Ojo, que nos est¨¢n grabando
Las escuchas o Por la boca muere el pez podr¨ªa ser el t¨ªtulo de un libro-reportaje que, en el marco del Pa¨ªs Valenciano, compilara los episodios en que se han grabado sin permiso conversaciones o confidencias de personajes pol¨ªticos de mayor o menor relevancia desde los a?os de la transici¨®n democr¨¢tica. Nos referimos tan s¨®lo a las que han trascendido y han sido pasto medi¨¢tico, pues el colmo de la evocaci¨®n ser¨ªa acceder a las que se han efectuado por medios policiales y en el curso de investigaciones amparadas judicialmente. De estas incursiones oficiales en la intimidad de las personas, por cierto, se cuenta y no se acaba, pero pocas cintas -y ninguna de la que podamos dar fe- se han divulgado. Un prodigio de discreci¨®n.
En cambio, de las otras, las que son consecuencia de la brega pol¨ªtica, e incluso del juego sucio, hay un repertorio suficiente para perge?ar un recordatorio ameno y aleccionador. En el origen de estos registros quiz¨¢ haya que se?alar unos indicios que, en forma de hilillos, se detectaron en la alfombra del despacho presidencial de la Diputaci¨®n de Valencia cuando su titular era la socialista Clementina R¨®denas, a comienzos de los 90. Nunca qued¨® claro si aquellos raros filamentos pertenec¨ªan a un mecanismo de escuchas o fueron un exceso imaginativo del personal de seguridad. Pero el mero hecho de que se sospechase lo peor ya indicaba que la lucha pol¨ªtica se decantaba por derroteros entonces ins¨®litos por estos pagos.
Dejando de lado otros trances no menos sonados, como las grabaciones a prop¨®sito de la adjudicaci¨®n del mapa verde y sonoro de Benidorm, o los desahogos registrados por mano an¨®nima en 1994 de quien fuera presidente provincial del PP, Vicente Sanz, que supusieron su hara-kiri pol¨ªtico, llegamos a las a?agazas que, m¨¢s recientemente, prepararon los diputados del PSPV, Jos¨¦ Camarasa y Antoni Such, mediante las cuales unos empresarios -o lo que sean- se despacharon a su gusto acerca de presuntas trapacer¨ªas en Terra M¨ªtica. Un testimonio curioso por la reiteraci¨®n de algunos personajes que parecen parasitar en la vida p¨²blica y gozar de inmunidad, aunque se dir¨ªa que se les estrecha el cerco.
El ¨²ltimo cap¨ªtulo notable de esta serie incompleta de grabaciones con fines pol¨ªticos es el protagonizado por unos mun¨ªcipes socialistas de X¨¤bia, tentados econ¨®micamente para que coadyuvasen a la adjudicaci¨®n del servicio de recogida de basuras a una determinada firma. As¨ª se public¨® en estas p¨¢ginas el jueves ¨²ltimo. En esta ocasi¨®n se trataba tambi¨¦n de una celada, pero con conocimiento de la Guardia Civil. La compra de voluntades, digamos de paso, se cotizaba entre 150.000 y el doble de euros, lo que, sin ser unas cifras delirantes para los usos vigentes en el actual mercado municipal del soborno, s¨ª nos lo parecen comparadas con el esc¨¢ndalo que a?os atr¨¢s provocaba que un edil se zampase una mariscada a cargo del erario p¨²blico. O tempora, o mores, que exclamaban los cl¨¢sicos.
No vamos a reiterarnos en el alcance y mapa de la corrupci¨®n, pues no har¨ªamos sino abundar en la banalizaci¨®n de este c¨¢ncer social que no tiene visos de enmienda. Lo que parece claro, y de algunas grabaciones se desprende, es que ni siquiera se tiene el decoro, como en tiempos ocurr¨ªa, de maquillar la venalidad apelando a las necesidades de la hacienda municipal o la financiaci¨®n del partido que fuere. Ahora y con ins¨®lito desparpajo se va a por el bot¨ªn, el lucro personal, y as¨ª se ofrece, como se desprende de las transcripciones publicadas.
La verdad es que no delata una gran salud c¨ªvica y decoro personal esta pr¨¢ctica magnetof¨®nica convertida en arma pol¨ªtica y desinfectante moral. Tiene uno la impresi¨®n de que el Gran Hermano que anticip¨® George Orwell puede degenerar y encarnarse en cualquiera de nuestros interlocutores. Quiz¨¢ sea un riesgo que debamos asumir si con ello se contribuye a frenar este desvergonzado y fabuloso chamarileo que saquea la vida p¨²blica, y muy en particular la municipal. Al menos, se forzar¨¢ a que el soborno y el cohecho encuentren m¨¢s trabas y riesgos. Un consuelo p¨ªrrico, ciertamente, pero poco m¨¢s se puede esperar, habida cuenta de cu¨¢n desbordada est¨¢ la justicia e irrisoria su funci¨®n ejemplarizadora en estas venalidades.
PALABRAS MAYORES
La inminencia del periodo electoral desata las lenguas y la violencia en gente aparentemente civilizada, como hemos de suponer de personas de derechas con mando en plaza. Sin embargo, el alcalde de X¨¤tiva y presidente del PP provincial de Valencia, Alfonso Rus, ha calificado de "maleante" al candidato municipal socialista, y en Riba-roja el bolet¨ªn del partido conservador califica de "bellacos" a los militantes del PSPV. Meros ataques de ira, si se quiere, pero que s¨®lo se explican por la mala educaci¨®n o por las acciones judiciales emprendidas contra los primeros ediles de una y otra poblaci¨®n, con la presunta corrupci¨®n de por medio. ?Vaya cabreos!
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