Ronaldinho saca al Bar?a del tedio

El Bar?a ya puede irse hoy tranquilo a Jap¨®n: viajar¨¢ como l¨ªder despu¨¦s de sestear durante m¨¢s de una hora ante la Real, pen¨²ltimo clasificado de la tabla y el ¨²nico equipo de Primera Divisi¨®n que a¨²n no ha ganado un partido. Todav¨ªa con resaca por la borrachera tras el exuberante juego ante el Werder Bremen, el Bar?a jug¨® con pereza y s¨®lo reaccion¨® en la media hora final cuando estuvo a punto de marcar en propia puerta. Un jugad¨®n de tiral¨ªneas entre Edmilson, Giuly y Ronaldinho sirvi¨® para confirmar al gaucho como el pichichi del equipo y del campeonato y noquear a los donostiarras, muy fr¨¢giles, pese a los esfuerzos de Lotina por enderezar el rumbo de un equipo que siempre procura dormir los partidos porque le cuesta tener el bal¨®n.

Metido el partido como un bocadillo entre la Champions y el Mundialito de clubes, el Bar?a, tan confiado que hasta Puyol pidi¨® el cambio por precauci¨®n -al parecer sufre un problema en la cadera-, estuvo err¨¢tico. salvo en el tramo final cuando pis¨® el acelerador y desarbol¨® a la Real ya con Iniesta en el campo, que empez¨® en el banquillo su partido n¨²mero 100 en la m¨¢xima categoria-. Pero casi es una broma comparar el juego del martes con el que ofreci¨® el Bar?a anoche en el estadio. Con poca intensidad, sin jugar al primer toque, triangulando poco a una baja velocidad, el partido tuvo mucho de siesta. Tanta prisa ten¨ªa el Bar?a para acabar por la v¨ªa r¨¢pida que no tuvo paciencia y abus¨® de la banda de Giuly ante el absentismo de Ronaldinho por la izquierda. Pero pese a que el brasile?o administra su talento como quiere, pese a que suele reservar su mejor f¨²tbol para las grandes noches, todo el escaso peligro azulgrana pas¨® por sus pies.

Porque hasta que marc¨®, poco fue lo que ocurri¨®: un chut que despej¨® Bravo; otro disparo que Xavi remat¨® a gol y que el ¨¢rbitro anul¨®; una falta y otra versi¨®n de chilena parecida a la de d¨ªa del Villarreal que se fue fuera por poco y que bast¨® para que la grada empezara a corear el nombre de su ¨ªdolo. Todo eso no bast¨® durante una hora para perforar la porter¨ªa de uno de los equipos m¨¢s goleados de la Liga. Entre otras cosas porque el Bar?a exprimi¨® el pase largo a Gudjhonsen, que incurri¨® varias veces en fuera de juego cuando intent¨® hacer su jugada preferida (recibe de cara, vuelta cara sobre s¨ª mismo, dos zancadas y chut a porter¨ªa) aunque el linier se equivoc¨® un pu?ado de veces al levantar el bander¨ªn. Tanto que exasper¨® a la grada, que se veng¨® mof¨¢ndose de mala manera cuando el asistente apoy¨® mal un pie -se le torci¨®- y estuvo a punto de lesionarse.

La Real no est¨¢ para muchas fiestas. Enzarzada en una cruzada para evitar el descenso, Lotina hab¨ªa logrado hasta ayer que su equipo encadenara cuatro empates y quiso no perder comba. El Bar?a le dio cuerda unos minutos o, al menos, los azulgrana sestearon y cedieron en el gobierno de la continenda. Pero luego, la Real se qued¨® atr¨¢s, juntando las l¨ªneas, con Juanito desplazado del medio centro a su posici¨®n natural de central, aprovechando la p¨¢jara del l¨ªder. La estrategia fue la de intentar que Kovacevic o Jesuli cazar¨¢n un bal¨®n al contragolpe. Pero el serbio s¨®lo se acerc¨® a Vald¨¦s en una ocasi¨®n con un chut de Aranburu que Belletti acerc¨® a despejar a las nubes en un buen escorzo.

El paisaje sigui¨® inamovible tras el descanso entre otras cosas porque Deco, un hombre vital en este equipo, estaba desenchufado. Y si acaso empeor¨® para el Bar?a porque Edmilson no marc¨® en propia puerta a la salida de un c¨®rner en un mal rechace. El desbarajuste estaba servido y Ronaldinho cambi¨® de velocidad. Los azulgrana le vieron las orejas al lobo y en un momento encendieron la luz. Y as¨ª patentaron una jugada que con tanta fortuna probaron ante el Werder Bremen: pase en profundidad de Edmilson a la banda derecha, centro de Giuly, en un estado de forma excelente, y remate de primera de Ronaldinho a gol. Desequlibrado el marcador no evit¨® los nervios, Rijkaard reaccion¨® en el banquillo: sustituy¨® a Deco por Iniesta, recibido como un h¨¦roe y prueba evidente de que quer¨ªa amarrar el encuentro. El Bar?a empez¨® a generar peligro pero jugar con fuego tiene un precio porque Sylvinho se gan¨® con dos tarjetas en un minuto la expulsi¨®n y Kovacevic, en el tramo final, estuvo a punto de marcar en una indecisi¨®n de la zaga. Pero Vald¨¦s no fall¨®, y estuvo genial en las dos ¨²ltimas acciones.