Un cierto tufo
De la alcaldesa Rita Barber¨¢ dicen que es todo un espect¨¢culo, pero no est¨¢ del todo claro por qu¨¦ ha montado esta bochornosa funci¨®n. Aseguran que est¨¢ que se sale y derrapa, de tan sobrada que va por la vida pol¨ªtica municipal. Debe ser algo as¨ª como Aznar en sus buenos tiempos, aquellos en los que animaba a los suyos a actuar "sin complejos" y acab¨® metiendo al pa¨ªs en una guerra. Una Rita Barber¨¢ sin complejos, al menos en lo pol¨ªtico, es lo que se ha podido ver el pasado fin de semana en el homenaje que se ha hecho a s¨ª misma, junto al ¨²ltimo alcalde franquista de Valencia, Miguel Ram¨®n Izquierdo.
Cuentan las cr¨®nicas que el s¨¢bado a la alcaldesa le tendieron una alfombra roja sobre una de las rampas de acceso al parque de cabecera del Jard¨ªn del Turia. All¨ª le esperaba el trasnochado personaje, con quien se fundi¨® en un emotivo abrazo y destap¨® una placa que canta por soleares: "En 1976 el pleno del Ayuntamiento de Valencia solicit¨® la propiedad del cauce del r¨ªo Turia a favor de los valencianos para declararlo zona verde y el 1 de diciembre S. M. el rey don Juan Carlos I firm¨® la cesi¨®n gratuita de dichos terrenos al ayuntamiento siendo alcalde el Excelent¨ªsimo se?or Miguel Ram¨®n Izquierdo. Treinta a?os despu¨¦s, celebramos este hist¨®rico acontecimiento siendo alcaldesa la Excelent¨ªsima se?ora Rita Barber¨¢". As¨ª se desfigura la historia. A Rita Barber¨¢ s¨®lo le falta irse de caza y cont¨¢rnoslo para acabar de cumplir la sentencia que le atribuyen a Otto von Bismarck. Dec¨ªa el canciller que nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y despu¨¦s de la cacer¨ªa.
L¨®gicamente la oposici¨®n ha puesto el grito en el cielo. Y ha recordado que no hay mayor mentira que una verdad a medias. La placa oculta que fue el alcalde socialista Ricard P¨¦rez Casado quien desarroll¨® el plan del Turia e inici¨® la transformaci¨®n del viejo cauce en un jard¨ªn, que luego continu¨® Clementina R¨®denas. Pero lo que m¨¢s rechina de todo este burdo montaje propagand¨ªstico es la asociaci¨®n de la figura de Miguel Ram¨®n Izquierdo con la expresi¨®n "zona verde". Cuando se retuerce hasta tal extremo la verdad, no queda m¨¢s remedio que recordar obviedades. El jard¨ªn del Turia se hizo a pesar del ayuntamiento franquista que presid¨ªa Miguel Ram¨®n Izquierdo. Un ayuntamiento que pretend¨ªa llenar el viejo cauce de autopistas y solares para la especulaci¨®n urbana. Era el mismo ayuntamiento franquista que empez¨® a urbanizar El Saler. Y fueron las personas del movimiento ciudadano de entonces, impulsado por la oposici¨®n democr¨¢tica y perseguido por la polic¨ªa y los gerifaltes franquistas, quienes con campa?as como "El Turia ¨¦s nostre i el volem verd" y "El Saler per al poble", lograron frenar la especulaci¨®n y la privatizaci¨®n.
Si Rita Barber¨¢ ha montado esta pantomima es porque, en una vuelta a sus or¨ªgenes, no le averg¨¹enza presentarse como una continuadora de Miguel Ram¨®n Izquierdo. Pero adem¨¢s, debajo de todo ello, hay una estrategia pol¨ªtica que pretende reescribir la historia para intentar presentar la transici¨®n como una evoluci¨®n natural del franquismo, como si no hubiera habido un enfrentamiento franquismo/ democracia.
El mismo d¨ªa en que Barber¨¢ se abrazaba a Ram¨®n Izquierdo, este peri¨®dico publicaba un interesante art¨ªculo de Tzevan Todorov. El fil¨®sofo recordaba que en los pa¨ªses totalitarios la verdad se sacrifica sistem¨¢ticamente en la lucha para obtener la victoria. Y a prop¨®sito de lo sucedido estos a?os en Estado Unidos con las mentiras sobre Irak, advert¨ªa de que en el Estado democr¨¢tico la verdad tiene que ser sagrada por que est¨¢n en juego los fundamentos del r¨¦gimen.
Tras el desmoronamiento del comunismo, Todorov public¨® un estimulante ensayo, El hombre desplazado (Seuil, 1996/ Taurus, 1998), en el que realizaba un preciso an¨¢lisis de la experiencia totalitaria, v¨¢lido tanto para lo que signific¨® el estalinismo y sus secuelas, como el fascismo y las suyas. Explica Todorov que algunos detenidos de los campos de concentraci¨®n tuvieron el valor y la inteligencia de no compartir con sus hijos la totalidad de sus experiencias. "De lo contrario", dice, "no habr¨ªan llevado su propia vida, sino la de sus progenitores".
En Espa?a, sobre muchos de esos silencios y la generosidad de la izquierda se construy¨® buena parte de la transici¨®n y se aplaz¨® el necesario juicio pol¨ªtico al franquismo. Un juicio que, como sostiene Todorov respecto a los reg¨ªmenes comunistas de la Europa del Este, alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que hacer, privando de honores a los responsables de las c¨²pulas y restableciendo las nociones de verdad y de justicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.