Tecla Sala rinde homenaje a Alfons Borrell con una exposici¨®n
"No hay que ceder ni un palmo al enemigo". El pintor Alfons Borrell resume as¨ª el ideal que a lo largo de medio siglo ha guiado su trayectoria, que hasta el pr¨®ximo 25 de febrero se muestra en el Centro Cultural Tecla Sala de L'Hospitalet de Llobregat. La exposici¨®n, que da fe de su actitud al margen de la moda y las tendencias dominantes, re¨²ne 81 obras, entre telas, dibujos y libros de artistas, como Transllat, que realiz¨® en 1993 junto con su amigo Joan Brossa.
"Nunca conceb¨ª la pintura como provocaci¨®n", afirma Borrell tomando las distancias del Grup Gallot, con el que se dio a conocer en 1960. Las acciones de aquel grupo de pintores, que reinterpretaban en clave pol¨ªtica el action painting de Pollock realizando happenings en las calles de Barcelona, se recuerdan en la exposici¨®n a trav¨¦s de un reportaje del noticiario cinematogr¨¢fico No-Do. "Aunque parezca mentira, cuanto peor lo hagan, mejor", comenta la voz de Mat¨ªas Prats mientras las im¨¢genes en blanco y negro inmortalizan una acci¨®n pict¨®rica en la plaza de Catalunya. "El Grup Gallot dur¨® s¨®lo tres meses. Personalmente me sirvi¨® para buscar el sentido de la pintura y desvincularme tanto de la figuraci¨®n a la que volvieron todos los miembros de grupo, como del informalismo que triunfaba de la mano de T¨¤pies", recuerda Borrell, quien tuvo su primer contacto con la pintura a trav¨¦s de Anglada-Camarasa, a quien conoci¨® mientras hac¨ªa el servicio militar en Mallorca.
"A los miembros del octeto Moonwinds nos une las ganas de tocar por puro placer"
Destellos de color
"Yo no me encontraba bien con la materia, quer¨ªa recuperar el gesto, la escritura, el signo", explica. El recorrido expositivo resulta esclarecedor de su evoluci¨®n desde las telas minimalistas y casi monocromas de la d¨¦cada de 1970, en un crescendo que va incorporando destellos de color a partir de 1980, cuando empieza a exponer regularmente en la galer¨ªa Joan Prats de Barcelona. "Tengo una especial facilidad para reconocer los colores que seg¨²n los par¨¢metros de las Bellas Artes se consideran bonitos y arm¨®nicos, pero no los uso. Hubiese sido m¨¢s f¨¢cil, pero no hay que ceder ni un palmo al enemigo", subraya el artista. "Borrell jam¨¢s pierde el rigor, con pocos elementos consigue una obra dial¨¦ctica que refleja su lucha interior para encontrar el equilibrio de los opuestos", a?ade Antoni Perna, director art¨ªstico de Tecla Sala y responsable de la selecci¨®n de las obras junto con el propio artista.
Pese a que siempre se mantuvo ajeno a las tendencias mayoritarias de su ¨¦poca, Borrell tuvo grandes estimadores: Eduard Cirlot, que le empuj¨® a dedicarse a la pintura; Alexandre Cirici, que le invit¨® a exponer en la inauguraci¨®n del Museo de Arte Contempor¨¢neo del Coliseum de Barcelona, y Mar¨ªa Luisa Borr¨¤s, quien le seleccion¨® para la exposici¨®n Seny i rauxa en el Centro Pompidou de Par¨ªs en 1978.
Una versi¨®n reducida de la exposici¨®n se presentar¨¢ la pr¨®xima primavera en el Museo de Arte de Sabadell, ciudad natal de Borrell.
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