Cuentas pendientes en el Bernab¨¦u
Kahn, Van Bommel y Makaay lideran al Bayern, eliminado por el Madrid en sus dos ¨²ltimos cruces

Oliver Kahn, portero del Bayern de M¨²nich, le debe al Madrid una crisis metaf¨ªsica. Corr¨ªa 2004. Se jugaban los octavos de la Champions, d¨ªas de tensi¨®n, provocaciones mutuas y declaraciones altisonantes. "No ten¨¦is huevos", le espet¨® Kahn, altivo, dominante, a sus compa?eros. La frase sobrevivi¨® unas horas. Las que tard¨® en hacerse humano: "Yo tambi¨¦n tengo l¨ªmites. Tengo que buscar los motivos, introducirme dentro de m¨ª y preguntarme qu¨¦ significa todo esto", reconoci¨® el portero tras cometer un error infantil que le cost¨® un gol en un lanzamiento de falta de Roberto Carlos. Dos a?os despu¨¦s, Kahn, el ogro, vuelve al Bernab¨¦u. Sigue dominando con pu?o de hierro el vestuario alem¨¢n. Tiene 37 a?os. Y su pulso, como el de su equipo, ya no es lo que era.
El Bayern, versi¨®n 2006-2007, malvive en la Bundesliga -marcha cuarto- y se mide desde Inglaterra. Ah¨ª est¨¢ Ballack, la estrella huida al Chelsea. All¨ª quiere marcharse Hargreaves, el medio del club b¨¢varo por el que suspira el Manchester United. De los dos, las mejores definiciones del equipo: "La diferencia entre el Bayer Leverkusen de mis tiempos y el Bayern de M¨²nich en el que jugu¨¦ es sencilla", cuenta Ballack. "En Leverkusen jugamos un f¨²tbol atractivo y no ganamos nada. Puedes jugar de una forma m¨¢s atractiva, pero as¨ª se corren m¨¢s riesgos y puedes perder. Y el ¨¦xito es ganar". El Bayern, por lo tanto, es un equipo obsesionado con la victoria y despreocupado por las formas. De ah¨ª su segundo rasgo caracter¨ªstico: tensi¨®n competitiva en un vestuario con tendencia a los terremotos. "En el Bayern hay mucha pol¨ªtica y mucha lucha interna", dice Hargreaves. "Pero las cosas han mejorado: cuando era juvenil sol¨ªamos entrenarnos en una cancha oscura, con luz en una esquina. En el men¨² no hab¨ªa nada m¨¢s que oscuridad y salchichas".
Dice Makaay, punta del Bayern y ex del Depor, que su equipo tiene una "cuenta pendiente" con el Madrid. Que en el vestuario todav¨ªa escuece haber perdido la eliminatoria que transform¨® a Kahn. Las cosas, sin embargo, no son lo que eran: el Bayern ha abandonado su viejo estadio ol¨ªmpico por el modern¨ªsimo Schlauchboot, el Bote inflable, como apoda la afici¨®n b¨¢vara a su nuevo estadio, donde se jugar¨¢ el partido de vuelta. Ballack se ha marchado y, para compensar tanta arruga en la caseta, el equipo se ha reforzado con Podolski y el ex azulgrana Van Bommel, mientras se potenciaba el papel de Schweinsteiger o Van Buyten. Ni siquiera pervive el viejo respeto por el Madrid, un equipo al que ahora se mide en funci¨®n del Barcelona: "Es el ¨²nico equipo de Espa?a que ha logrado vencer al Bar?a", argument¨® ayer Felix Magath, t¨¦cnico muniqu¨¦s adem¨¢s de ex jugador e hijo de un soldado puertorrique?o destacado por el ej¨¦rcito de los Estados Unidos en una base alemana.
Tras jugar tres eliminatorias de la Champions en los cinco ¨²ltimos a?os -el Madrid gan¨® las dos m¨¢s recientes-, los dos equipos se conocen bien. No as¨ª todos sus jugadores: "Me han comentado en el vestuario que les conocemos bien", admiti¨® Sergio Ramos. El central nunca ha jugado contra el Bayern. No tiene cuentas pendientes. Y todav¨ªa no conoce al ogro.
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