Irureta gana y se va del Betis

El mi¨¦rcoles el Betis gan¨® en Tarragona y ayer su entrenador, Javier Irureta, negoci¨® con la directiva la conclusi¨®n de su contrato como entrenador del conjunto verdiblanco.

Poco despu¨¦s de las cuatro de la tarde, el t¨¦cnico vasco abandonaba las oficinas del club en el estadio de Heli¨®polis y sintetizaba la situaci¨®n: "Se ha tomado la decisi¨®n de rescindir de mutuo acuerdo, pero el primer paso lo he dado yo y no me llevo un euro m¨¢s, no me he agarrado a ning¨²n contrato. Se pod¨ªa seguir as¨ª y mucho m¨¢s, pero no era bueno. La decisi¨®n estaba tomada pasara lo que pasara en Tarragona, pero al Betis le queda mucha vida, de hecho, sigue en Copa y en Liga con un partido menos tiene la salvaci¨®n a tiro, pero se ha perdido la confianza, por un motivo u otro, y hemos tomado esta decisi¨®n".

Su marcha es pr¨¢cticamente lo ¨²nico decidido por Irureta desde que fichara por el club sevillano el verano pasado. Y no es algo balad¨ª. El accionista mayoritario del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, mantiene una relaci¨®n que bien podr¨ªa calificarse como de tipo feudal con el club y, por lo tanto, con quienes trabajan en el mismo. Ruiz de Lopera acostumbra a negociar con los sustitutos para los empleados del club en las mismas narices de quienes van a ser sustituidos. Los cambios jam¨¢s se consideran fracasos o fallos de planificaci¨®n. Todo lo contrario. Cuando se sustituye a un profesional por otro, aunque sea de la trascendencia del entrenador, Ruiz de Lopera siempre aparece como el salvador del proyecto verdiblanco por deshacerse de los que no est¨¢n a la altura de las circunstancias adem¨¢s de contratar a alguien m¨¢s capacitado. El abandono voluntario de un profesional, de la trayectoria y curr¨ªculo de Irureta, adem¨¢s, lo que cuestiona es el proyecto mismo.

Ruiz de Lopera fich¨® a V¨ªctor Fern¨¢ndez con Juande Ramos a¨²n en el banquillo, al aragon¨¦s le hizo lo mismo con Lloren? Serra Ferrer. Irureta lleg¨® con el puesto vacante y se va sin que la directiva b¨¦tica tenga quien le supla. Lo intent¨® con el t¨¦cnico del Rayo Vallecano, Pepe Mel, hace algo m¨¢s de una semana, pero lo ¨²nico que logr¨® Ruiz de Lopera fue el enfado may¨²sculo de la familia propietaria del club madrile?o, los Ruiz Mateos. Ayer, el presidente verdiblanco, Jos¨¦ Le¨®n, asegur¨® que el Betis tendr¨¢ entrenador antes del fin de las vacaciones de la plantilla, el pr¨®ximo d¨ªa 29. Entre los que gustan a la directiva b¨¦tica para hacerse cargo del equipo destacan Faruk Hadzibegic, Hristo Stoitchkov o Ronald Koeman.

Poco despu¨¦s de anunciar su salida del club, Irureta ten¨ªa previsto coger la carretera en direcci¨®n a Bilbao. As¨ª, sin perder un minuto. Y es que tras los meses pasados en el Betis no tiene mucho de lo que sentir a?oranza. Cuando firm¨®, en su plantilla estaban Joaqu¨ªn y Oliveira. Al vasco le hubiera encantado contar con ambos, pero se le advirti¨® de que hab¨ªa que hacer caja con la venta de uno de ellos al tiempo que se le prometi¨® que en ning¨²n caso se traspasar¨ªa a los dos. Cuando Joaqu¨ªn convoc¨® una rueda de prensa para pedir a gritos que se aceptara la oferta que el Valencia hab¨ªa presentado por ¨¦l, Irureta empez¨® a verlo claro. "Yo he venido aqu¨ª a hacer un equipo, pero no s¨¦ si podr¨¦". La pretemporada se hizo con un equipo distinto del que disputar¨ªa la Liga y la Copa. Irureta pidi¨® el fichaje del brasile?o Nen¨¦, pero le trajeron a Odonkor, Sobis, Wagner y Vogel. Ninguno le dec¨ªa mucho y para colmo se enfrent¨® con uno de los te¨®ricamente mejores, el internacional suizo procedente del Milan, Vogel.

El car¨¢cter de Irureta se fue avinagrando, su relaci¨®n con los jugadores era visiblemente distante. El poderoso grupo que forman los canteranos en el vestuario verdiblanco -Juanito, Capi, Dani, Doblas, Rivas, Arzu y, en menor medida, Melli- no le dieron apoyo alguno cuando las cosas empezaron a ir mal. Cuando el mes pasado Ruiz de Lopera anunci¨® que el equipo podr¨ªa jugar media temporada fuera de su estadio, Irureta dijo resignado: "Eso tampoco estaba en el contrato". El ¨²ltimo menosprecio fue que la directiva fijara las vacaciones de la plantilla, ignorando sus recomendaciones. Cuando decidi¨® hacer o¨ªr su voz fue para decir que se iba. Mil kil¨®metros de coche hasta Bilbao.