La Ronda de Doha debe relanzarse
Los autores insisten en la necesidad de que se completen las negociaciones de liberalizaci¨®n del comercio internacional en el seno de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC)
La reanudaci¨®n de las negociaciones de la Ronda de Doha figura en lugar prioritario en las agendas de todos los interlocutores comprometidos en la Ronda. De hecho, parece que tras las elecciones al Congreso en Estados Unidos existe una ventana de oportunidad para reanudar las negociaciones en el calendario definido por el Congreso norteamericano con la Trade Promotion Authority. Compartimos con nuestros colegas congresistas la opini¨®n de que esta ronda multilateral de negociaciones comerciales es demasiado importante para dej¨¢rsela s¨®lo en manos de los Gobiernos. Es como la guerra, cuando Clemenceau dijo acertadamente que es demasiado importante para dejarla en manos de los militares.
Los interlocutores de las negociaciones han demostrado ser muy poco flexibles
Pero nosotros pensamos tambi¨¦n que no s¨®lo es el Congreso de EE UU el que debe definir su agenda y su calendario. Por estas razones, en el Parlamento Europeo (PE) lanzamos, conjuntamente con la Uni¨®n Interparlamentaria (UIP), la Asamblea Parlamentaria de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) en Seattle (en 2002). Desde entonces, la Asamblea ha realizado un seguimiento de cerca de las negociaciones. Parlamentarios procedentes de todo el mundo reunidos en Ginebra para la sesi¨®n anual de la Conferencia Parlamentaria de la OMC han expresado su seria preocupaci¨®n por el fracaso de la Ronda de Doha.
Pese a la promesa de mayor flexibilidad, los interlocutores principales de las negociaciones han demostrado ser muy poco flexibles y las conversaciones sobre ¨¢reas clave de acceso a los mercados agr¨ªcolas y no agr¨ªcolas nunca han avanzado.
La nuestra es una llamada de atenci¨®n a todos los pol¨ªticos responsables de adoptar decisiones, y por supuesto a todos los que como nosotros, diputados del Parlamento representantes de los intereses de los ciudadanos, tenemos la obligaci¨®n de supervisar las acciones de los Gobiernos en el ¨¢mbito del comercio internacional y promover la justicia en la liberalizaci¨®n del comercio.
Una suspensi¨®n prolongada de las conversaciones de Doha tendr¨ªa un efecto negativo duradero en todo el sistema de comercio multilateral y podr¨ªa resultar en una proliferaci¨®n de acuerdos de comercio bilaterales y regionales que con frecuencia situar¨ªa a los pa¨ªses m¨¢s pobres en una posici¨®n de desventaja, creando un enredo inextricable.
Si los esfuerzos por resucitar las negociaciones no tienen ¨¦xito, las p¨¦rdidas pol¨ªticas y econ¨®micas que acarrear¨ªan ser¨ªan inmensas. Entre los primeros que se ver¨ªan afectados negativamente estar¨ªan los pa¨ªses menos desarrollados, incluidos los Estados exportadores de algod¨®n en ?frica.
Un compromiso firme por parte de los principales interlocutores en las negociaciones, incluidos la Uni¨®n Europea, Estados Unidos y los miembros del G 20, es urgente para lograr un acuerdo equilibrado en todos los puntos principales de la negociaci¨®n de la Ronda de Doha. Para ello es necesario poner un ¨¦nfasis especial en la necesidad de asegurar beneficios significativos y sostenibles para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Un acuerdo con compromisos espec¨ªficos y cuantificables en agricultura, donde est¨¢n particularmente extendidas las pr¨¢cticas que distorsionan el comercio, es fundamental para el progreso general de las negociaciones. Los acuerdos de Hong Kong proporcionan una base para realizar progresos. Como ya se pueden apreciar los primeros s¨ªntomas de neoproteccionismo, con lobbies proteccionistas atrincherados en los parlamentos, debemos abordar este problema de modo prioritario.
Mantener el objetivo del desarrollo es de crucial importancia. La adopci¨®n por el Consejo General de la OMC de las recomendaciones Ayuda por comercio del 10 de octubre de 2006 es un paso hacia adelante. Tanto los pa¨ªses desarrollados como las naciones en v¨ªas de desarrollo deben crear unas condiciones de comercio m¨¢s favorables para los pa¨ªses menos desarrollados, sin esperar la reanudaci¨®n de las negociaciones. Las siguientes ¨¢reas merecen especial atenci¨®n: garantizar el acceso libre de impuestos y sin cuotas a los productos procedentes de los pa¨ªses menos desarrollados siguiendo el patr¨®n de la iniciativa de la UE Todo menos armas, proporcionando asistencia t¨¦cnica real y medidas para fomentar la capacidad t¨¦cnica.
Mientras no se reanudan las conversaciones existe el riesgo de que los Estados miembros de la OMC quieran intentar lograr a trav¨¦s de litigios lo que no han obtenido con las negociaciones. El sistema de resoluci¨®n de conflictos de la OMC sirve como garant¨ªa de que las violaciones por cualquier pa¨ªs -sin importar cu¨¢n grande sea- no est¨¢n fuera del alcance de otros Estados miembros. Sin embargo, los recursos del sistema vigente son escasamente adecuados para tratar con un crecimiento acelerado del n¨²mero de conflictos comerciales que se trasladan a los organismos de resoluci¨®n de conflictos.
M¨¢s que nunca, la OMC se enfrenta a desaf¨ªos institucionales y t¨¦cnicos. Dentro de poco tiempo deber¨¢ emprender una reforma institucional destinada a mejorar su funcionamiento y a potenciar su responsabilidad y su legitimidad democr¨¢tica. Los procesos de negociaci¨®n deber¨ªan basarse en un enfoque completamente transparente. El consenso deber¨ªa preservarse como piedra angular del proceso de toma de decisiones de la OMC. Ser¨ªa inconcebible imponer a cualquier pa¨ªs pol¨ªticas comerciales que erosionen su desarrollo.
La actual pausa en las negociaciones deber¨ªa usarse para reflexionar sobre los modos de mejorar las condiciones para las futuras conversaciones. Ser¨ªa particularmente importante estudiar la utilidad de las modalidades de negociaci¨®n basadas en intercambios entre cestos negociadores con amplias diferencias. Bajo el actual sistema, las delegaciones esperan a menudo al ¨²ltimo momento posible para presentar sus ofertas, lo que hace dif¨ªcil de calcular los beneficios antes de la conclusi¨®n de los acuerdos. Los Parlamentos deben ejercer de forma cada vez m¨¢s vigorosa y efectiva sus funciones constitucionales de supervisi¨®n y control de la acci¨®n gubernamental en el ¨¢rea del comercio multilateral. Se deber¨ªa prestar m¨¢s atenci¨®n a medidas de incremento de la capacidad en relaci¨®n con el comercio dirigidas a los Parlamentos de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
Enrique Bar¨®n Crespo es eurodiputado y presidente de la Comisi¨®n de Comercio Internacional del Parlamento Europeo. Gert Versnik es diputado belga y vicepresidente de la Uni¨®n Interparlamentaria (UIP).
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