Pereiro tambi¨¦n sabe regatear
El 'virtual' ganador del Tour cumple su sue?o de entrenarse con el Celta
"Los convocados para ma?ana son Pinto en la porter¨ªa, Contreras, Tamas y ... Pereiro". As¨ª, con este humor, se present¨® en la conferencia de prensa del Celta el ciclista gallego tras participar en un entrenamiento con el equipo de Fernando V¨¢zquez. ?scar Pereiro (Mos, Pontevedra, 1977) cumpli¨® ayer uno de los sue?os de su infancia al entrenarse con el club del que es un hincha declarado desde que empez¨® a practicar el deporte del bal¨®n, mucho antes de subirse a la bicicleta que le dar¨ªa fama en todo el mundo.
Arropado por su hermano y un s¨¦quito de vecinos de Mos que aplaud¨ªan cada regate, el ciclista se calz¨® unas botas blancas para hacer unos rondos con el primer equipo. "Se nota que el chaval ha jugado antes, tiene maneras", comentaba uno de esos sempiternos aficionados que se abonan a los entrenamientos de su club. Era la primera vez que el p¨²blico que acude a la ciudad deportiva del Celta se desentiende de Baiano o Canobbio para animar a un visitante, que rindi¨® bien en el aspecto f¨ªsico pero decay¨® t¨¢ctica y t¨¦cnicamente cuando sus compa?eros imprim¨ªan velocidad al bal¨®n en el partidillo final. Siempre en posiciones ofensivas -"a m¨ª me gusta cualquier lugar menos la defensa", explic¨® despu¨¦s-, destac¨® por un par de pases a Guayre y por una aparatosa entrada a Baiano que despert¨® la admiraci¨®n del respetable. "Qu¨¦ pelotas tiene el chaval", volvi¨® a repetir el viejo gur¨² del p¨²blico.
El corredor se llevar¨¢ a varios jugadores del Celta a subir un puerto de monta?a en bicicleta
La relaci¨®n de Pereiro con el Celta viene de lejos. Adem¨¢s de ser su pasi¨®n confesa, el deportista mantiene una estrecha relaci¨®n de amistad con el pivote c¨¦ltico Borja Oubi?a, que fue quien intercedi¨® ante el entrenador para incluirle en el entrenamiento de ayer. Se da la circunstancia de que el centrocampista, que de ni?o no admiraba a otro futbolista pero s¨ª a Miguel Indurain, tuvo que conformarse con ver el partidillo desde la grada por una lesi¨®n en un pie.
Hace dos meses, este peri¨®dico reuni¨® a los dos atletas para hablar de sus afinidades y ambos convinieron en restar romanticismo y eliminar la posibilidad de intercambiar en serio, aunque sea por un d¨ªa, sus papeles profesionales. M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, la exigencia f¨ªsica que corresponde al ciclismo est¨¢ en las ant¨ªpodas del f¨²tbol. Tal y como explica Oubi?a, el f¨²tbol exprime del deportista toda su capacidad de potencia r¨¢pida, anaer¨®bica, y la recuperaci¨®n para poder repetir un sprint tras otro durante 90 minutos. Como m¨¢ximo, un futbolista correr¨¢ eventualmente series de mil metros para medir su esfuerzo con el puls¨®metro, un aparato que mide el esfuerzo card¨ªaco.
Los ciclistas, que han sustituido el puls¨®metro por una m¨¢quina que mide directamente su esfuerzo en vatios, entrenan en sesiones maratonianas a ritmos m¨¢s prolongados, pr¨®ximos al l¨ªmite m¨¢ximo aer¨®bico. El corredor, que sigue una milimetrada planificaci¨®n, no podr¨¢ volver a hacer carrera a pie a partir del primero de enero para potenciar la especializaci¨®n muscular sobre los pedales. El esfuerzo del ciclista es evidente: Pereiro hizo la ¨²ltima crono del Tour a una media de 180 pulsaciones por minuto, con picos de 196. "Si hago eso me caigo muerto aqu¨ª mismo", responde Oubi?a, uno de los jugadores que m¨¢s se cuidan del equipo vigu¨¦s. "Pero t¨² me haces un quiebro y me rompes la cintura", le reprocha entre risas el virtual campe¨®n del Tour de Francia.
Pereiro, que en el futuro se llevar¨¢ a unos cuantos jugadores del Celta a subir un puerto de monta?a en bicicleta, dar¨¢ hoy una vuelta de homenaje al campo de Bala¨ªdos antes del partido que los vigueses disputar¨¢n contra la Real Sociedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.