El Royal Ballet y la ciencia
La compa?¨ªa londinense apuesta por Wayne McGregor, un apasionado del pop y la tecnolog¨ªa, como director de coreograf¨ªas
Con sorpresa generalizada e incredulidad entre los puristas se va encajando el nombramiento de Wayne McGregor como director de coreograf¨ªas del Royal Ballet de Londres. El cargo llevaba vacante desde 1993 y el nuevo fichaje avanza en su trayectoria profesional a contracorriente de la tradici¨®n cl¨¢sica de la compa?¨ªa del Covent Garden. Nutrido en la escena pop y las nuevas tecnolog¨ªas, McGregor explora la danza contempor¨¢nea con claves cient¨ªficas.
Con el brit¨¢nico Wayne McGregor, el Royal Ballet apuesta por un futuro innovador. De 36 a?os, cabeza rapada, vaqueros ca¨ªdos bajo la cintura, el core¨®grafo ofrece un perfil inusual para el templo de la danza cl¨¢sica. John Travolta y sus giros sensuales en Saturday night fever le inspiraron a acercarse a la barra en su adolescencia. El rock de los White Stripes le motiv¨® a crear su ¨²ltima coreograf¨ªa, Chroma, con 10 bailarines del Royal Ballet. A los dos d¨ªas de la bajada del tel¨®n, el pasado 1 de diciembre, la directora de la compa?¨ªa, Monica Mason, le nombraba director de coreograf¨ªas.
"Ya no hay tanta distancia entre el baile cl¨¢sico y el contempor¨¢neo"
"Seguir¨¦ investigando la integraci¨®n del movimiento con la ciencia y la tecnolog¨ªa"
La plaza llevaba 13 a?os vacante y en los 75 a?os de la historia del Royal Ballet s¨®lo la han ocupado otros tres profesionales: Sir Frederick Ashton, Sir Kenneth MacMillan y David Bintley, actual core¨®grafo del Birmingham Ballet. "Intento no pensar en esta incre¨ªble tradici¨®n. Me asusta, me da v¨¦rtigo", admite McGregor. "Me halaga el nombramiento. Fue una gran sorpresa. No creo que fuera un plan urdido desde hace tiempo, aunque mi relaci¨®n con el Royal Ballet se remonta a seis o siete a?os atr¨¢s. He creado cinco coreograf¨ªas con esta compa?¨ªa, pero es fant¨¢stico tener ahora la oportunidad de desarrollar aqu¨ª mi trabajo durante los cuatro pr¨®ximos a?os".
McGregor quiere explotar todos los recursos de Covent Garden: los bailarines principales y noveles, los futuros core¨®grafos y los j¨®venes estudiantes de su academia, la orquesta... "Me gusta hacer las cosas de una forma diferente, desarrollando y retando el arte. Quiero trabajar con m¨²sica actual, con nuevas tecnolog¨ªas. Soy un apasionado del mundo digital y, con el Royal Ballet, seguir¨¦ investigando la integraci¨®n del movimiento con la ciencia y las nuevas tecnolog¨ªas", explica.
La ciencia y la tecnolog¨ªa se fusionan en las coreograf¨ªas que McGregor ha ideado para su compa?¨ªa de danza moderna, Random Dance, desde su fundaci¨®n en 1992. Tambi¨¦n en trabajos creados para los ballets de Stuttgart o San Francisco y las ¨®peras de Mil¨¢n y Chicago, entre otras instituciones. La inspiraci¨®n parte de una obsesi¨®n por entender la conexi¨®n entre la mente y el movimiento, que le llev¨® a colaborar con neurocient¨ªficos de la Universidad de Cambridge. "Me ayud¨® a ver el cuerpo de otra forma. Adem¨¢s, al comprender c¨®mo procesa la mente el movimiento puedes comprender tambi¨¦n c¨®mo se aproxima la audiencia a lo que ve en el escenario. En cierta forma, son t¨¦cnicas a las que recurro cuando creo una pieza. Funcionan a un plano similar a la comprensi¨®n de la estructura musical. Aportan munici¨®n, recursos al trabajo".
Con Random, su compa?¨ªa de 10 bailarines, seguir¨¢ montando las coreograf¨ªas m¨¢s experimentales al tiempo que embarca al Royal Ballet hacia un futuro innovador y alternativo a su trayectoria tradicional. "Por supuesto, el Royal Ballet no va a olvidar su tradici¨®n y convertirse de pronto en una compa?¨ªa de danza contempor¨¢nea. Sus bailarines quieren llevar a escena el repertorio cl¨¢sico, pero tambi¨¦n desean involucrarse en trabajos nuevos que les retan y les hacen mover sus cuerpos de una forma diferente", reconoce.
"Ya no hay tanta distancia", a?ade, "entre el baile cl¨¢sico y contempor¨¢neo. Al menos no tanta como en el pasado, cuando surgieron las primeras compa?¨ªas y core¨®grafos de danza moderna. La situaci¨®n es ahora mucho m¨¢s fluida, con m¨¢s movilidad y cruces de profesionales entre ambos g¨¦neros". Y no s¨®lo entre el ballet y la danza. McGregor se mueve con igual comodidad en el teatro, la televisi¨®n y el cine. "Conmigo, los bailarines tendr¨¢n la oportunidad de probar cosas nuevas, trabajos actuales. Eso es lo que puedo ofrecerles o, al menos, puedo inspirarles en esa direcci¨®n".
Babelia
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