El h¨¢bito hace la excelencia

Durante a?os, los mejores atletas, artistas, conferenciantes, pol¨ªticos... han requerido la ayuda de un entrenador o formador personal para lograr los mejores resultados posibles trabajando bajo presi¨®n. Si esto es as¨ª, ?por qu¨¦ los directivos, que tienen a sus espaldas responsabilidades econ¨®micas y humanas de las empresas, no deber¨ªan necesitar este tipo de ayudas?

?ste es un libro para valientes y afortunados. Los primeros porque deber¨¢n resistir las constantes incitaciones y desaf¨ªos del autor; los segundos porque tendr¨¢n el privilegio de disponer de los consejos y planes de acci¨®n de cada uno de los consultadores actuales m¨¢s reputados: Jos¨¦ Manuel Casado, doctorado en Sociolog¨ªa Industrial y master en Organizaci¨®n y Direcci¨®n de Recursos Humanos y PDD por el IESE.

La cantidad de cuestiones que un directivo debe gestionar de manera eficaz y el alto grado de responsabilidad de sus decisiones le obligan a contar con una direcci¨®n asistida que, verdaderamente, proporcione estabilidad a sus maniobras.

M¨¢s all¨¢ de cifras, balances y cuentas de resultados, los principales problemas de la empresa del siglo XXI est¨¢n relacionados con lo social, pero ?perciben las organizaciones los verdaderos cambios de su entorno? Casado sostiene que s¨®lo el ajuste perfecto de este nuevo contexto geopol¨ªtico y social con los principales activos de las empresas garantizar¨¢ el ¨¦xito.

El autor describe y documenta el presente, interpreta el futuro y propone soluciones, recogidas en planes de acci¨®n espec¨ªficos de cada cap¨ªtulo. S¨®lo su correcta aplicaci¨®n determinar¨¢ la conducci¨®n de equipos a la excelencia. Equipos conscientes, por ejemplo, de que en un par de d¨¦cadas la mitad de la poblaci¨®n mundial estar¨¢ en China y la India, de que existir¨¢n dos fuerzas de trabajo distintas que obligar¨¢n a la creaci¨®n de nuevos modelos de trabajo o de que s¨®lo las ideas son las que generan valor en los negocios.

En los dos primeros cap¨ªtulos, el autor sienta las bases de su punto de partida: "La responsabilidad de los directivos en la conservaci¨®n y captaci¨®n del talento" supone optar por la gesti¨®n de personas orientadas a "la creaci¨®n de valor para el cliente y la innovaci¨®n". Apoy¨¢ndose en los postulados de Eduardo Punset, prologuista del libro, plantea el an¨¢lisis de una disciplina, la softolog¨ªa, que estudia "los comportamientos directivos agradables y las habilidades blandas que tienen una influencia positiva sobre las personas". A partir del cuarto cap¨ªtulo, el consultor enfrenta al directivo cara a cara consigo mismo, cuestiona sus rutinas, su forma de trabajo, su gesti¨®n del tiempo, su capacidad para escuchar, explorar, responder y preguntar, su estilo de negociaci¨®n; en definitiva, su grado de influencia.

La relaci¨®n entre jefe y colaborador ocupa un espacio destacable. El autor resalta la motivaci¨®n como "principal fuente de energ¨ªa en las personas y responsable directa de su esfuerzo", de modo que todo empe?o del directivo por reforzarla es insuficiente. Se trata de que el colaborador "alcance las metas de la organizaci¨®n, condicionado por la posibilidad de satisfacer las necesidades individuales", esto es, conseguir que las necesidades del individuo sean compatibles con las de la empresa. Seg¨²n esta teor¨ªa, alcanzar o no esa complicidad, es decir, conseguir conducir equipos a la excelencia, s¨®lo ser¨¢ posible si los directivos se preocupan por conocer personalmente a su equipo y sus motivaciones. Por ello, Casado define la eficiencia de cualquier persona como la combinaci¨®n de los conocimientos y las capacidades, las intenciones y el contexto, y plantea la gesti¨®n de esta eficiencia como uno de los grandes retos del directivo del siglo XXI.

En medio de esta mara?a de cambios, parece obvio que el directivo necesite ayuda. El autor alude al counseling y al coaching como herramientas para detectar los malos h¨¢bitos y conseguir mejores resultados, pues como ¨¦l mismo escribe, "Arist¨®teles dec¨ªa: 'Somos lo que hacemos d¨ªa a d¨ªa, de modo que la excelencia no es un acto sino un h¨¢bito".