El poeta desdoblado
Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Antioquia, 1947) es uno de los poetas colombianos mejor conocidos en Espa?a, donde ha publicado la antolog¨ªa Aunque es de noche (2000), Cantar por cantar (2001) y Gatos (2005), adem¨¢s de la novela El juego del alfiler (2002) y las prosas autobiogr¨¢ficas de Historia de una pasi¨®n (2006, todos ellos en Pre-Textos). En La voz interior, Bernab¨¦ Escobar, el narrador de la novela, y Sebasti¨¢n Uribe, el protagonista, fueron compa?eros de escuela, de facultad de letras en Medell¨ªn y de primeras inquietudes literarias; cada uno de ellos public¨® un ¨²nico libro de poemas, r¨¢pidamente olvidados. Despu¨¦s de muchos a?os, Bernab¨¦ se entera de que Sebasti¨¢n ha muerto y de que ha dejado una importante cantidad de material escrito, que ¨¦l deber¨¢ ordenar y editar. Ese material incluye m¨¢s de veinte mil p¨¢ginas de diarios, y una producci¨®n literaria dispersa en diversos g¨¦neros y bajo distintos nombres. De modo que la novela se divide en dos partes: en la primera se reconstruye la biograf¨ªa de Sebasti¨¢n Uribe; en la segunda se reproducen los textos literarios dejados por ¨¦l.
LA VOZ INTERIOR
Dar¨ªo Jarmillo Aguedo
Pre-textos. Valencia, 2006
640 p¨¢ginas. 35 euros
La primera mitad es la biograf¨ªa
"de un individuo al que no le sucedi¨® nada (...) y que neg¨¢ndose a llevar vida p¨²blica de escritor (...), a los treinta y dos a?os, cuando muri¨®, hab¨ªa inventado a varios escritores y tambi¨¦n hab¨ªa escrito sus textos". Esa trayectoria incluye su educaci¨®n en Estados Unidos a manos de un abuelo erudito, con el que viaja por Europa, estudia filosof¨ªa medieval y aprende a admirar a Ovidio y a S¨¦neca; un matrimonio fugaz, una vida casi de clausura a su regreso a Colombia, una muerte tr¨¢gica. En cuanto a la segunda parte, los textos de Sebasti¨¢n incluyen poemas, aforismos, apuntes de argumentos para novelas no escritas, hagiograf¨ªas de santos menores, una suerte de breve tratado de teolog¨ªa. Jaramillo pone en pr¨¢ctica, de este modo, una maquinaria de sucesivos desdoblamientos y dispersi¨®n del yo: un poeta que cuenta la vida de otro poeta que a su vez se hab¨ªa inventado la vida y obra de otros varios escritores y poetas.
A prop¨®sito de la novela anterior de Jaramillo, el cr¨ªtico Javier Aparicio se?alaba en estas p¨¢ginas la estela de Calvino y Nabokov, quienes jugaron con el reflejo de la ficci¨®n sobre s¨ª misma y con las posibilidades de distorsionar la identificaci¨®n simple entre autor y obra. La literatura moderna dio otros c¨¦lebres ejemplos de esta diseminaci¨®n, entre ellos las Biograf¨ªas imaginarias de Marcel Schwob, por las que Jaramillo ha demostrado especial admiraci¨®n. En La voz interior se atisba tambi¨¦n cierta impronta borgeana en la voluntad de mezclar autores reales con ap¨®crifos, ironizar sobre la erudici¨®n y las clasificaciones gen¨¦ricas, jugar con las fantasmagor¨ªas surgidas al superponer tiempo hist¨®rico y literario. Aparece, empero, un desfase entre la vida del personaje -asc¨¦tico, atormentado, educado en ambientes cultos angloparlantes y refugiado en la lectura contra la vulgaridad del mundo y contra su propio destino de hijo de una buena familia en Colombia- y el tono menor de los poemas y aforismos que se le atribuyen, como si los materiales que convergen en ambas partes del libro no fueran homog¨¦neos. Ese joven experto en Tom¨¢s de Aquino y Duns Scoto escribe l¨ªneas como "lo que menos me gusta de los n¨²meros es que vayan en orden" o "era tan umilde que ni siquiera ten¨ªa h" o "no tengo tiempo para estar con la gente que no tiene tiempo".
A decir verdad, estos versos, fragmentos y aforismos velados por diversos seud¨®nimos son cercanos a la voz po¨¦tica de Jaramillo Agudelo. Como se?ala el venezolano Eugenio Montejo, Jaramillo se caracteriza por una "entonaci¨®n lo m¨¢s cercana posible al habla cotidiana"; y, en palabras de Fernando Charry Lara, "es de los poetas que prefieren escribir con sus propias palabras, las de su alrededor, y no con las de los que anteriormente escribieron". En efecto, esta novela puede leerse como la copiosa reescritura de estos versos de Jaramillo (de su poema Canci¨®n): "Me pongo la m¨¢scara, me quito la m¨¢scara, / busco otra m¨¢scara, / voy descar¨¢ndome".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.