C¨¢maras, acci¨®n
Tan inconmensurable ha sido la atrocidad de ETA en Barajas que sin la intervenci¨®n de las c¨¢maras costar¨ªa de creer. Pasen y vean, tambi¨¦n, el cinismo con que lloriquean ahora ante los objetivos los ejecutores de Sadam mientras se quejan de la "indignidad" de quien grab¨® y difundi¨® un ahorcamiento perpetrado, encima, en medio de una bronca tabernaria. ?En serio pretenden que creamos que son im¨¢genes piratas y no consentidas, pese a estar obtenidas en un recinto y contexto de alta seguridad? Hablemos de c¨¢maras m¨¢s cercanas: ?Tendr¨¢ segundas el "obsequio" navide?o del promotor Enrique Ortiz a la subdelegada alicantina del gobierno? El din¨¢mico empresario (imputado junto con el alcalde en el "caso de los aparcamientos") envi¨® a Etelvina Andreu una c¨¢mara digital que ella ha mandado inventariar como patrimonio del Estado. Una decisi¨®n que, imagino, responde a la obligaci¨®n de parecer honrada, adem¨¢s de serlo como sin duda lo es. Tambi¨¦n podr¨ªa basarse en un c¨¢lculo muy femenino por esencialmente pr¨¢ctico: quiz¨¢ en alg¨²n momento el Estado, o las gentes a su servicio, necesiten registrar las fechor¨ªas de cualquier forajido, y ya sabemos que el susodicho Estado no anda tan sobrado en megap¨ªxeles como cualquier constructor medianamente exitoso (Queridos Reyes Magos: traed algunos GPS de esos que tanto nos estamos regalando los "particulares", para que los coches de polic¨ªa no se pierdan por las calles y por las nuevas urbanizaciones, justo cuando m¨¢s prisas llevan)
Hablamos de c¨¢maras porque hay que ver c¨®mo adelantan las t¨¦cnicas del espionaje. Las grabaciones top del a?o resultan ser no s¨®lo "audios", sino que tambi¨¦n vienen acompa?adas por im¨¢genes robadas e incluso ya emitidas. La trama de X¨¤bia, se titula el culebr¨®n cuyo primer cap¨ªtulo fue el presunto ofrecimiento de Fomento de Construcciones y Contratas de 600.000 euros a los partidos a cambio de la concesi¨®n de las basuras. La segunda entrega la protagonizar¨ªa la otra empresa aspirante, Cespa, que no se estira tanto pero ofrece "ayudar" en la campa?a electoral. Ambos episodios han sido registrados con discreci¨®n por los concejales a los que se pretend¨ªa tocar (t¨¦rmino al parecer sin¨®nimo de tantear e inmediatamente anterior al cl¨¢sico y m¨¢s pringoso untar) porque no s¨®lo conviene inmortalizar los cumplea?os y las bodas, bautizos y comuniones. Lo malo es que sirve de poco el trabajo de la c¨¢mara oculta con corruptos y corruptores si luego no es bendecido por la autoridad judicial competente (recordar aqu¨ª c¨®mo acabaron en el cubo de la basura ciertos comentarios telef¨®nicos de Eduardo Zaplana sobre comisiones y v¨¢lvulas)
En Ca Revolta se est¨¢ tramando un largometraje llamado Ja en tenim prou, realizado en base a las aportaciones de colectivos c¨ªvicos y culturales que argumentar¨¢n en v¨ªdeos por qu¨¦ hay que librarse del PP en las pr¨®ximas elecciones. Ser¨¢ al estilo de Hay motivo o del gallego Hay que botarlos. Y es posible que una vez acabado alguien lo cuelgue en You Tube, ese puntazo en Internet con cientos de miles de filmaciones caseras que acaba de costar una fortuna al gigante Google. Tanta pel¨ªcula quiere decir que parte de la humanidad se est¨¢ "realizando" con una c¨¢mara o similar en la mano, de forma m¨¢s o menos creativa, informativa o gamberra (nada que objetar al capricho y la afici¨®n, que peor ser¨ªa gast¨¢rselo en drogas, o en concejales. Siempre que no se pretenda que los reportajes de aficionados son sin¨®nimo de libertad informativa o de expresi¨®n)
Para rematar esta loa escrita al audiovisual, rendir un sentido homenaje a cierta hero¨ªna: la c¨¢mara que grab¨® el mensaje de fin de a?o al Molt Honorable. Hay que estar hecha de un metal muy noble y poseer nervios de acero para no sucumbir ante tanta trola y vacuidad, para trabajar sin un pesta?eo, ni un desenfoque, sin que te tiemblen las patas del tr¨ªpode. Chapeau por el temple de un objetivo, ejemplo de autocontrol, que logr¨® no re¨ªr, ni llorar mientras una "entrevistadora" de carne y hueso cabeceaba con reverencia en alarde digno de pasar a los anales del periodismo inquisitivo. Que nadie se atreva a negarlo: las sufridas c¨¢maras de Canal 9 estaban all¨ª.
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