El poeta banquero
Javier G¨²rpide reconoce que su pasi¨®n es la creaci¨®n art¨ªstica, aunque su vida ha estado vinculado a las grandes finanzas
A pesar de su incre¨ªble curr¨ªculum, que sugiere una claridad de ideas di¨¢fana, Javier G¨²rpide (Tudela, 1939) no considera que su primera elecci¨®n, la que suele marcar la vida profesional de cualquier persona, fuese la acertada. "Tuve la desgracia de que en el Bachiller, por alguna influencia externa, orient¨¦ mis estudios a la ingenier¨ªa, que curs¨¦ sin mucha afici¨®n en la Escuela de Ingenieros de Bilbao. Ten¨ªa que haber hecho Filosof¨ªa y Letras, Derecho, Pol¨ªticas,... Tom¨¦ una decisi¨®n de la que me he arrepentido". Ante todo, G¨²rpide era un excelente estudiante, porque no s¨®lo se licenci¨® en la dur¨ªsima carrera de Ingenieros de aquellos a?os 50, sino que concluy¨® tambi¨¦n el doctorado.
Sin embargo, lo cierto es que esta disciplina t¨¦cnica no le gustaba. Trabajando en Burgos en La Cellophanse Espa?ola, ya casado y con dos hijos, comenz¨® a estudiar Ciencias Econ¨®micas en Sarriko, carrera en la que ta mbi¨¦n se licencia y doctora. As¨ª entr¨® en la banca. "Empec¨¦ en 1969 en el antiguo Banco Bilbao; no voy a decir que fuera un fichaje, pero s¨ª un contrato preferente", recuerda. A sus 30 a?os, contaba con un curr¨ªculum reconocido, ya que le invitaron a dar clases de Hacienda en Empresariales de la Universidad de Deusto. Un a?o m¨¢s tarde, tambi¨¦n se integr¨® en la plantilla de Sarriko para impartir Pol¨ªtica Econ¨®mica.
Aquel joven ejecutivo y profesor de universidad ten¨ªa sus inquietudes art¨ªsticas, pero siempre las guardaba en el ¨¢mbito privado. Tocaba el ¨®rgano el¨¦ctrico y le¨ªa con voracidad en cuanto sus obligaciones en el banco le dejaban tiempo. Que ser¨ªa muy poco, si se recuerdan los momentos econ¨®micos, sin olvidar los pol¨ªticos, que vivieron Espa?a y el Pa¨ªs Vasco en los a?os setenta. "En aquel tiempo, afortunadamente, el Banco de Bilbao no estaba muy comprometido con la industria. Adem¨¢s, la banca en general era muy conservadora. Sorteamos bien aquella primera crisis del petr¨®leo".
En 1979, le encomiendan una tarea in¨¦dita en el sector bancario espa?ol: "La reforma total del concepto de banca, que pas¨® de estar centrada en el producto y se inclina por el cliente. Fue pionera aunque, tengo que reconocerlo, de mi propuesta no se cumpli¨® ni el 50%", explica. Todav¨ªa hoy, y desde su posici¨®n de banquero jubilado, G¨²rpide considera que la banca tiene tareas pendientes para su modernizaci¨®n, aunque no apunta sus impresiones, fiel a la discreci¨®n que caracteriz¨® a los ejecutivos de su generaci¨®n.
Esa misma discreci¨®n fue la que le oblig¨® a consultar con sus superiores en 1984, ante la posible publicaci¨®n de su primer libro de poemas. "Como la poes¨ªa vende tan poco y su difusi¨®n es tambi¨¦n minoritaria, se me acept¨® sin problemas", apunta quien entonces era director general del Banco de Bilbao. As¨ª se public¨® Apoteosis de la espera, en la editorial Aguilar. "Todo surgi¨® en un peque?o periodo de vacaciones, en agosto de 1984. Fue algo repentino: era una tarde decadente, estaba ocioso, y el poema surgi¨®". Se titul¨® La tarde y marc¨® todo el libro, que concluy¨® en apenas 15 d¨ªas.
En 1985, lleg¨® el segundo poemario, Ya no s¨¦ andar a tientas, tambi¨¦n publicado por Aguilar, que llam¨® la atenci¨®n de la editorial Adonais, que incluso le propuso que se presentase al premio hom¨®nimo, ya que ten¨ªa posibilidades de ganarlo. Eran momentos en los que la banca viv¨ªa cierto relajo y G¨²rpide incluso se introdujo en ambientes literarios. "Fue una etapa fugaz de la que tengo buenos recuerdos, pero que no lleg¨® a perdurar; en el secreto de mis inquietudes literarias estaba muy poca gente". Adonais le public¨® en 1986 La longitud del viento, que cerr¨® un primer ciclo de inspiraci¨®n l¨ªrica y abri¨® uno de tensiones bancarias.
"Lleg¨® la fusi¨®n con el Banco de Vizcaya, la primera operaci¨®n de ese tipo que se llevaba a cabo en Espa?a. Fueron ocho a?os muy delicados, en los que abandon¨¦ la escritura por completo, salvo un libro que escrib¨ª en 1990, El r¨ªo de mis lunas, como homenaje a un amigo fallecido", rememora.
En 1994, publica su primera novela, Las agujas del templo (Planeta) a la que siguieron otras dos m¨¢s. En 2005, la prestigiosa editorial Renacimiento saca a la luz su poemario El coraz¨®n del agua, que ha alcanzado cuatro ediciones, algo inusual en la poes¨ªa contempor¨¢nea. Cualquier otro autor con esta trayectoria, habr¨ªa accedido al Parnaso espa?ol. Javier G¨²rpide sigue, en cambio, siendo el banquero poeta. "Es un sambenito que no comprendo. S¨®lo quiero que se me valore por la calidad de mi obra. Cuando publiqu¨¦ Apoteosis de la espera, hubo lectores que me dijeron que les hab¨ªa emocionado el libro; esa es la raz¨®n para que haya continuado escribiendo", concluye.
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