Muere Budd Schulberg, guionista de 'La ley del silencio'
Recibi¨® un Oscar por ese trabajo.- Tambi¨¦n escribi¨® la historia de 'M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda'.- Ten¨ªa 95 a?os
"Las estrellas de cine nunca fueron para m¨ª los glamourosos dioses y diosas a los que adoraban en aquellas grandes catedrales y se ensalzaban en las revistas de fans". As¨ª describ¨ªa a las caras visibles de la pantalla el guionista Budd Schulberg, responsable de los libretos de M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda o la Ley del silencio, con el que consigui¨® el Oscar, y uno de los ¨²ltimos supervivientes del cine cl¨¢sico estadounidense, que falleci¨® la tarde del mi¨¦rcoles en Nueva York a los 95 a?os.
Como ¨¦l mismo puso como t¨ªtulo en sus memorias, Schulberg era "un pr¨ªncipe de Hollywood" y uno de los m¨¢s controvertidos y carism¨¢ticos guionistas.
Hijo de un emprendedor hombre de negocios, Schulberg naci¨® en Nueva York en marzo de 1914. Su padre descubri¨® las posibilidades del cine en los inicios del celuloide y cuando Budd cumpli¨® siete a?os, su familia se traslad¨® a la costa Oeste, donde B. P. Schulberg acabar¨ªa dirigiendo el estudio Paramount, mientras el peque?o Budd correteaba por los patios de los grandes plat¨®s de rodaje, primero como si fueran su casa, con los hijos de otros grandes magnates y de las estrellas; despu¨¦s, como redactor de hojas de promoci¨®n de las departamentos de publicidad; finalmente, como guionista. Su padre, un productor creador a la manera del m¨ªtico Irving Thalberg, acab¨® cayendo en desgracia, aunque su madre, Adele Jaffe, se convirti¨® en una poderosa representante de actores, y Schulberg pudo completar su educaci¨®n antes de dedicarse a lo que le gustaba: escribir guiones y libros.
En su novela El desencantado (1951), Schulberg retrata su primer gran trabajo, como coguionista y vigilante de un ya muy maltrecho Francis Scott Fitzgerald. Con nombres cambiados, pero reflejando muchas de las desventuras que vivi¨® junto a Scott Fitzgerald, El desencantado muestra la ardua labor que supuso escribir junto a un genio alcoholizado y derrumbado Winter Carnival (1939), una comedia sobre j¨®venes universitarios y fiestas invernales. Durante la Segunda Guerra Mundial trabaj¨® en la Oficina de Estrategia y ayud¨® a John Ford en sus documentales, y fue uno de los miembros de la brigada que detuvo a la cineasta Leni Riefenstahl en Austria.
En 1941 su novela ?Por qu¨¦ corre Sammy? provoc¨® malestar en Hollywood con su visi¨®n desencarnada de la vida en "eso que llaman f¨¢brica de sue?os". John Wayne lo consider¨® un libro comunista y llam¨® a su boicot, probablemente porque coincidi¨® con la fundaci¨®n del Sindicato de Guionistas, en la que Schulberg tom¨® parte muy activa. En realidad, aunque el libro no tuviera nada que ver -y con el tiempo acab¨® convertido en un musical de Broadway en los a?os sesenta-, Schulberg s¨ª hab¨ªa sido miembro del Partido Comunista -al que tampoco le gust¨® la obra-, que acab¨® abandonando desencantado con lo que ve¨ªa entre sus dirigentes y con las matanzas de Stalin en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En esos a?os su nombre iba de boca en boca, y Louis B. Mayer, fundador de la M.G.M., le dijo a su padre que su hijo merec¨ªa ser deportado. B. P. Schulberg le replic¨®: "Budd es ciudadano estadounidense criado en Hollywood. ?Ad¨®nde quieres enviarlo, a la isla Catalina [isla cercana a Los ?ngeles donde los magnates del cine pasaban los fines de semana]?".
Tiempo m¨¢s tarde, Schulberg recordar¨ªa esa an¨¦cdota con estas palabras: "Mi padre era un hombre muy, muy inteligente, pero no tan listo como Mayer y ¨¦sa fue una de las razones de su final en Hollywood". A su hijo tampoco le fue mucho mejor. Expulsado de Hollywood por la repercusi¨®n de ?Por qu¨¦ corre Sammy?, se convirti¨® en 1951 en uno de los testigos amistosos en 1951 que declararon ante el Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas. De all¨ª surgieron las siniestras listas negras y la expulsi¨®n de los Diez de Hollywood. Ring Lardner junior, guionista y uno de los Diez, recordaba en sus memorias Me odiar¨ªa cada ma?ana la participaci¨®n de su viejo amigo Schulberg: "[Hab¨ªa dejado el partido a?os atr¨¢s], pero viendo aireada sus antiguas actividades en la portada de The New York Times, estaba inquieto.
Aunque no trabajaba entonces en Hollywood (acababa de terminar El desencantado), Budd sinti¨® la urgente necesidad de exculparse, y por ello recurri¨® al procedimiento de acudir a la comisi¨®n, bendecir sus desvelos, perorar un rato sobre la amenaza comunista tanto en casa como en el resto del globo y dar unos cuantos nombres de cosecha propia. Lo mismo hizo Elia Kazan [...] y ambos aportaron nombres frescos al censo pese a haber proclamado que jam¨¢s lo har¨ªan".
En 1954, Kazan y Schulberg dieron respuesta a esas delaciones con La ley del silencio, que obtuvo ocho oscars, uno de ellos a Schulberg por su gui¨®n. Tambi¨¦n se llev¨® el galard¨®n al mejor libreto del Sindicato de Guionistas. Dos a?os despu¨¦s, Humphrey Bogart protagoniz¨® la adaptaci¨®n a la pantalla de su novela M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda, en la que Schulberg sacaba partido a otra de sus grandes pasiones: el boxeo. Durante a?os escribi¨® sobre este deporte con tanto amor que en 2003 su nombre fue incluido en el Sal¨®n de la fama del Boxeo internacional. En 1957 escribi¨® para Elia Kazan Un rostro en la multitud, su tercera obra maestra, otro drama de ascensos r¨¢pidos y ca¨ªdas de mitos.
Al a?o siguiente escribi¨® y dirigi¨® -aunque su nombre no apareciera en los cr¨¦ditos- Wind across the everglades, su ¨²ltima labor en el cine, porque en los sesenta su talento languideci¨® en la televisi¨®n. Durante los ¨²ltimos treinta a?os redact¨® innumerables art¨ªculos sobre boxeo en diversas revistas como Sport Illustrated, de la que lleg¨® a ser su corresponsal jefe de este deporte. En 1981 public¨® sus recuerdos de sus primeras dos d¨¦cadas de vida, De cine. Memorias de un pr¨ªncipe de Hollywood.
La tarde del mi¨¦rcoles, su cuarta mujer, Betsy Schulberg, vio c¨®mo la salud de su marido empeoraba en su casa en Westhampton Beach en Long Island, y a pesar de su r¨¢pido traslado al hospital local, los m¨¦dicos no pudieran hacer nada por su vida. Su apellido sigue presente en el cine gracias a su sobrina Sandra Schulberg, productora ejecutiva de filmes como Quills.
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