Padres e hijos comparten el mando

"?Pap¨¢, deja de jugar con la videoconsola!", es una de las frases de nuevo cu?o que probablemente cada vez se usar¨¢ m¨¢s. Ya est¨¢ aqu¨ª la generaci¨®n de j¨®venes progenitores que tienen la capacidad de comprender y compartir con sus hijos esta forma de entretenimiento electr¨®nico. Conocen perfectamente las ventajas y riesgos que comporta su utilizaci¨®n y, al contrario de lo que ven¨ªa sucediendo hasta ahora, no existe el tradicional rechazo generacional por el simple hecho de ser un tipo de ocio nuevo y desconocido.

Un estudio de h¨¢bitos realizado por GFK Group sobre mil entrevistados en 2005 demostr¨® que el 19% los usuarios juega acompa?ado por familiares, hecho que corrobor¨® el informe La Influencia del videojuego en la conducta de los usuarios, realizado por la Universidad Europea de Madrid que concluy¨® que la mitad de los menores de seis a?os juega con sus padres.

La mitad de los chavales menores de seis a?os juega con sus familiares adultos

Santiago Lamelo es un coru?¨¦s de 36 a?os que prefiere el ordenador a la televisi¨®n para pasar el rato con su hijo de 5 a?os. "Solemos correr aventuras con Pirates II, es un juego muy sencillo que adem¨¢s te mete de lleno en un mundo de aventuras, piratas, islas misteriosas, exploraci¨®n, descubrimiento de tesoros, salvar a los buenos, etc¨¦tera. Cosas que para un ni?o son muy atractivas. Es como hacerle participar en uno de esos cuentos que le leemos por la noche", explica. "Es una manera de meterlo en una aventura sin llegar a usar la tele, que es totalmente pasiva y sin posibilidad de aportar nada. Con el videojuego, mi hijo decide a d¨®nde quiere ir y qu¨¦ quiere hacer, siempre conmigo a su lado y explic¨¢ndole las cosas para que las entienda. Es curioso c¨®mo detecta perfectamente qu¨¦ est¨¢ bien y qu¨¦ est¨¢ mal", dice.

Al margen de los m¨¢s peque?os de la casa, es obvio que empieza a haber un n¨²mero creciente de pre-adolescentes y adolescentes que echan partidas junto a sus progenitores.

"Los padres de los videojuegos", como gusta llamarles el psic¨®logo Juan Alberto Estall¨®, "superan el estadio de padres para convertirse en colegas de sus hijos cuando comparten esta afici¨®n". Sin embargo, afirma el autor del libro Videojuegos, juicios y prejuicios (Planeta, 1993), no es lo mismo que si ambos fueran aficionados a los trenes en miniatura, donde el conocimiento suele ir de arriba abajo, sino que, con los videojuegos, los hijos ven en estos padres experimentados a un competidor a la misma altura al que se puede retar de la misma forma que se juega contra un amigo. Para Teresa Vida, educadora especialista en juegos de la empresa Marinva, ¨¦stos progenitores tienen mucha ventaja frente a los que jam¨¢s han tenido contacto con los videojuegos, tanto en la toma de decisiones para la compra, como en la mejora de la educaci¨®n en la responsabilidad de uso. "Empleados de forma inteligente, es una buena forma de transmitir valores, puede ayudar a aceptar debilidades y habilidades como simples diferencias sin que por ello se sea mejor o peor persona", explica. Su consejo es no dejar ganar siempre a los hijos, as¨ª aprenden a aceptar el azar y desarrollan una defensa ante la frustraci¨®n. Marinva est¨¢ organizando talleres de iniciaci¨®n a los videojuegos para adultos -a los que se apuntan madres en un 80%- para descubrir qu¨¦ provecho le pueden sacar para mejorar la relaci¨®n afectiva familiar.