Vuelven el genio y las figuras de Momix
Vuelve al teatro Alb¨¦niz el grupo norteamericano Momix, arquetipo e icono de la nueva danza acrob¨¢tica de la segunda mitad del siglo XX. Lo hace con el montaje Sun Flower Moon que resume todo su estilo. A pesar de que el grupo se fund¨® en 1980, estos a?os le han permitido cuajar un estilo y establecerse dentro de un exquisito grupo de talentos coreogr¨¢ficos mundiales que son capaces de ser identificados con s¨®lo ver una de sus fotograf¨ªas.
Momix surgi¨® de la mano de dos miembros destacados del grupo Pilobolus: Alison Chase y Moses Pendleton, que recreando la ilusion¨ªstica, lo circense y el poder acrob¨¢tico al que sumaban dosis de nueva poes¨ªa, llegaron a perfeccionar n¨²meros que est¨¢n en el recuerdo de todos los aficionados de la danza moderna en el mundo.
Si tuvi¨¦ramos que hablar de paternidad, evidentemente, Momix es el ¨²nico hijo de Pilobolus, conteniendo todos sus genes, que pueden resumirse como un h¨ªbrido de gimnasia, pantomima y danza con c¨®digos extra¨ªdos de todas sus variantes, desde el cl¨¢sico a las escuelas modernas americanas. Pilobolus naci¨® casi espont¨¢neamente de las lecciones experimentales de Chase en el Dartmouth College, y que ten¨ªa solamente dos alumnos hombres, el mencionado Moses y el luego desgajado Ionathan Wolken. Despu¨¦s de dos a?os de paciente entrenamiento y b¨²squeda, entraron otros dos hombres, Robby Barnett y Lee Harris, a los que se sum¨® Martha Clarke. La mescolanza de tinte surrealista y humor trabajado sobre el concepto de verdaderas esculturas humanas, fue inmediatamente asimilado y aceptado por el p¨²blico no s¨®lo norteamericano, sino de los principales festivales europeos. En estos trabajos se encuentra la huella de Alwin Nikolais y su instinto modelador de un paisaje pl¨¢stico-esc¨¦nico.
Y Momix es el resultado de todos estos talentos y de una b¨²squeda nada inocente ni superficial donde la energ¨ªa acrob¨¢tica se vuelve autosuficiente hasta encontrar lo propiamente danc¨ªstico.
El repertorio de Momix es notablemente amplio y por sus filas han pasado una serie de artistas que luego han continuado su carrera en solitario. Empez¨® con el primer viaje a Europa de Pilobolus en 1973 al Festival de Edimburgo y se concret¨® con la visita ya en los a?os ochenta a la Bienal de la Danza de Lyon dedicada a Norteam¨¦rica, donde brill¨® y se afianz¨® como primera figura del conjunto Momix el bailar¨ªn Daniel Ezralow, que a su vez cre¨® el ¨²nico nieto de Pilobolus e hijo de Momix: la compa?¨ªa ISO.
El programa de Momix se compone de un recorrido de piezas que sin respetar lo estrictamente cronol¨®gico, va del pasado al futuro, en la demostraci¨®n palpable de que la materia sobre la que trabajan se mantiene viva y potente. Las claves estil¨ªsticas van desde el disfrute visual del cuerpo humano hasta el virtuosismo de las sombras chinescas, que en ellos est¨¢ llevado a cuotas de perfecci¨®n dif¨ªcilmente igualables. Los accesorios esc¨¦nicos pierden peso y realidad para fundirse con los artistas y sus evoluciones, siendo ¨¦ste probablemente uno de los m¨¦ritos incuestionables de Momix.
La influencia de Momix sobre la danza europea y sobre la propia danza norteamericana de generaciones posteriores ha sido limitada, lo que induce a pensar que aun en la consistencia de su espect¨¢culo la imitaci¨®n, tan com¨²n en nuestros d¨ªas, no tiene espacio ni lugar. S¨ª es verdad que Momix es probablemente el ¨²nico heredero danc¨ªsticamente impuro pero original, que enlaza con fen¨®menos de la danza y el ballet modernos fundacionales que no han tenido otras consecuencias pr¨¢cticas en el arte esc¨¦nico de hoy. Momix es todo energ¨ªa, plasticidad, humor sutil y gui?os a veces infantiles y otras simplemente tiernos.
Sun Flower Moon. Teatro Alb¨¦niz. Hasta el 14 de enero. Ver cartelera
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