El Full Monty y la globalizaci¨®n
Quedan 20 jornadas para que acabe la Liga inglesa pero ya sabemos que el campe¨®n va a ser el Manchester o el Chelsea. Mejor ser¨ªa que quedaran cuatro candidatos, como en Espa?a, pero teniendo en cuenta que hace 12 meses nadie dudaba que el Chelsea ser¨ªa campe¨®n, algo se ha avanzado.
Pero no tanto como para evitar que esta semana la atenci¨®n del p¨²blico deportivo ingl¨¦s se haya desviado en una direcci¨®n completamente diferente. Su nombre es Monty Panesar. Si un marciano hubiera aterrizado en Inglaterra el lunes o martes pasado, (o un espa?ol que hablara ingl¨¦s pero no entiendera los c¨®digos b¨¢sicos de la cultura inglesa) supondr¨ªa que se trataba de un m¨ªtico guerrero cuya misi¨®n era salvar al pa¨ªs de la cat¨¢strofe. San Jorge contra el drag¨®n; el rey Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n contra los franceses; Churchill contra Hitler.
Las comparaciones no son exageradas. Estamos hablando del cr¨ªquet, la expresi¨®n quintaesencial de la cultura inglesa. Y nos referimos, concretamante, a una serie de partidos que se est¨¢n llevando a cabo en este momento contra el rival m¨¢s antiguo y m¨¢s detestado, como el Bar?a para el Madrid o el Madrid para el Bar?a: Australia. Se jugar¨¢n cinco partidos en total. Ya se han disputado dos y ambos los gan¨® Australia. Si Inglaterra no gana el tercero, que empez¨® el jueves y acaba el lunes (un partido de cr¨ªquet internacional dura cinco d¨ªas) pierde la serie y el pa¨ªs se hunde en una depresi¨®n de la que ni Pap¨¢ Noel le podr¨¢ sacar.
?Qui¨¦n es Monty Panesar? Monty Panesar es un jugador que el entrenador ingl¨¦s no seleccion¨® para los dos primeros partidos. Hubo un consenso casi absoluto en la prensa inglesa: el seleccionador se equivoc¨®. The Guardian, quiz¨¢ el diario m¨¢s serio de Inglaterra, opin¨® que si Monty Panesar no entraba en la selecci¨®n, esta vez Tony Blair se ver¨ªa obligado a abordar la crisis en una sesi¨®n urgente del parlamento. Todos los peri¨®dicos, todos los grandes periodistas deportivos ingleses, se olvidaron de Mourinho, de Ferguson, de Wenger y de Wayne Rooney para concentrar su atenci¨®n en la gran cuesti¨®n nacional.
Monty Panesar por fin jug¨®, y cumpli¨®. Hizo en el primer d¨ªa lo que la naci¨®n esperaba de ¨¦l, y m¨¢s. No vamos a intentar explicar aqu¨ª las reglas del cr¨ªquet, pero digamos que el equivalente futbol¨ªstico de la haza?a de Monty Panesar ser¨ªa que un canterano del Real Madrid marcara tres goles al Bar?a en el Camp Nou. Lo que hubiera dejado at¨®nito al espa?ol (y al italiano, y al chino, y al marciano) es que Monty Panesar no podr¨ªa tener un aspecto m¨¢s diferente al del resto de los jugadores de la selecci¨®n inglesa de cr¨ªquet, hombres fornidos, de tez blanca o rosada. Panesar es un se?or bajito, moreno y barbudo que, siendo un devoto sikh, juega siempre con un turbante negro. El p¨²blico le ha puesto el apodo del militar ingl¨¦s m¨¢s ilustre de la Segunda Guerra Mundial, el Mariscal Monty Montgomerie, pero el nombre que le dieron sus padres, inmigrantes que llegaron de la India en 1979, fue Mudhsuden Singh. Ser¨ªa intrigante saber qu¨¦ pasa por la cabeza de los padres cada vez que van a un estadio a ver jugar a su hijo y se ven rodeados de fans luciendo, adem¨¢s de sus banderas inglesas, turbantes negros.
Ya es mucho que un franc¨¦s (Wenger) y un espa?ol (Rafa Benitez) sean adorados por las aficiones de clubes ingleses tan ancestrales como el Arsenal y el Liverpool. ?Pero que el h¨¦roe nacional de la tierra del Almirate Nelson, del Duque de Wellington y la Reina Victoria sea un joven sikh!
La mezcla de la globalizaci¨®n y el deporte ha dado a la humanidad cosas fant¨¢sticas.
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