Juan Jos¨¦ Carreras, la pasi¨®n por la historiograf¨ªa
Nadie en Espa?a explicaba como ¨¦l a Leopold von Ranke y el historicismo alem¨¢n. Y ning¨²n historiador espa?ol conoc¨ªa como ¨¦l la obra original de Karl Marx, los escritos en los que encontr¨® la fuente de inspiraci¨®n que guiaron su compromiso intelectual y sus ense?anzas.
Sus primeros pasos de historiador los dio en Madrid como medievalista, con una tesis presentada en 1954, pero ese mismo a?o inici¨® una estancia en Heidelberg -que durar¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada-, y all¨ª, en contacto con prestigiosos historiadores alemanes encabezados por Werner Conze y Reinhart Kosselleck, labr¨® su s¨®lida formaci¨®n en la historia conceptual y en la reflexi¨®n historiogr¨¢fica.
Cuando lleg¨® a la universidad espa?ola, en 1969, la historiograf¨ªa y la teor¨ªa de la historia no formaban parte del aprendizaje del historiador. Tampoco abundaban entonces en nuestras universidades ni los maestros ni los buenos profesores, esos que dejaban en sus explicaciones alguna huella, con los que se pod¨ªa consultar dudas o pedir orientaciones.
En ese territorio es donde Juan Jos¨¦ Carreras Ares dej¨® un legado indeleble. Forj¨® una amplia escuela, de disc¨ªpulos que iban pasando por sus clases y a los que despu¨¦s dirig¨ªa las tesis doctorales, y estimul¨® algunos de los mejores estudios que hoy tenemos sobre la historia de la historiograf¨ªa.
Quienes quieran conocer su obra, sus reflexiones sobre el historicismo, sobre la historia y el marxismo, sobre las tensiones entre la narraci¨®n y la teor¨ªa, pueden acudir a Razones de historia. Estudios de historiograf¨ªa (Marcial Pons, 2000), que cuenta adem¨¢s con una precisa y clarificadora nota preliminar de Carlos Forcadell.
De su trayectoria como profesor, conferenciante y, sobre todo, mentor, pueden dar fe decenas de colegas de las universidades espa?olas y, especialmente, el firme y variado n¨²cleo de disc¨ªpulos que deja en Zaragoza.
Su muerte me ha sorprendido dando clases en Nueva York y lamento profundamente no haber podido estar con su familia, compa?eros y amigos, en el emotivo adi¨®s que el 6 de diciembre de 2006, cuando escribo estas l¨ªneas, le han dado en nuestra ciudad. Gracias, amigo Juan Jos¨¦, por todos estos a?os de cari?o, de consejos y de compromiso intelectual. As¨ª te recordar¨¦, como maestro y amigo, en mis escritos, en mis conferencias y en mis clases. Como t¨² me ense?aste.
Juli¨¢n Casanova es catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Zaragoza.
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