"Dentro de m¨ª hay muchos yoes que no conozco"
Ya sab¨ªamos por su poes¨ªa que Dar¨ªo Jaramillo es un autor de la interioridad y esa cualidad para bucear en lo inc¨®gnito es la clave para entrar en su nueva obra, La voz interior (Pre-Textos). Una novela experimental, en la que disfrazada de biograf¨ªa inventada, afloran los sucesivos estados de ¨¢nimo, los anhelos y la melancol¨ªa de un joven que encuentra en el diario y la poes¨ªa una forma de exterioridad.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ hay de Dar¨ªo Jaramillo en Sebasti¨¢n Uribe, el protagonista de su novela?
RESPUESTA. Flaubert dec¨ªa: "Yo soy Madame Bovary", yo digo "Yo soy Sebasti¨¢n", aunque con diferencias. Quise personificar en ¨¦l cosas que yo no tengo, como la obsesi¨®n religiosa aunque ahora que estoy leyendo a Antonio Machado para el curso que doy en la Residencia de Estudiantes pienso que no es tan nueva la idea. Machado invent¨® a Mairena y Mairena no es Machado, aunque lo es. Me interesa despersonificar la literatura e inventar almas. Siempre me interes¨® la idea de hacer cierta transexualidad literaria.
"Me interesa la intimidad, no la vida p¨²blica de nadie. Trato de no tener vida p¨²blica"
"Lo ¨²nico que justifica la literatura es ese rapto de la emoci¨®n po¨¦tica que se encuentra en las grandes novelas"
P. ?El personaje es una forma de interrogarse?
R. En todos los niveles. ?Cu¨¢ntos yo es hay dentro de m¨ª? Creo que muchos y muchos que no conozco. Inventar esos yoes es una manera de hacerme preguntas, ni siquiera de darme respuestas.
P. ?Su libro responde a una especie de educaci¨®n sentimental?
R. S¨ª, hay un g¨¦nero que son las novelas de formaci¨®n y aqu¨ª lo que hay es un personaje que va descubri¨¦ndose a s¨ª mismo, y se le acaba la vida antes de madurar. Trato de indagar los aspectos formativos de un individuo. Todo lo que he escrito en prosa han sido diarios o cartas, los medios de expresi¨®n que reflejan al individuo en su intimidad. Me interesa la intimidad, no la vida p¨²blica de nadie. Trato de no tener vida p¨²blica.
P. ?C¨®mo fue su propio despertar adolescente en la sociedad antioque?a?
R. Me eduqu¨¦ en un colegio de curas, como el personaje de la novela, en una ¨¦poca en que cualquier cosa que se relacionara con la sexualidad era pecado mortal. Me interesaba burlarme de esa educaci¨®n y de la cantidad de restricciones absurdas que recib¨ªamos. Antioquia se caracteriza hasta el decenio de los sesenta, por ser una ciudad cerrada, cat¨®lica y excluyente. El ¨²nico peri¨®dico que hab¨ªa en Medell¨ªn publicaba un aviso en primera p¨¢gina diciendo: "El Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s te recuerda que hoy es primer viernes". Hubo en ese decenio una ofensiva cat¨®lica-religiosa muy fuerte que se llam¨® la Gran Misi¨®n, y para m¨ª significa el canto del cisne de la religiosidad p¨²blica en Antioquia. Hoy creo que es una sociedad plural donde todas las diversidades est¨¢n toleradas, pero hasta ese momento era furiosamente cat¨®lica, para bien y para mal, porque tambi¨¦n la Iglesia sosten¨ªa buena parte de la beneficencia y de la educaci¨®n. Otro aspecto positivo era sin duda una visi¨®n unidimensional del mundo, fuera de la cual no hab¨ªa salvaci¨®n, como dec¨ªa el catecismo de la ¨¦poca.
P. Y de esa visi¨®n unidimensional la sociedad antioque?a pas¨® a ser compleja y violenta con la irrupci¨®n del narcotr¨¢fico. ?Cree que ha evolucionado a mejor?
R. No. No creo. Es decir, se liber¨® de esa unidimensionalidad religiosa pero tambi¨¦n se pusieron sobre la mesa los problemas sociales m¨¢s complicados, algunos de procedencia ex¨®gena. Me parece que es ex¨®gena la prohibici¨®n de las drogas. El narcotr¨¢fico absorbe simplemente el esp¨ªritu comercial antioque?o que es muy fuerte. Los grandes contrabandistas y los primeros exportadores de marihuana y de coca¨ªna fueron de all¨ª. Esa prohibici¨®n es absurda y una fuente de acumulaci¨®n de capital de la sociedad antioque?a, y as¨ª sigue siendo.
P. ?As¨ª que en la sociedad antioque?a se daban las condiciones id¨®neas para que prosperara la lacra del narcotr¨¢fico?
R. Sin duda es una lacra. Se cre¨® un Estado paralelo con su propia polic¨ªa, su propia justicia y su propia incitaci¨®n a la violencia, pero el origen de todo es la prohibici¨®n y eso no es culpa de los antioque?os. Es una sociedad tan morbosamente corrompida, que cree que prohibiendo un polvo blanco o fumar cannabis se est¨¢ redimiendo. En todo caso, la parte de la droga la toco muy marginalmente en esta novela, lo hice m¨¢s en Cartas cruzadas.
P. La voz interior
es un libro escrito para uno mismo m¨¢s que para denunciar o demostrar nada aunque hay un intento de colocar las cosas en su lugar. ?O me equivoco?
R. Yo creo que ninguno de mis libros ha supuesto querer demostrar nada, ni predicar nada. No puedo dar de lo que no tengo y no tengo ning¨²n aparato ideol¨®gico que brindarle al mundo. Soy un hombre de preguntas m¨¢s que de respuestas. Lo que me interesa es tratar de descodificar las ideas preconcebidas, pero sin la pretensi¨®n de crear otras nuevas. No vendo ninguna fe, m¨¢s bien me interesa destruir los aparatos ideol¨®gicos que hay en el subconsciente de la sociedad pero no tengo propuestas para sustituirlos.
P. M¨¢s conocido como poeta, parece que la novela va ganando terreno en su horizonte como escritor. ?A qu¨¦ obedece este cambio?
R. Son dos cosas. Con respecto a mi propia vida creo que me cambi¨® mucho el momento en que me amputaron el pie y qued¨¦ designado para la quietud. Ese hecho me dio un centro de gravedad para poder dedicarme a escribir novelas, antes era demasiado inquieto para hacerlo. En el aspecto de los g¨¦neros lo que me interesa sobre todo es la poes¨ªa, incluso aspiro a que quien lea una novela m¨ªa tenga la misma emoci¨®n po¨¦tica. Lo ¨²nico que justifica la literatura es el rapto de la emoci¨®n po¨¦tica, que uno la encuentra en las grandes novelas o en los grandes ensayos. Quiz¨¢ es la ¨²nica forma de trascendencia que he podido descubrir dentro de m¨ª. Si pudiera tener la emoci¨®n m¨ªstica como la tuvo San Juan de la Cruz, quiz¨¢ optar¨ªa por ella.
P. ?C¨®mo ve el hecho po¨¦tico?
R. No soy capaz de definirlo, pero creo que el poeta tiene que tener un anclaje en la realidad, tiene que ser una persona que trabaje en un oficio determinado porque eso le da un sentido de responsabilidad social. La poes¨ªa no es una profesi¨®n.
P. En Historia de una pasi¨®n
cont¨® ir¨®nicamente que tiene un pie en la tumba. ?Por qu¨¦ perdi¨® su pie?
R. Fue un domingo de enero de 1989, estaba en un criadero de caballos de carreras de un gran arquitecto colombiano, Fernando Mart¨ªnez Sanabria, y al salir del criadero, me dijo, "abre, por favor, la puerta". Sal¨ª con las llaves y cuando las puse sobre el candado explot¨® una carga de metralla debajo de mi pie derecho. Era un atentado que no era contra m¨ª. Yo era entonces un hombre de 42 a?os y eso me ayud¨® a aceptarlo. No s¨¦ c¨®mo me hubiera afectado si fuera un ni?o, pero fue en un momento en que yo pod¨ªa resistirlo. Me ha atado con tranquilidad, y creo que con bastante humor, porque mis amigos y yo hacemos chistes sobre mi carencia.
P. ?La vida es otra cosa despu¨¦s de un accidente as¨ª?
R. Cambia, pero a uno lo puede cambiar cualquier cosa. ?ste es un hecho muy sangriento, muy visible, que te cambia la velocidad y el ritmo de moverte. Adem¨¢s, te desempareja, comienzas a cojear. Pero a uno lo puede cambiar cualquier cosa, una luna llena, un bolero o un amor. Todos los d¨ªas uno est¨¢ cambiando. No tengo mucha memoria de mi pasado, ni sentido de la continuidad, el hecho de haber sido amputado en un momento determinado me da un sentido del pasado, me parti¨® en dos la vida. Tiendo m¨¢s a ver lo positivo que lo tr¨¢gico.
P. ?Cu¨¢les son sus proyectos actuales?
R. Sigo con el vicio de escribir poes¨ªa, es lo que m¨¢s me importa en la vida. Trabajo en el Banco de la Rep¨²blica de Colombia hace ya 22 a?os y manejo la actividad cultural, la red de bibliotecas que est¨¢n por todo el pa¨ªs y la red de museos. Creo que se acerca el momento de retirarme, y apenas lo haga, pienso retirarme de verdad. No volver a conseguir un trabajo remunerado, no trabajar m¨¢s que en lo que a m¨ª me interesa, es decir, leer y escribir, dormir hasta tarde y guardar la mayor cantidad de silencio que pueda.
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