La continuidad de Rosales como l¨ªder opositor es incierta
La derrota de la oposici¨®n venezolana en las presidenciales del domingo aboca a sus dirigentes hacia una reflexi¨®n interna sobre la estrategia a seguir en la ardua traves¨ªa hacia el objetivo com¨²n: arrebatar el poder a Hugo Ch¨¢vez, un caudillo duro de pelar. No es seguro que el liderazgo de Manuel Rosales se mantenga los seis a?os de la legislatura porque el escrutinio no le afianza como el candidato indiscutible de las fuerzas antigubernamentales, al no haber logrado aumentar los votos obtenidos por la oposici¨®n en el referendo revocatorio del a?o 2004. Sin ning¨²n esca?o en la Asamblea Nacional, con s¨®lo dos de las 24 gobernaciones regionales, y la mayor¨ªa de las alcald¨ªas administradas por el oficialismo, la consolidaci¨®n de la oposici¨®n como una alternativa real de poder se adivina complicada.
El futuro inmediato del movimiento antigubernamental casi queda en manos del espacio institucional que quiera abrirle el Gobierno de Ch¨¢vez. La primera posibilidad es que adelante las elecciones legislativas, previstas para 2010, y que la oposici¨®n participe, contrariamente a la decisi¨®n de no hacerlo en la consulta del 4 de diciembre de 2005. El oficialismo cop¨® entonces los 169 esca?os en juego. Rosales deber¨¢ tomar decisiones importantes y susceptibles de ser protestadas. "Tengo autoridad moral para llevar esta bandera y la seguir¨¦ llevando", manifest¨® al admitir su derrota. Es incierto, sin embargo, que los 41 partidos y grupos que acordaron su candidatura, en aras de la unidad, le confirmen como abanderado.
Nuevas opciones
Probablemente se analizar¨¢n las nuevas opciones y liderazgos que habr¨¢n de surgir. No ser¨¢ f¨¢cil el consenso sobre la continuidad de Rosales, ni sobre la candidatura de unidad lanzada hace tres meses, porque el golpe del domingo ha sido fuerte, y en el seno de la oposici¨®n pugnan fuerzas democr¨¢ticas diversas, extremos de izquierda y de derecha, y ambiciones personales contrapuestas. "Todos buscamos con fuerza la construcci¨®n de una alternativa", dijo Rosales, gobernador del Estado petrolero de Zulia, de 53 a?os, un pol¨ªtico de centro sin mucho carisma, a quien se encarg¨® una dif¨ªcil misi¨®n.
"Fue una dura lucha frente al ventajismo, frente a todo un Estado, todos los poderes de un Gobierno en todas sus estructuras, en todas sus dimensiones", seg¨²n argument¨® despu¨¦s de su derrota. Rosales prometi¨® continuar el activismo opositor. "Iniciamos la lucha por la construcci¨®n de un nuevo tiempo para Venezuela. Estar¨¦ en la calle. No es tiempo de rendirse". La candidatura de Rosales surgi¨® de un acuerdo entre varios aspirantes. El ex ministro y ex guerrillero Teodoro Petkoff y el ex diputado de centro-derecha Julio Borges, renunciaron en favor del gobernador. Promovi¨® la abstenci¨®n un sector de Acci¨®n Democr¨¢tica, uno de los partidos tradicionales de Venezuela, que durante los 40 a?os de bipartidismo comparti¨® con el democristiano COPE Gobierno, instituciones y corrupci¨®n.
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