Himno gallego con aire flamenco

Por una vez, las gaitas escasearon. Que el himno de Galicia suene en el Parlamento de Galicia es algo com¨²n: ocurre en las grandes citas, aquellas en las que, como ayer, la tribuna de invitados se abarrota de caras ilustres. Menos habitual es que se sustituya el fol y el puntero por el sabor flamenco: el del vigu¨¦s Cuch¨²s Pimentel a la guitarra y Delio Dom¨ªnguez, de Xinzo, al cante. Una extra?a combinaci¨®n que sorprendi¨® a los diputados, que salieron del hemiciclo con divisi¨®n de opiniones.

La guitarra de Pimentel no fue el ¨²nico elemento flamenco del pleno. Ni?o Josele, acompa?ante habitual de Diego El Cigala, y del que Dolores Villarino es una gran admiradora, se sum¨® a la fiesta. Entre discurso y discurso, altern¨¢ndose con Pimentel, el guitarrista gitano desgran¨® piezas aflamencadas del pianista Bill Evans.

La ¨²nica gaita que son¨® en O H¨®rreo fue la de Suso Vaamonde, que interpret¨® la Marcha do Antigo Reino de Galicia que abri¨® la sesi¨®n, cuando el regidor de TVG, que retransmit¨ªa en directo, dio el correspondiente aviso a Villarino. "Esperemos 30 segundos, por aquello de la tele", pidi¨® la presidenta al abrir el pleno.

Pero en competencia con el flamenco y los discursos, la atenci¨®n la acapar¨® un periodista ciego tan joven como la autonom¨ªa, el invidente Toni L¨®pez, de 25 a?os, con un sorprendente discurso. El suspense, mientras, lo puso una plancha de acero de las que decoraban el hemiciclo, que, desprendida de uno de sus cables, qued¨® suspendida sobre las cabezas de los conselleiros. Muchos de ellos vivieron el pleno pendientes de la l¨¢mina amenazante. Tanto, que Fernando Blanco cambi¨® de esca?o y a Jos¨¦ Luis M¨¦ndez Romeu nunca se le vio tan pegado a Anxo Quintana. Por si acaso.