel Castro, pues uno de sus efectos es la p¨¦rdida de pelo.
Pero quiz¨¢ m¨¢s alarmantes son los usos de sustancias t¨®xicas de forma masiva. En octubre de 2002, las fuerzas especiales rusas introdujeron un gas paralizante en el teatro Dubrovka, de Mosc¨², en donde 42 terroristas chechenos reten¨ªan a unos 800 rehenes. Los secuestradores fueron liquidados, y al menos 129 rehenes fallecieron, la mayor¨ªa intoxicados. M¨¢s de 500 personas tuvieron que ser atendidas. Aunque se habl¨® de un gas nervioso, la creencia actual es que se us¨® un derivado del fentanilo, un anest¨¦sico, explica Ren¨¦ Pita, doctor en Farmacia y profesor de la Escuela Militar de Defensa NBQ (Nuclear, Biol¨®gica y Qu¨ªmica). "Si hubiera sido un gas nervioso, las cifras hubieran sido mucho m¨¢s elevadas", asegura.
Desde el 11-S, cuenta Pita, c¨¦lulas de Al Qaeda han tratado de hacerse con armas qu¨ªmicas, biol¨®gicas o radiactivas. "El que no haya tenido lugar un ataque significa que no es tan sencillo obtenerlas y fabricarlas", pero "no se puede descartar que lo hagan, por lo que hay que estar preparados". Hasta ahora, s¨®lo se han producido dos casos de uso de este tipo de armas de forma indiscriminada contra civiles (s¨ª se utilizaron en guerras).
El primero fue el de la secta m¨ªstica-apocal¨ªptica japonesa de la Verdad Suprema, que en marzo de 1995 mat¨® a 12 personas con gas sar¨ªn -20 veces m¨¢s letal que el cianuro- en el metro de Tokio, y caus¨® el p¨¢nico hasta tal punto, seg¨²n Pita, que de los 5.000 atendidos, s¨®lo 1.000 eran intoxicados reales. El resto ten¨ªa s¨ªntomas de origen psicol¨®gico. Nueve meses antes, un ensayo en la ciudad de Matsumoto caus¨® siete muertos y 600 intoxicados. La secta no se limit¨® a este gas nervioso. Utiliz¨® el gas VX, un agente neurot¨®xico de guerra, contra cuatro enemigos (s¨®lo muri¨® uno), y trat¨® de conseguir carbunco (conocido como ¨¢ntrax), toxina botul¨ªmica y el virus del ¨¦bola. "Ten¨ªan unos medios econ¨®micos y tecnol¨®gicos impresionantes", recuerda Pita, que explica que pudieron acceder a los reactivos necesarios para fabricar gas sar¨ªn porque no exist¨ªan a¨²n las limitaciones impuestas por la convenci¨®n contra las armas qu¨ªmicas, de 1997.
El otro caso de ataque contra civiles fue el de los sobres con esporas de la bacteria del ¨¢ntrax, enviados en el oto?o de 2001, tras el 11-S, en EE UU. Siete cartas causaron 22 afectados. Cinco de ellos murieron. Tras 8.000 interrogatorios, a¨²n no se ha identificado al atacante.
El auricular asesino
El banquero ruso Iv¨¢n Kivelidi y su secretaria murieron en 1995 por un veneno colocado en el auricular de su tel¨¦fono. Siete a?os despu¨¦s, el jordano Jatab, jefe guerrillero en Chechenia, recibi¨® una carta envenenada. Y en 2004, el candidato ucranio Y¨²shenko vio deformada su cara por un veneno.
Talio para Mandela y Castro
El talio est¨¢ tambi¨¦n de moda. Incoloro, inodoro, ins¨ªpido y soluble es pr¨¢cticamente indetectable. Los servicios secretos surafricanos intentaron envenenar con esta sustancia a Nelson Mandela mientras estaba en prisi¨®n. Y tambi¨¦n se baraj¨® su uso por la CIA para acabar con Fidel Castro.
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