Un estudio encuentra relaci¨®n entre la obesidad y las bacterias del intestino
Los enfermos tienen un desequilibrio microbiano que les hace absorber m¨¢s calor¨ªas
La obesidad puede ser tambi¨¦n una cuesti¨®n microbiana. Una reciente investigaci¨®n ha abierto una puerta que puede conducir a un nuevo enfoque de la obesidad. Si los estudios preliminares en humanos y ratones se confirman, algunas bacterias intestinales podr¨ªan ser biomarcadores, mediadores y posibles objetivos terap¨¦uticos en la guerra contra la epidemia mundial de obesidad.
En dos estudios publicados recientemente en la revista Nature, los cient¨ªficos afirman que la abundancia relativa de dos de los grupos m¨¢s comunes de bacterias intestinales est¨¢ alterada en humanos y ratones obesos. Secuenciando los genes presentes en las comunidades microbianas del intestino en ratones obesos y delgados, y observando los efectos resultantes de trasplantar estas comunidades a ratones carentes de g¨¦rmenes, los investigadores han demostrado que la flora microbiana obesa tiene una mayor capacidad para cosechar calor¨ªas de la dieta.
Los expertos plantean manipular la flora intestinal para regular el equilibrio energ¨¦tico
El mismo plato de legumbres no produce la misma cantidad de calor¨ªas para todos
"La cantidad de calor¨ªas que aporta la dieta y la cantidad de calor¨ªas que se queman haciendo ejercicio son determinantes clave de la tendencia a estar obeso o delgado", comenta el investigador Jeffrey Gordon, director del Center for Genome Sciences de la Universidad Washington en Saint Louis (EE UU). "Nuestros estudios dan a entender que las diferencias en la ecolog¨ªa microbiana de nuestro intestino pueden determinar cu¨¢ntas calor¨ªas podemos extraer y absorber de nuestra dieta y depositar en nuestras c¨¦lulas grasas".
Es decir, el mismo bocadillo o el mismo plato de legumbres no produce la misma cantidad de calor¨ªas para todo el mundo. La gente podr¨ªa extraer una cantidad ligeramente superior o inferior de energ¨ªa de una raci¨®n dependiendo de su colecci¨®n de microbios intestinales. "Las diferencias no tienen por qu¨¦ ser grandes, pero en el transcurso de un a?o, los efectos pueden acumularse", dice Gordon.
En el intestino humano hay billones de microbios buenos, que ayudan a digerir la comida que el cuerpo no puede procesar por s¨ª solo, como los az¨²cares complejos de los cereales, la fruta y las verduras. Como parte del proceso digestivo, los microbios descomponen los nutrientes para extraer calor¨ªas que pueden almacenarse en forma de grasa.
Los investigadores se centraron en dos grupos principales de bacterias, bacteroidetes y firmicutes, que juntos constituyen m¨¢s de un 90% de los microbios intestinales, tanto de ratones como de humanos. En un estudio anterior se comprob¨® que los ratones obesos presentaban un 50% menos de bacteroidetes y una proporci¨®n mayor de firmicutes. En uno de los estudios, Ruth Ley, ec¨®loga microbiana del grupo de Gordon, realiz¨® un seguimiento de 12 pacientes obesos en una cl¨ªnica de adelgazamiento durante un a?o. A medida que los pacientes perd¨ªan peso, la abundancia de bacteroidetes aumentaba y la de firmicutes disminu¨ªa, independientemente de la dieta que siguieran.
En el otro estudio, Peter Turnbaugh, un estudiante de posgrado del laboratorio de Gordon, compar¨® los genes presentes en las comunidades microbianas del intestino de los ratones obesos y delgados. Los resultados revelaron que el genoma de la flora microbiana de los animales obesos ten¨ªa una mayor capacidad para digerir polisac¨¢ridos, o carbohidratos complejos. Y al transferir la flora microbiana del intestino de ratones obesos y delgados a ratones que se hab¨ªan criado en un entorno est¨¦ril (animales carentes de g¨¦rmenes), Turnbaugh confirm¨® que la comunidad microbiana obesa propiciaba un aumento significativamente mayor de grasa en los receptores.
Gordon se?ala que estos hallazgos representan un paso en un largo camino dise?ado para comprender las contribuciones de los microbios a nuestra salud. "El n¨²mero de nuestras c¨¦lulas microbianas supera hasta en 10 veces al de c¨¦lulas humanas, y pueden contener 100 veces m¨¢s genes que nuestro genoma humano", se?ala Gordon.
Seg¨²n Gordon, estos estudios plantean varios interrogantes interesantes: "?Est¨¢n algunos adultos predispuestos a la obesidad porque parten con menos bacteroidetes y m¨¢s firmicutes en el intestino?", pregunta. "?Pueden las caracter¨ªsticas de una comunidad microbiana enriquecida y con unos bacteroidetes y firmicutes reducidos pasar a formar parte de nuestra definici¨®n de un estado obeso o convertirse en un indicador diagn¨®stico de un mayor riesgo de obesidad? ?Y podemos manipular intencionadamente nuestras comunidades microbianas intestinales de forma segura y beneficiosa para regular el equilibrio energ¨¦tico?".
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