"El totalitarismo no admite que te plantees cuestiones importantes"
Anjel Lertxundi (Orio, 1948) ha explorado en los or¨ªgenes de los totalitarismos en Ihes betea (La huida completa), su und¨¦cima novela, que fue presentada ayer en San Sebasti¨¢n, editada por Alberdania. El protagonista de la obra, un joven nazi que vive el auge de Hitler en la Alemania de finales de los a?os 30, ve derrumbarse todo su andamiaje vital e ideol¨®gico al descubrir por azar su origen jud¨ªo. En ese momento inicia una huida f¨ªsica, para evitar caer en las manos de sus antiguos correligionarios, pero tambi¨¦n una fuga de s¨ª mismo que no concluir¨¢ hasta que termina de aceptarse tal y como es. "Lo que m¨¢s me interesaba era acercarme al momento posterior a que descubre que es jud¨ªo, cuando se convierte en un paria de la tierra", resume Lertxundi, que ha incluido como personajes de su obra, a veces bajo nombres figurados, a escritores de aquella ¨¦poca como Joseph Roth, Umberto Saba o Walter Benjamin. Con un estilo casi cinematogr¨¢fico, el autor de Hamaseigarrenean, aidanez, Otto Pette y Konpainia noblean vuelve a demostrar su maestr¨ªa en el manejo de los recursos narrativos del euskera, en una novela que, pese a no ser de intriga, mantiene la tensi¨®n del suspense hasta sus ¨²ltimas l¨ªneas.
"La huida de mi personaje tiene sentido s¨®lo en la medida en que, poco a poco, se va encontrando; es un encuentro consigo mismo"
"Hay cuestiones que no han cambiado desde la Alemania nazi. Aunque no todo se repita, s¨ª lo hacen los esquemas generales de la sociedad"
Pregunta. ?C¨®mo surgi¨® la idea de ponerse en la piel de un joven nazi en la Alemania de los a?os 30?
Respuesta. Yo le estaba dando muchas vueltas a la idea de un personaje que viviera absolutamente impregnado de un pensamiento totalitario y que, en un momento determinado, viera truncado todo eso y se planteara una nueva situaci¨®n en su vida. En ese sentido, el motivo hist¨®rico m¨¢s extremo que se ha dado en el siglo XX es el de la comunidad jud¨ªa en la Alemania nazi. Ten¨ªa muchas ganas de investigar en otros posibles contextos hist¨®ricos, pero eleg¨ª la figura de un joven nazi que en un momento determinado se entera de que es jud¨ªo porque esa circunstancia no supone un cambio de ideolog¨ªa o de sus prop¨®sitos vitales, sino que son otros los que deciden que no tiene ya nada que hacer en esa sociedad. Lo que m¨¢s me interesaba era el momento posterior a que ¨¦l descubre que es jud¨ªo, un paria de la tierra en aquella Alemania nazi.
P. ?Las personas que participan en movimientos totalitarios son tambi¨¦n v¨ªctimas, como sugiere en alg¨²n pasaje de la novela?
R. S¨ª, en cierto sentido hay una especie de teatrillo de marionetas en el que todos los individuos que participan en ¨¦l no tienen m¨¢s remedio que seguir a quienes mueven los hilos. Esa idea es la que trato de reflejar en la primera parte de la obra. Es casi ineludible que un chaval de 16 o 17 a?os, en esa circunstancia, act¨²e m¨¢s o menos de esa manera, que es en cierta medida lo subyace en la pol¨¦mica surgida tras la publicaci¨®n de las memorias de G¨¹nter Grass.
P. ?Por qu¨¦ ha elegido la huida como eje central de la novela?
R. Porque, en gran medida, la literatura centroeuropea de entreguerras era una literatura de huida, un intento de salir de un entorno pol¨ªtico y cultural que ahoga las ideas, para plantear nuevas v¨ªas. Solamente en esa fuga puede uno encontrarse a s¨ª mismo. La huida de mi personaje tiene sentido solamente en la medida en que, poco a poco, se va a encontrando; no es un huida, sino un encuentro consigo mismo. Hay otro elemento que ha funcionado como leit-motiv del libro, la novela Fuga sin fin de Joseph Roth. De hecho, es el t¨ªtulo que le dar¨ªa a Ihes betea en espa?ol si Roth no lo hubiera utilizado ya. Cuando ¨¦l dice que se ha desmoronado el imperio austro-h¨²ngaro se refiere a que se ha derrumbado esa idea totalizadora que ten¨ªa del mundo, que todo lo explicaba y que determinaba c¨®mo deb¨ªa funcionar todo. La religi¨®n dice qu¨¦ es lo que est¨¢ bien y mal, y la ideolog¨ªa del emperador dice qu¨¦ es contrario o favorable al imperio. Pero cuando todo eso cae, ya no tengo esos principios con los que mis padres funcionaban para poder vivir. En esa soledad me encuentro a m¨ª mismo o encuentro mi lugar en el mundo. Si yo no encuentro mi propio sitio y no me hago preguntas sobre m¨ª mismo, esas ideolog¨ªas van a aprovecharse de m¨ª. ?se es el gran ¨¦xito de los totalitarismos. El totalitarismo no admite que t¨², en un momento determinado, te plantees cuestiones importantes.
P. Su protagonista no encuentra la paz hasta que acepta su ser jud¨ªo. ?Esa idea es trasladable a otros problemas de identidad?
R. En el tema de la identidad hay elementos que son tan importantes como la pertenencia a un grupo social, entre ellos la identidad sexual. El propio protagonista tiene tambi¨¦n sus dudas sobre su sexualidad. Con el descubrimiento de su ser jud¨ªo descubre otro gran tab¨² para la Alemania de aquella ¨¦poca y para la civilizaci¨®n occidental, que ha sido, y sigue siendo, la homosexualidad.
P. ?Encuentra analog¨ªas entre las situaciones que refleja la novela y otras m¨¢s actuales?
R. Sin duda. Al fin y al cabo, trato de hablar de la condici¨®n humana, algo que no ha cambiado desde la Alemania nazi hasta nuestros tiempos. Por ejemplo, todas las cuestiones relativas a la seguridad que se est¨¢n planteando ahora exist¨ªan ya en aquella ¨¦poca. No creo que en el eterno retorno, pero, aunque no todo se repita, s¨ª lo hacen los esquemas generales de funcionamiento de la sociedad. En ese sentido, la contribuci¨®n del arte y de la cultura es definitiva a la hora de encontrar esos esquemas de funcionamiento y acercarnos al meollo de las cuestiones.
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