65 millones de euros para dar vida a los duendes, elfos y trasgos

Luc Besson tiene aspecto de duende. Gordito y barbudo, de voz y aspecto bonachones, Besson no vive, sin embargo, en un mundo de hadas encantado y maravilloso, sino en el del rigor financiero m¨¢s estricto. Para poner en marcha Arthur y los minimoys, que ha costado la friolera de 65 millones de euros, antes se ha asegurado la participaci¨®n econ¨®mica de un banco, de una compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil, de diversos productos alimentarios vinculados al consumo infantil y juvenil, de varias casas de modas ligadas a la moda joven, de jarabes, marcas de cuadernos, de rompecabezas o de videojuegos, todos implicados en la promoci¨®n, publicitaria o v¨ªa productos derivados, de una producci¨®n de EuropaCorp -la empresa de Besson- pensada como un filme americano.

Madonna y David Bowie son algunas de las voces de los dibujos animados

"Creo que es bueno que respetemos y cuidemos el ni?o que todos llevamos dentro", dice el cineasta y productor a la hora de explicar los motivos que le empujaron a poner en pie Arthur y los minimoys. Escrita en la primavera de 2002 como "una peque?a historia simp¨¢tica que nadie est¨¢ obligado a comprar", su punto de partida est¨¢ en una visita que "el dibujante Patrice Garc¨ªa y su esposa C¨¦line me hicieron para proponerme una serie de televisi¨®n a partir de un gui¨®n basado en una historia de duendes. Entonces vi el primer dibujo de Arthur y de su familia de minimoys".

Este rey Midas del cine franc¨¦s, acostumbrado a rodar en ingl¨¦s y a ver sus producciones distribuidas en todo el mundo, ha escogido como protagonistas a Mia Farrow, que encarna a la abuela de Arthur, y a Freddie Highmore -Charlie y la f¨¢brica de chocolate, Neverland, etc¨¦tera-, en tanto que actores humanos de una cinta de animaci¨®n "distinta de las estadounidenses de Pixar o Dreamworks, porque nosotros hemos optado por hacer evolucionar a los personajes en 3D en decorados 3D elaborados a partir de maquetas reales. Eso da a la imagen un realismo ¨²nico".

Entre 2002 y 2006, m¨¢s de 700 personas han trabajado en el filme, entre ellas m¨¢s de 200 especialistas en animaci¨®n. "Pero levantar el proyecto no fue f¨¢cil, pues no puedes ir con unos simples dibujos a pedir dinero. Los dos primeros a?os los financi¨¦ para obtener una peque?a muestra de 10 minutos que sirvi¨® para convencer a los socios m¨¢s reticentes", explica Besson.

La historia es la misma de siempre: un ni?o so?ador va a entrar en su universo imaginario para encontrar all¨ª la soluci¨®n a sus problemas reales, que son muy prosaicos, estrictamente, de deudas y pagar¨¦s. El mundo real es una casa y un jard¨ªn levantados en la costa normanda y que simulan estar en Connecticut. El universo imaginario est¨¢ entre las hierbas del jard¨ªn y en su subsuelo. Ocurre todo lo que ten¨ªa que ocurrir: los malos son castigados, los j¨®venes se enamoran, las hipotecas se pagan justo cuando iban a vencer y la aventura es trepidante. La novedad es formal y es l¨®gico que as¨ª sea en un producto navide?o de este tipo: "De lo que se trataba era de conseguir un efecto hiperrealista, que los cr¨ªos, en su casa, puedan creer que les basta con levantar una piedra del huerto familiar para descubrir ah¨ª a un minimoy".

Los minimoys son los duendes, elfos o trasgos que pueblan los alrededores de la casa de Arthur. Los hay con aspecto casi humano -s¨®lo sus largas orejas les distinguen de nosotros-, mientras que otros son peludos, paticortos, panzudos, cabalgan mosquitos o utilizan las avellanas como proyectiles. El universo del Mal, regido por un ¨¢ngel ca¨ªdo -Maltazard-, es de clara inspiraci¨®n fascista.

Las voces de la banda inglesa de minimoys son de naturaleza musical: "La princesa Selenia es Madonna; Maltazard es David Bowie y Max es Snoop Doggy Dog. A todos les pareci¨® un desaf¨ªo ponerle voz a un dibujo animado. En la versi¨®n francesa, tambi¨¦n recurro a cantantes conocidos, como Myl¨¨ne Farmer, Alain Bashung, Marc Lavoine o Dick Rivers", concluye el productor y realizador franc¨¦s.