Ronaldinho, ante su perpetuo rival
El 'crack' deslumbr¨® por primera vez a Brasil en una final ante el Internacional en 1999
Comenz¨® su festival de ilusionismo con un sombrero tan devastador como vejatorio. Continu¨® su extraordinario inventario de travesuras con un fastuoso autopase ejecutando una rabona. Y lo culmin¨® con un soberbio gol, que val¨ªa un t¨ªtulo, tras un t¨²nel y tars eludir al capit¨¢n rival tirando una magn¨ªfica pared. Ronaldinho fabric¨® todo eso con la camiseta del Gremio, su club de origen, en la final que disput¨®, y gan¨®, con tan s¨®lo 19 a?os en su primera gran aparici¨®n en Brasil, pr¨®digamente publicitada por las televisiones nacionales.
La v¨ªctima damnificada por el sombrero, la rabona y la pared era Dunga, icono de garra, determinaci¨®n y sacrificio como jugador, capit¨¢n del Brasil que gan¨® el Mundial de 1994 y actual seleccionador. Ya contaba 35 a?os cuando le pas¨® por encima aquel irreverente vendaval. La cita, a tres partidos, era la final del campeonato ga¨²cho de 1999, el torneo anual que re¨²ne a los mejores del estado de R¨ªo Grande do Sul. El Internacional, el club de Dunga, se enfrentaba al Gremio en la en¨¦sima contienda por dirimir la supremac¨ªa futbol¨ªstica en la ciudad de Porto Alegre y todo el Estado. Ronaldinho, siempre espont¨¢neo, dijo que no se fij¨® en qui¨¦n ten¨ªa delante cuando desat¨® aquel arrebato creativo y desequilibrante.
El azulgrana gan¨® con el Gremio de Porto Alegre 10 de 11 partidos al finalista de hoy
Cuesti¨®n de naturaleza futbolera. Como la perenne rivalidad entre Gremio e Internacional, que hoy, en cierta medida, se reedita en Yokohama. El Gremio se proclam¨® campe¨®n de Am¨¦rica en dos ocasiones y gan¨® la Copa Intercontinental en 1983 ante el Hamburgo. El Internacional ha levantado este a?o la Copa Libertadores de Am¨¦rica por primera vez en su historia. Y la gan¨® con un equipo s¨®lido y competitivo en el que destacaban dos jugadores que ya no tiene: Sobis, goleador traspasado al Betis, y Tinga, ahora en el Borussia Dortmund.
Es el Internacional todo un cl¨¢sico del f¨²tbol brasile?o. Pese a que el estado de R¨ªo Grande do Sul se ha se?alado tradicionalmente por un f¨²tbol de pierna fuerte y car¨¢cter aguerrido, diferenciado de los c¨¢nones del jogo bonito, siempre ha sabido parir o acoger a peloteros. Sus principales referencias hist¨®ricas son gente como el insigne Falcao, director de juego del sublime Brasil de 1982. O el chileno El¨ªas Figueroa, un zaguero tan fiable como su consigna lapidaria: "El ¨¢rea es mi casa, y aqu¨ª s¨®lo entra quien yo quiero". Figuras como el gran cabeceador que era Dar¨ªo Maravilha, el centrocampista Carpeggiani o el polivalente volante Joao Batista llevaron al Internacional a su ¨¦poca dorada en los setenta cuando conquistaron tres t¨ªtulos nacionales. Ahora, un t¨¦cnico de estilo paternal como Abel Braga, que en el Ponte Preta, su antiguo club, era capaz de pagarle un filete a cada miembro de su plantilla en tiempos de sueldos impagados, gestiona un equipo de f¨²tbol directo, veloz y aguerrido. En el actual Internacional destacan un delantero reconvertido en volante, competente en el juego a¨¦reo o situ¨¢ndose de espaldas al ¨¢rea, como Fernandao. O el delantero Iarley, con una carrera tan err¨¢tica que abarca el Boca Juniors, el Real Madrid B, y equipos de categor¨ªa regional en el f¨²tbol espa?ol. Tambi¨¦n j¨®venes proyectos de futuro, como el delantero Alexandre Pato, de 17 a?os, con s¨®lo dos partidos en el primer equipo, en los que mostr¨® velocidad, atrevimiento y precisi¨®n en el remate.
Hoy, como herederos de una centenaria tradici¨®n, se baten con su eterno e implacable enemigo. Con el Gremio, Ronaldinho gan¨® al Internacional diez de 11 partidos y marc¨® 10 goles. Ahora no suele llevar una camiseta bajo la del Bar?a. Pero seguramente, en su adolescencia, su piel qued¨® tatuada con los colores azul, negro y blanco. Son los del Gremio de Porto Alegre, el ac¨¦rrimo rival del Internacional.
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