El universo poli¨¦drico de Suso Saiz
Qu¨¦ es un productor? Un colaborador con ciertos conocimientos musicales y, a menudo, un psic¨®logo...". A Suso Saiz (C¨¢diz, 1957) se le escapa una sonrisa traviesa mientras reflexiona sobre el oficio que le ha dado reputaci¨®n a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Por sus manos han pasado Piratas, Los Planetas, Duncan Dhu, Javier ?lvarez, Esclarecidos, Tah¨²res Zurdos y, en general, casi todas las voces medianamente personales de nuestra m¨²sica popular. Casi no da abasto. Durante este a?o ha modelado los ¨²ltimos trabajos de Joan Valent, Fon Rom¨¢n (ex guitarrista de Piratas), Leo M¨ªnax, dos ¨¢lbumes simult¨¢neos de Diego Vasallo e incluso Beth, aquella alumna de Operaci¨®n Triunfo que lleg¨® a Eurovisi¨®n hace tres temporadas.
Ha publicado junto a Rom¨¢n el primer volumen de un nuevo proyecto conjunto, una banda herm¨¦tica y ruidista denominada Trash of Dreams. Y hace unas semanas difundi¨® por Internet M¨²sica del insomnio, una caja de ?ocho discos! con toda la m¨²sica compuesta, en sus ratos libres, a lo largo de los cinco ¨²ltimos a?os. "Lo m¨ªo se llama meloman¨ªa y, sobre todo, incontinencia. L¨¢stima que dedicarse en Espa?a a la m¨²sica instrumental se parezca demasiado a tirarse a un pozo vac¨ªo", reflexiona con un cierto poso de amargura.
Promotor en los primeros a?os ochenta de la Orquesta de las Nubes, una de las formaciones m¨¢s avanzadas y on¨ªricas de m¨²sica cl¨¢sica contempor¨¢nea en su tiempo, Saiz se especializ¨® en la producci¨®n como un ejercicio de pragmatismo. "No soy ning¨²n rico heredero, por desgracia. El trabajo remunerado que me surg¨ªa por aquel entonces era el de productor. Pens¨¦ que ser¨ªa circunstancial, pero... aqu¨ª seguimos". Ha desarrollado su especialidad de modo autodidacta, estudiando mucha t¨¦cnica de grabaci¨®n y, sobre todo, aprendiendo a escudri?ar en las personalidades de sus compa?eros de profesi¨®n.
A Suso Saiz le gusta ser minucioso en su trabajo hasta las ¨²ltimas consecuencias. Jam¨¢s acepta un encargo de antemano. Antes mantiene largas horas de conversaci¨®n con el artista, para asegurarse de su "capacidad de riesgo y honestidad". "Ser honesto es el ¨²nico camino para hacer un disco interesante", sostiene. "Una mentira puede llegar a ser resultona, pero nunca buena".
Entrado ya en faena, le gusta
controlar cada detalle: localiza los estudios, escoge los m¨²sicos, decide la orientaci¨®n musical y encarga los arreglos o los asume en primera persona. Tambi¨¦n imparte clases vocales a los cantantes y les prepara "una dieta espiritual" individualizada. ?Espiritual? "Muchas veces", aclara, "conviene leer un libro determinado o escuchar cierto tipo de m¨²sica para canalizar aquello que deseas transmitir. Aplico un criterio un poco inductivo. Los mortales somos seres bastante vac¨ªos de por s¨ª; siempre me pareci¨® tonta esa idea de que el creador debe aislarse para neutralizar la entrada de informaci¨®n a su cerebro".
El vigu¨¦s Fon Rom¨¢n, uno de sus c¨®mplices m¨¢s estrechos, se deshace en elogios hacia ¨¦l. "A mucha gente le inquieta trabajar con Suso. Deja mucho espacio, te empuja a encontrar una expresi¨®n propia. Pero tiene la mano de los grandes: con un peque?o gesto, con un toque sutil, lo cambia y engrandece todo".
En el fondo, Saiz procura que se note poco su presencia. "Al principio mi ¨ªdolo y referente era Daniel Lanois [productor de U2 y de Peter Gabriel]. Luego comprend¨ª que lo empapaba todo demasiado de s¨ª mismo. Es decir, me parece un artista excelente, pero un productor dudoso. A Bob Dylan le grab¨® dos discos maravillosos, Oh mercy y Time out of mind, pero de alguna forma le anul¨® la personalidad".
Saiz sigue siendo poco conocido entre el gran p¨²blico, pero imprime prestigio a todo cuanto firma. Goza de ese bien escaso y codiciado llamado credibilidad. Y es consciente de que decisiones como la de respaldar a Beth en el disco My own way home pueden generar perplejidad. "Yo tampoco estaba libre de prejuicios", admite. "Por un momento pens¨¦: '?El productor de culto, con una chica de OT? ?Imposible!'. Sin embargo, basta escucharla para comprobar que tiene personalidad y autoestima, que no me buscaba s¨®lo como limpiador de pecados...
Admite, eso s¨ª, una debilidad especial hacia Diego Vasallo, con el que publica ahora La m¨¢quina del mundo y la antolog¨ªa Las huellas borradas. "Es el artista m¨¢s grande con el que he trabajado jam¨¢s, el ¨²nico que ha renunciado al ¨¦xito de forma consciente. Algunos que se las dan de canallas matar¨ªan por ser Bisbal. Diego Vasallo, en cambio, hipotec¨® su ¨¦xito con Duncan Dhu para conseguir la libertad".
Entre disco y disco, Saiz s¨®lo
lamenta el car¨¢cter discontinuo y marginal de su obra propia como compositor. "Supongo que para muchos mi m¨²sica resulta inestable y anacr¨®nica, pero echo de menos tener alg¨²n disco comprendido por un p¨²blico m¨¢s amplio. En Internet existen foros sobre mis ¨¢lbumes, pero todos son extranjeros. Y no puedes evitar apocarte cuando la superficie es tan refractaria. Percibo respeto, quiz¨¢s un poco de admiraci¨®n...
pero eso no da de comer", se lamenta. La caja M¨²sica del insomnio no variar¨¢, a buen seguro, tal tesitura. Son ocho horas de grabaciones caseras experimentales, concebidas de madrugada y con referencias a mitos particulares como 2001: Odisea en el espacio, la pel¨ªcula de Stanley Kubrick. "Al menos", se resigna, "este trabajo me ha servido para volcar mis neuras y que cada ma?ana pudiera levantarme con el cerebro m¨¢s limpio
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