Telefonillo
Tele 5 emiti¨® finalmente El marido de Lola, un ejercicio de sensacionalismo sobre la vida de Antonio Gonz¨¢lez, El Pesca¨ªlla. Fiel a un g¨¦nero con el que resulta peligroso especular (los Flores est¨¢n pagando sus coqueteos con la industria de la intimidad), el reportaje nos present¨® a uno de los mayores artistas del siglo XX como un mujeriego compulsivo, borracho, vago, manirroto, gigol¨® y cornudo. S¨®lo falt¨® que descubrieran que ten¨ªa halitosis. Por suerte, al Pesca¨ªlla ya se le hab¨ªa hecho justicia audiovisual en reportajes m¨¢s respetuosos con su arte, como el que en su d¨ªa emiti¨® TV-3 o, recientemente, el de BTV, que inaugura una documentada historia de la rumba.
El reportaje de Tele 5 recuper¨® im¨¢genes de una charla que Jes¨²s Hermida mantuvo con Lola Flores y a la que asisti¨®, como convidado de piedra, el Pesca¨ªlla. All¨ª estaba el maestro, creando atajos guitarr¨ªsticos y, de vez en cuando, miraba a Hermida y a Flores con una expresi¨®n de profundo y orgulloso desprecio. Esa mirada no se la habr¨ªa aguantado Jorge Javier V¨¢zquez, que despu¨¦s del documental sigui¨® removiendo v¨ªsceras en El debate. V¨¢zquez se mueve en la contradicci¨®n de combinar su caracter¨ªstica iron¨ªa con la invasi¨®n de privacidades (la escena de los reporteros llegando hasta el portero autom¨¢tico y persiguiendo al hijo secreto resultaba tan humillante como sintom¨¢tica) que s¨®lo se puede justificar renunciando a los escr¨²pulos y escud¨¢ndose en pr¨¦dicas eg¨®latras o en el cinismo de desear -menudo morro- que el reportaje le haya gustado a Lolita y a Rosario. Carmen Rigalt, que asist¨ªa a esta uija, tuvo el acierto de reclamar el derecho de los aludidos a no participar en la jaur¨ªa y dijo: "Las romer¨ªas al telefonillo me producen mucha angustia y me despiertan mucha compasi¨®n". Fueron una angustia y una compasi¨®n multitudinarias: el reportaje tuvo un 27,5% de share y el debate 33,4%. Lo siento por las grandes Lolita y Rosario y por ese hijo que anda huyendo del acoso denigrante de las c¨¢maras. Un acoso del que quiz¨¢ somos c¨®mplices todos los que lo vimos.
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