Vicente calienta al Valencia

Con prisas por recuperar el tiempo perdido, Vicente calent¨® ayer a un Valencia semifr¨ªo hasta que el extremo valenciano lo meti¨® en el partido, que fue al final de la primera parte. Vicente se emple¨® con la intensidad de otros tiempos y sepult¨® al Mallorca cuando entr¨® en una simbiosis perfecta con Villa. Despu¨¦s Morientes remat¨® la tercera victoria consecutiva valencianista. El Valencia acaba el a?o embalado aprovechando el regreso de Albelda y la consiguiente recuperaci¨®n de la jerarqu¨ªa perdida, maquill¨¢ndose as¨ª el trauma de seis jornadas seguidas sin ganar.

A medida que Vicente crezca cada jornada, a medida que sus tobillos de cristal vayan cubri¨¦ndose de l¨¢minas de acero, el Valencia tiene derecho a pensar en grande. Ayer aprovech¨® un servicio corrido de Villa para, con un disparo de primeras y pegado al palo del portero, abrirle una senda a su equipo que, hasta entonces, hab¨ªa estado cubierta de maleza. Era una noche desangelada, sin apenas p¨²blico, y el cuadro de Quique se contagi¨® del ambiente mortecino de las gradas. O fue al rev¨¦s. Con la obligaci¨®n de atacar, el Valencia, que ven¨ªa de ganar en La Romareda con un solo disparo, destap¨® sus limitaciones creativas. M¨¦rito tambi¨¦n del Mallorca, que achic¨® los espacios defendiendo muy arriba y oblig¨® a que fueran los zagueros locales quienes iniciaran el juego. As¨ª hasta que Silva hurt¨® el bal¨®n al Mallorca en su salida. Le pill¨® a contrapi¨¦ al conjunto de Manzano, que ya no pudo frenar el pase telegrafiado de Villa y el remate seco de Vicente. En un rel¨¢mpago. Quique intercambi¨® las posiciones de Silva y Angulo. Sobre la marcha. Tan pronto ca¨ªa uno al extremo derecho, el otro se marchaba a la zona reservada al segundo delantero. Una manera efectiva de sacar de sus casillas a los zagueros. El t¨¦cnico ha entendido definitivamente que Silva y Angulo son sus primeras elecciones para la alineaci¨®n, lo que convierte a Joaqu¨ªn en un recurso para las segundas partes, un actor de reparto.

Mestalla eligi¨® el primer tiempo para protestar por el f¨²tbol inseguro de su equipo

El poco poblado Mestalla eligi¨® en el primer tiempo una v¨ªctima para expresar su disconformidad con el f¨²tbol inseguro de su equipo: Curro Torres, que cubre con cierta dignidad la baja de Moretti como lateral izquierdo.

La segunda parte arranc¨® con una chilena apreciable de Villa, siempre atento a las novedades en el mercado de los grandes goles (Ronaldinho al Villarreal). Eso no anunci¨®, sin embargo, un dominio apabullante del Valencia, sino una prolongaci¨®n del partido muy dividida en la que los centrales valencianistas, por ejemplo, hubieron de emplearse a fondo. La pareja de j¨®venes centrales valencianos, Albiol y David Navarro, que, contra todo pron¨®stico, ha acabado por mezclar mejor que cualquier otra opci¨®n con Ayala.

As¨ª estaba el Valencia, sufriendo atr¨¢s a pesar de alguna frivolidad del imprevisible Miguel, que practic¨® la ruleta de Zidane ante el deleite de la grada de tribuna. Y que precedi¨® el golpe definitivo. Un pase comprometido de Prats y un enredo de Ballesteros propiciaron una nueva aparici¨®n fulgurante de Vicente. El extremo corri¨® el elemental contragolpe y lo concluy¨® con el pase para que lo rematara solo Villa, que burl¨® a Prats con facilidad. Quedaba m¨¢s de media hora, pero Quique entendi¨® que era hora de economizar. Sustituy¨® a Villa, que se march¨® con una cuenta plet¨®rica de resultados: el pase del primer tanto y el autor del segundo, su octavo gol en la Liga. Y entr¨® Morientes, que concluy¨® el fest¨ªn con un cabezazo tras un suave centro de Angulo.