Las visiones de Palazuelo

"No hay nada quieto en el universo. Y las formas son siempre tr¨¢nsitos en otras, se trata del paso de una forma en otra, porque se produce desde dentro". Pablo Palazuelo (Madrid, 1915) dec¨ªa esto en el mon¨®logo televisivo que grab¨® Paloma Chamorro en 1996. Puede ser una afirmaci¨®n v¨¢lida no s¨®lo respecto a las formas sino tambi¨¦n a la manera en que diversas generaciones revisan desde dentro del arte la visi¨®n que se tiene de la obra de un creador.

La que ahora se quiere dar en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba), que hasta el 18 de febrero presenta una gran retrospectiva de Palazuelo, pretende ser diferente de la que han dado anteriores antol¨®gicas e, incluso, de la misma interpretaci¨®n de la misma que ha ido haciendo el mismo artista, para el que el arte tiene, precisamente, algo de visionario. "El error de la historiograf¨ªa moderna, sobre todo en Espa?a, es que cree que lo que el artista dice es la verdad y en realidad puede ser una interpretaci¨®n limitada de un trabajo que va m¨¢s all¨¢ y es susceptible de otras lecturas", indica Manuel Borja-Villel, director del Macba y comisario de la exposici¨®n junto a Teresa Grandes. "Por eso no hemos querido poner el ¨¦nfasis en la parte m¨ªstica o esot¨¦rica de su obra, de la que se ha abusado mucho, aunque la hay, sino en otros aspectos que nos parecen m¨¢s relevantes, como es su car¨¢cter performativo, es decir, en c¨®mo su obra se diferencia de la abstracci¨®n cl¨¢sica porque no busca la autonom¨ªa de las formas sino la tensi¨®n entre ellas, el proceso y la transformaci¨®n que sufren. Por eso abundan los dibujos, en muchos de los cuales se advierten las dudas y los penedimentos en las formas".

La retrospectiva, que entre marzo y junio podr¨¢ verse en el Museo Guggenheim de Bilbao, re¨²ne unas 350 obras, de las que un tercio son in¨¦ditas o eran muy dif¨ªciles de ver en Espa?a al estar en colecciones privadas o en centros internacionales, adem¨¢s de otras pertenecientes al archivo familiar, que est¨¢ en proceso de organizaci¨®n. Abarca toda su trayectoria pero, pese a que la obra ¨²ltima de Palazuelo est¨¢ siendo la m¨¢s elogiada por una parte de la cr¨ªtica, esta exposici¨®n se centra de forma m¨¢s espec¨ªfica en sus trabajos de los a?os cincuenta y sesenta, cuando desarroll¨® su principal corpus formal y te¨®rico.

Para Borja-Villel, Palazuelo es un artista solitario que contest¨® a la modernidad desde dentro en un momento en el que lo que primaba era el informalismo o una abstracci¨®n l¨ªrica. La suya, en cambio, es racional y geom¨¦trica, aunque trufada de elementos simb¨®licos y de referencias paisaj¨ªsticas (como algunas obras de los a?os cincuenta, que parecen vistas desde el aire, influido tal vez por su experiencia como piloto durante la guerra), en la que destaca el poder de la l¨ªnea, el elemento b¨¢sico de un trabajo, tal vez influido por su formaci¨®n de arquitecto, que ha podido ser le¨ªdo como una partitura musical. Y as¨ª suena.La exposici¨®n, que re¨²ne 350 obras, se presentar¨¢ luego en el Guggenheim de Bilbao