El IRA rompi¨® dos veces su tregua antes de firmar la paz en 1998
Un atentado en el centro de Londres con dos muertos ralentiz¨® el proceso de paz irland¨¦s
El atentado de Barajas evoca el estancamiento que padeci¨® en su d¨ªa el proceso de paz de Irlanda del Norte. A las 19.02 horas del s¨¢bado 10 de febrero de 1996, una bomba de media tonelada escondida en un cami¨®n estall¨® en la estaci¨®n de tranv¨ªa de South Quay, en los Docklands, en el nuevo barrio financiero de Canary Wharf, en Londres. La bomba, que mat¨® a dos personas, puso fin a 17 meses de alto el fuego del IRA. Tras nuevos atentados, el IRA decretar¨ªa un nuevo y definitivo alto el fuego el 20 de julio de 1997, que dar¨ªa paso a los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998.
La interpretaci¨®n general de esos atentados es que el IRA no buscaba matar, sino avisar al Gobierno de Londres de que a¨²n pod¨ªa hacerlo si quer¨ªa. Eran m¨¢s una exigencia de conversaciones de paz que un retorno a las armas.
El primer alto el fuego del IRA hab¨ªa llegado el 31 de agosto de 1994. Era consecuencia de la llamada Declaraci¨®n de Downing Street publicada por los gobiernos de Londres y Dubl¨ªn el 15 de diciembre de 1993, que abri¨® las puertas a una soluci¨®n negociada al conflicto de Irlanda del Norte. Tras diversos estancamientos en las conversaciones mantenidas entre bastidores, el IRA decidi¨® romper el alto el fuego inmediatamente despu¨¦s de la publicaci¨®n del manifiesto del mediador norteamericano, el ex senador George Mitchell, que impon¨ªa seis condiciones para la participaci¨®n de los grupos pol¨ªticos en unas conversaciones formales de paz.
El manifiesto provoc¨® interpretaciones opuestas entre los republicanos y el Gobierno brit¨¢nico, encabezado entonces por John Major, y la respuesta del IRA fue romper el alto el fuego y hacerlo en territorio ingl¨¦s, amenazando sobre todo intereses econ¨®micos. Es una t¨¢ctica que los republicanos ya hab¨ªan puesto en marcha anteriormente, en 1993, cuando una bomba con una tonelada de fertilizante estall¨® a las 7 de la ma?ana del 24 de abril de 1993 en Bishopsgate, en el coraz¨®n de la City de Londres, a unos cientos de metros de la sede del Banco de Inglaterra, provocando da?os enormes. Aquel atentado, como el que el 10 de febrero de 1996 sacudir¨ªa el Canary Wharf, ocurri¨® en s¨¢bado, cuando los barrios financieros est¨¢n desiertos. En Bishopsgate murieron dos personas, pero la polic¨ªa admiti¨® que un fallo humano hab¨ªa retrasado la operaci¨®n de alerta puesta en marcha tras recibirse el aviso de bomba enviado por el IRA a dos medios de comunicaci¨®n.
La bomba de los Docklands provoc¨® una gran conmoci¨®n en la opini¨®n p¨²blica. El IRA hab¨ªa conseguido trasladar a Inglaterra la sensaci¨®n de miedo que durante a?os hab¨ªan sufrido pueblos y ciudades de Irlanda del Norte. La campa?a terrorista alcanzar¨ªa un nuevo ¨¦xito publicitario el 15 de junio de ese mismo a?o, 1996, cuando otra enorme explosi¨®n literalmente destroz¨® el centro comercial de Manchester. La bomba, de 1,5 toneladas, estaba de nuevo escondida en una camioneta. La magnitud de la explosi¨®n pudo apreciarse 10 a?os despu¨¦s, cuando la polic¨ªa difundi¨® las im¨¢genes del atentado grabadas desde un helic¨®ptero. Los destrozos fueron tan grandes que Manchester edific¨® el centro comercial de nueva planta a partir de las ruinas provocadas por el atentado del IRA, que no provoc¨® v¨ªctimas mortales.
Ni el atentado de 1994 ni los de 1996 supusieron el fin del proceso de paz; m¨¢s bien ayudaron a extender la sensaci¨®n de que aunque el IRA no pod¨ªa ganar la guerra, ten¨ªa capacidad para prolongarla durante mucho tiempo si era necesario. El tama?o de los atentados y los puntos neur¨¢lgicos elegidos para cometerlos dieron a entender tambi¨¦n que la banda terrorista ten¨ªa capacidad para provocar un ba?o de sangre si esa era su voluntad. El 20 de julio de 1997, tras recibir el proceso de paz un impulso decisivo con la llegada de Tony Blair al poder, el IRA decret¨® un nuevo alto el fuego, que ser¨ªa el definitivo.
El Viernes Santo de 1998 se firmaron los acuerdos de paz y el verano de 2005, tras un tortuoso camino lleno de sobresaltos pol¨ªticos, el IRA inutiliz¨® todos sus arsenales y renunci¨® p¨²blicamente a la lucha armada. Aunque las crisis institucionales son el pan de casi todos los d¨ªas en el Ulster, el terrorismo del IRA ya es historia.
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