M¨¢s de un responsable

Miles de viajeros en Espa?a y Latinoam¨¦rica contin¨²an afectados por el cese de las actividades de Air Madrid. La suspensi¨®n de la licencia de la aerol¨ªnea lleg¨® poco despu¨¦s de que la propia compa?¨ªa desistiese de seguir operando y aparentemente hay razones que justifican la intervenci¨®n de la Administraci¨®n ante la negligencia e ineptitud en la gesti¨®n de la aerol¨ªnea. Aunque la responsabilidad de los directivos es evidente, la actuaci¨®n del Ministerio de Fomento no ha sido plenamente acertada desde el principio.

Inicialmente, el ministerio que dirige Magdalena ?lvarez descart¨® por completo la existencia de problemas de seguridad, para afirmar d¨ªas despu¨¦s que han sido estos pr¨¢cticamente los ¨²nicos causantes de la suspensi¨®n. Sobre este punto, Fomento asegura que no ha permitido que ning¨²n vuelo despegase en los casos en que ha detectado incumplimientos en las normas de seguridad. Por ahora no ha quedado acreditado lo contrario, pero los numerosos incidentes en vuelo muestran que las condiciones estaban lejos de ser las ¨®ptimas, por m¨¢s que la empresa acuse a Aviaci¨®n Civil de exceso de celo en sus revisiones. ?lvarez ha dado algunas explicaciones al respecto, pero deber¨¢ aportar m¨¢s informaci¨®n ante la opini¨®n p¨²blica o en sede parlamentaria si quiere despejar las dudas.

Pero la cuesti¨®n clave es si su departamento ha actuado en el tiempo y la forma adecuados. La cronolog¨ªa de los hechos muestra que el estallido de la crisis se ve¨ªa venir. Cabe preguntarse si Fomento no hubiera podido adoptar mucho antes restricciones a la venta de billetes y a la actividad de Air Madrid que hubieran tenido efectos menos perniciosos que los de una suspensi¨®n de la noche a la ma?ana a una semana de las fiestas navide?as.

Tambi¨¦n est¨¢n surgiendo algunos problemas de coordinaci¨®n en cuanto al plan de emergencia para facilitar el traslado a los pasajeros. Se da la paradoja de que con decenas de miles de viajeros abandonados en sus destinos, los vuelos fletados de emergencia no cubren las plazas disponibles, lo que parece achacable a una deficiente informaci¨®n de las autoridades. Aunque cabe pedir a ¨¦stas que act¨²en ante una crisis de este calado y es de aplaudir que el Gobierno haya facilitado alternativas a los viajeros desde el primer d¨ªa, hay que exigir tambi¨¦n una gesti¨®n eficiente de esos recursos, de modo que al final no sean los ciudadanos los que paguen por partida doble la crisis.