El delator y el delatado
Budd Schulberg naci¨® en 1914 y Ring Lardner Jr. en 1915. El padre de Budd, B. P. Schulberg, fue el gran jefe de los estudios Paramount en el cine mudo y principios del sonoro; el padre de Ring fue uno de los periodistas y cuentistas m¨¢s grandes que ha tenido Norteam¨¦rica. Ambos padres eran cultos y lectores, amigos de Scott Fitzgerald, alcoh¨®licos y apasionados por el deporte; las madres de ambos fueron mujeres lectoras que indujeron a sus hijos a leer desde muy pronto. Schulberg padre era de costumbres liberales; Lardner padre, un puritano. Y los dos hijos se encuentran entre los mejores guionistas que ha dado Hollywood. Budd es el guionista de La ley del silencio o M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda (sobre una novela suya); Ring lo es de La mujer del d¨ªa o de Mash, por las que obtuvo sendos oscars. Ambos fueron amigos y llegaron a trabajar juntos. Luego todo se rompi¨®.
ME ODIAR?A CADA MA?ANA
Ring Lardner Jr.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Moreno Torres
Barataria. Barcelona, 2006
254 p¨¢ginas. 15 euros
DE CINE. Memorias de un pr¨ªncipe de Hollywood
Budd Schulberg
Traducci¨®n de J. Mart¨ªn Lloret
Acantilado. Barcelona, 2006
744 p¨¢ginas. 29 euros
La ruptura proviene de las inves
tigaciones del Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas sobre el mundo de Hollywood que, cuando tom¨® el asunto en sus manos el senador Joseph McCarthy se convirti¨® en la llamada "caza de brujas". Ring fue uno de "los diez de Hollywood", es decir, los diez represaliados m¨¢s emblem¨¢ticos, aunque las listas negras alcanzaron a muchos profesionales m¨¢s. Budd, en cambio, fue un delator; pero lo m¨¢s extraordinario del caso es que fue Budd Schulberg quien meti¨® a Ring Lardner Jr. en el Partido Comunista Americano.
El magn¨ªfico libro de Schulberg termina justo cuando abandona Hollywood para ingresar en la universidad. No ha lugar, pues, a menci¨®n alguna al macartismo, que as¨ª queda cuidadosamente evitado. El libro se subtitula Memorias de un pr¨ªncipe de Hollywood y eso era ¨¦l, hijo de uno de los pioneros, un jefazo, que se codeaba desde ni?o con todas las estrellas de Hollywood y que llamaba t¨ªos a todos los grandes productores. Este relato de su infancia y adolescencia muestra toda la fibra del buen novelista que escribi¨® M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda (Alba) o El desencantado (Acantilado); es un relato minucioso, muy bien desarrollado, muy atento a introducir las mil an¨¦cdotas de aquel mundo en su vida cotidiana, que alterna lo personal con lo glamuroso en excelente equilibrio y que da una visi¨®n de lo que era el Hollywood donde se levantaron los grandes estudios llena de veracidad y sentido narrativo. Pocos testimonios se encontrar¨¢n tan bien narrados como ¨¦ste y, adem¨¢s, sin darse a s¨ª mismo el autor m¨¢s importancia de la que tiene haber vivido y crecido en ese ambiente tan especial. Un libro cercano, inteligente y afectuoso.
El libro de Lardner Jr. comienza
al inicio de los a?os cuarenta con su declaraci¨®n ante el Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas. Habiendo tomado la decisi¨®n de no contestar a la pregunta de si pertenec¨ªa al partido comunista, ya que un no era mentir y un s¨ª le obligar¨ªa a delatar, dijo por respuesta a esa pregunta: "Podr¨ªa contestar, pero si lo hiciera me odiar¨ªa cada ma?ana". Su libro es mucho m¨¢s breve que el de Schulberg y no narra con la eficiencia y cuidado con que lo hace este ¨²ltimo, pero tiene un encanto muy especial: es el testimonio de un hombre que carece de rencor. El libro no es minucioso y detallista sino que construye a pinceladas el cuadro de una vida guiada por la intenci¨®n de sobrevivir en cualquier circunstancia, con el ¨¢nimo de no dejarse derrotar y a¨²n m¨¢s: de no dejar de vivir con entusiasmo. El relato de la lucha de Lardner por salir adelante no contiene un ¨¢pice de autocompasi¨®n y s¨ª mucho de lucidez; hay en ¨¦l un deseo de entender lo que est¨¢ pasando para asumirlo y actuar en consecuencia y una clase especial de resistente. Incluso al final del libro, unas reflexiones sobre el futuro admiran por su penetraci¨®n: a la pregunta de si se podr¨ªa repetir el macartismo en Am¨¦rica contesta que no, "pero tal vez nada me haya sorprendido tanto en tiempos recientes como el retorno de lo irracional a nuestra vida pol¨ªtica y social en forma de fundamentalismo religioso". Lardner Jr. muri¨® en 2000. Sobran comentarios.
Si yo tuviera que marcar una diferencia entre ambos libros -aparte del modo en que est¨¢n escritos y de que el uno termina su relato diez a?os antes de que comience el otro- creo que la se?alar¨ªa en el escenario de fondo. Ambos viven los a?os de la Gran Depresi¨®n y sus consecuencias. En el caso de Schulberg est¨¢ ah¨ª al fondo, lejos, como si la miseria fuese apenas un apagado ruido de fondo; aparece m¨¢s en los comentarios de los magnates acerca de c¨®mo va el negocio que en la presencia de la miseria. En Lardner Jr. se halla m¨¢s a la vista, est¨¢ presente y ara?ando en la piel de la Am¨¦rica que le toca vivir. A dos situaciones, dos actitudes distintas. El libro de Schulberg es muy poderoso, est¨¢ admirablemente narrado y cuenta un mundo irrepetible y todav¨ªa m¨¢s fascinante a trav¨¦s de su mirada penetrante e inteligente a la hora de recapacitar sobre ¨¦l y recogerlo en forma de memorias juveniles. El libro de Lardner Jr. es el de quien echa una mirada a su vida, de un civismo y una generosidad ejemplares, sin darle otra relevancia que la del deber cumplido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.