Dudas y cr¨ªticas en EE UU sobre la utilidad cient¨ªfica de la Estaci¨®n Espacial Internacional
En v¨ªsperas de una misi¨®n m¨¢s de los transbordadores para proseguir el montaje de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) resurgen en EE UU las dudas y cr¨ªticas acerca de la utilidad cient¨ªfica de esta base concebida como gran laboratorio. El transbordador Discovery tiene prevista la partida para esta noche (madrugada del viernes en Espa?a) con destino a la ISS, donde los astronautas montar¨¢n una nueva estructura.
Cuando los primeros componentes de la ISS fueron lanzados al espacio, en 1998, se conceb¨ªa como "un laboratorio cient¨ªfico tripulado de potencial casi ilimitado con promesas de avances en ¨¢reas como la farmac¨¦utica", recuerda The New York Times. "Aquellos objetivos son ahora casi irreconocibles". La ISS no estar¨¢ terminada hasta 2010, el coste del programa ha subido de los 40.000 millones de euros inicialmente presupuestados a 100.000 millones. "Las dudas acerca del valor cient¨ªfico de la estaci¨®n se han agudizado m¨¢s que nunca", recuerda el rotativo.
La Agencia Europea del Espacio (ESA), por el contrario, mantiene oficialmente su inter¨¦s por la explotaci¨®n de la ISS y tiene previsto enviar el a?o que viene su m¨®dulo laboratorio, el Columbus. Pero la ESA es un socio menor del programa, con un 8% de participaci¨®n. Tambi¨¦n Rusia, Jap¨®n y Canad¨¢ apoyan la utilizaci¨®n de la base orbital.
La NASA ha reducido dr¨¢sticamente sus planes cient¨ªficos para la ISS y ha cancelado el montaje de equipos considerados clave hace unos a?os. Los responsables de la agencia siguen defendiendo la importancia estrat¨¦gica de la estaci¨®n, pero han restringido sus objetivos a la investigaci¨®n de los efectos de la estancia prolongada en microgravedad sobre el organismo humano. Estos conocimientos m¨¦dicos ser¨¢n imprescindibles cuando se ponga en marcha un plan de viajes de astronautas a Marte. The New York Times explica, por ejemplo, que los astronautas sufren en gravedad cero osteoporosis con una tasa diez veces superior a la de las mujeres postmenop¨¢usicas. Tambi¨¦n pierden masa muscular, y todo esto obliga a dise?ar ejercicios y pr¨¢cticas que aten¨²en estos problemas.
Este cambio de orientaci¨®n, que deja pr¨¢cticamente fuera la investigaci¨®n en f¨ªsica y en biolog¨ªa que no est¨¦ directamente implicada en la salud de los astronautas, ha causado malestar entre los cient¨ªficos estadounidenses que llevan a?os prepar¨¢ndose para explotar el laboratorio prometido. Sin embargo, desde el principio del programa, las cr¨ªticas y el desinter¨¦s por la ISS han sido constantes en la comunidad cient¨ªfica, donde muchos argumentan que los logros previsibles de la ciencia de la estaci¨®n no justificar¨ªan su alto coste.
La ESA defiende el inter¨¦s de la base como laboratorio cient¨ªfico multiprop¨®sito, que es un programa voluntario en el que participan 10 de sus 17 pa¨ªses miembros. Espa?a aporta s¨®lo un 2% de la contribuci¨®n europea a la ISS, que es de un 8% del total. Alemania es el principal contribuyente europeo, con un 41% de la aportaci¨®n de la ESA; Francia participa con el 27% e Italia con el 18,9%.
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