La carretera m¨¢s peligrosa del mundo
La v¨ªa boliviana que comunica La Paz con la regi¨®n andina de Los Yungas es una de las m¨¢s mort¨ªferas
La carretera que une las cumbres andinas con el tr¨®pico del norte de La Paz est¨¢ labrada en la roca, es estrecha y sinuosa, con cientos de recodos y curvas cerradas, que bordean el precipicio y, muy abajo, se observa una hilera de plata centelleante, que es una corriente de agua hacia la cuenca amaz¨®nica. Muchos la llaman la carretera de la muerte y la consideran una de las m¨¢s peligrosas del mundo. La bajada, que salva 3.600 metros de desnivel en 64 kil¨®metros de recorrido, se hace por la izquierda del camino para que los camiones cargados de frutas o madera suban pegados a la roca y, en caso de cruce, el peso no contribuya a que el terreno ceda y el veh¨ªculo caiga al abismo.
El camino salva 3.600 metros de desnivel en 64 kil¨®metros de recorrido
En ciertos tramos, el conductor tiene que retroceder hasta encontrar el espacio suficiente para dar paso a un veh¨ªculo que circule en sentido contrario. En lugares altos, a veces, la visibilidad se complica por la densa niebla, que no deja ver m¨¢s all¨¢ de un metro.
El apelativo de la carretera de la muerte es rechazado y causa desaz¨®n y enojo a los miles de pobladores que viven en Los Yungas, norte y sur, o m¨¢s al norte, en Caranavi, Tipuani, Palos Blancos, en parajes paradis¨ªacos de densa vegetaci¨®n, plantas y animales ex¨®ticos, ca¨ªdas de agua, anchos r¨ªos de agua cristalina y una temperatura que no baja de los 18 grados en invierno.
Las autoridades, sin embargo, admiten que la carretera a Los Yungas est¨¢ entre las tres m¨¢s peligrosas de una veintena de v¨ªas principales de Bolivia, no s¨®lo por su topograf¨ªa sino por la imprudencia del conductor, especialmente del servicio p¨²blico, que no acata normas, suele estar bebido o no somete a revisi¨®n t¨¦cnica su veh¨ªculo.
El plan estrat¨¦gico del Servicio Nacional de Caminos se?ala que "uno de los problemas sociales mayores es la elevada accidentalidad vial, la cual ha ocasionado entre 1997 y el a?o 2000, un promedio anual de 885 personas muertas y 6.119 heridas".
Un informe efectuado por la divisi¨®n de Accidentes de Tr¨¢nsito de la Polic¨ªa y la Organizaci¨®n Panamericana de Salud menciona que en el quinquenio de 1999-2003 se registraron un total de 98.728 accidentes, con una media anual de 678 personas muertas. La mitad de los accidentes fueron en La Paz, con un promedio de 310 muertos por a?o.
Entre 1999 y 2003 sucedieron 1.996 casos de embarrancamiento o deslizamiento, de los que 1.049 fueron en La Paz, la mayor parte despu¨¦s del tramo de Caranavi hacia Beni, donde los caminos se deterioran por las permanentes lluvias y la desaparici¨®n de la plataforma asfaltada por inundaciones o el derrumbe de las laderas.
Las ¨²ltimas cifras de 2006, publicadas el pasado s¨¢bado por el matutino La Prensa, se?alan que entre enero y octubre se registraron 4.444 accidentes. No se inform¨® sobre el n¨²mero de muertos, ni se indicaron los lugares donde se produjeron m¨¢s accidentes.
"Hace 15 a?os que llevo pasajeros de La Paz a Caranavi y, gracias a Dios, nunca me ha pasado nada", afirma Froil¨¢n, de 32 a?os, que asegura estar en la ruta desde que ten¨ªa 15 a?os y ahora es propietario de un moderno autob¨²s para 40 pasajeros.
"Hay que tener fe, encomendarse a Dios, y hay que saber colocarse para que la cola del tr¨¢iler no te empuje al vac¨ªo", dice, y admite que prefiere el viejo camino, pues el nuevo tramo Cotapata-Santa B¨¢rbara, que lleva 12 a?os en construcci¨®n y acaba de abrirse al p¨²blico provisionalmente, tiene tramos "largos, rectos, que te dan sue?o. Yo prefiero ir por el viejo, porque tienes que estar con los ojos bien abiertos, porque son tantas curvas".
Estos d¨ªas cientos de pasajeros esperaban la salida de los autobuses a Los Yungas. Todos cargados iban de regalos en v¨ªsperas de las fiestas de Navidad y A?o Nuevo.
Teresa, que espera su turno con una enorme caja para los abuelos, que viven en Coroico, asegura que nunca tuvo miedo en las decenas de viajes que hizo a Los Yungas. "No es una gran carretera, pero es buena. Cierto que hay abismos grandes y que hay lugares donde no pasan dos veh¨ªculos, pero es cuesti¨®n de tener cuidado al retroceder, nada m¨¢s".
Mary Vargas, encargada de una empresa de transporte, rechaza el apelativo de carretera de la muerte. Explica que es para atraer turistas. "A los extranjeros les encanta el turismo de riesgo y venir para bajar en bicicleta a toda velocidad es una aventura", dice, y rechaza que sea porque la carretera tenga peligros.
"En todo el mundo hay carreteras parecidas. El problema en Bolivia es que los ch¨®feres beben mucho, no mantienen sus autobuses, y no revisan los frenos, que son los que sufren en la bajada", asegura. Despu¨¦s, casi en tono confidencial se?ala que algunos conductores de empresas de transporte suelen hacer carreras entre ellos en el camino.
Un usuario de la empresa afirma que los ch¨®feres "no piensan que son personas las que est¨¢n llevando", y a veces dirimen sus diferencias personales con un "en la carretera nos vamos a ver", que siempre tiene el peligro de acabar mal 200 ¨® 300 metros m¨¢s abajo y a veces arrastrados por las fuertes corrientes de agua de los r¨ªos.
El Plan Nacional para el quinquenio que finaliza en 2009 pondr¨¢ en pr¨¢ctica medidas de prevenci¨®n y control, con el objetivo de que el alto ¨ªndice de accidentes se reduzca.
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