12.000 juguetes para so?ar
El Museo Verbum de Vigo re¨²ne las joyas de la colecci¨®n Chaves
Cuando Shigeyosi Inque, director del Museo Japon¨¦s del Juguete, conoci¨® la colecci¨®n del vigu¨¦s Antonio Chaves, seguramente se qued¨® tan impresionado como los cientos de visitantes que desde hace unos d¨ªas la han recorrido en el Museo Verbum de Vigo. Claro que Inque dirige el mejor museo juguetero del planeta, y su admiraci¨®n por la colecci¨®n de Chaves es el mejor elogio que nadie pueda hacerle.
Ahora, una selecci¨®n de juguetes espa?oles de la d¨¦cada de los a?os veinte y treinta se exhibe en Jap¨®n. A cambio, quienes visitan el Verbum conocen m¨¢s de cerca las tradiciones japonesas, fuertemente reflejadas en sus juguetes. Como en la figura de Hatasaku-No-Uma, un guerrero legendario que en Vigo se ha convertido en papel de arroz.
Son parte de las m¨¢s de 12.000 piezas que Antonio Chaves ha reunido en 20 a?os. Toda una vida dedicada a su pasi¨®n, los juguetes antiguos, aglutinada en la Fundaci¨®n Raquel Chaves, llamada as¨ª por una hermana que muri¨® de ni?a, y a la que no lleg¨® a conocer.
Pero ahora, Chaves ha conseguido por fin un lugar para ense?ar sus juguetes, el Verbum de Vigo, un espacio infrautilizado que, de este modo, ha conseguido un interesante reclamo para incrementar sus visitas. "Pero en esta sala no est¨¢ expuesto ni la mitad de lo que tengo", se apresura a aclarar Chaves. Aun as¨ª, la colecci¨®n se antoja al visitante impresionante. S¨®lo entrar, una caja de mu?ecas del siglo XIX da la bienvenida. Las paredes est¨¢n desconchadas, "prueba de que se jug¨® con ella". Chaves explica que estas casas eran tan caras que las ni?as no sol¨ªan jugar con ellas, por eso en Vigo pueden admirarse otras en impecable estado.
Unos metros m¨¢s all¨¢ se puede analizar la evoluci¨®n social de la mu?eca espa?ola, desde las primeras, hechas en piedra en el siglo XVIII, hasta las t¨ªpicas peponas de cart¨®n piedra. No lucen demasiado junto a la m¨ªtica Mariquita P¨¦rez, la reina de las mu?ecas. Las ni?as que jugaban con esta reliquia eran enormemente afortunadas: costaba cien pesetas. "En aquella ¨¦poca, el coste anual de las clases en un colegio de ni?as era de 144 pesetas", explica Chaves.
Para competir con Mariquita P¨¦rez sali¨® al mercado Gisela, otra car¨ªsima mu?eca. "Lleg¨® un momento en el que, seg¨²n la mu?eca con la que jugaba una ni?a, pod¨ªa detallarse su posici¨®n social", afirma Chaves.
El coleccionista destaca la parte antropol¨®gica de su colecci¨®n, por ejemplo el apartado dedicado a objetos t¨ªpicos de la infancia de las primeras d¨¦cadas del siglo XX. Algunos objetos son m¨¢s cercanos, como la inolvidable lata de Cola Cao, pero otros... "Esto es una planta de adormidera, opio", revela Chaves se?alando un bote de cristal, "con la que se hac¨ªa una infusi¨®n en la que se mojaba el chupete del beb¨¦ en muchas zonas de las dos Castillas y Extremadura. Ya lo hac¨ªan los romanos".
Recorrer la colecci¨®n de juguetes permite volver al pasado a varias generaciones. Los mayores recordar¨¢n los Frailes Sabios de Borr¨¢s, que comenzaron a comercializarse a finales del siglo XIX y estuvieron vigentes gran parte del XX. Sus hijos recordar¨¢n otras cosas de esta empresa, como el inolvidable juego de Magia Borr¨¢s.
Muchos ancianos ver¨¢n una naranja y entender¨¢n por qu¨¦ est¨¢ en la sala: durante mucho tiempo, hasta la d¨¦cada de los sesenta, en todos los hogares espa?oles se acostumbraba a dejar una de regalo en Navidad. Dec¨ªa la leyenda que ven¨ªa del huerto de San Nicol¨¢s.
La Historia va avanzando en la exposici¨®n hasta encontrar una interesante parte visual en la que junto a las linternas m¨¢gicas conviven los "cine exin". Pero tanta modernidad no puede con la pieza posiblemente m¨¢s hermosa de la vitrina, un estereoscopio del a?o 1901 en el que pod¨ªan verse fotos en tres dimensiones.
No hay nada que la imaginaci¨®n recuerde que falte en esta colecci¨®n. Los amantes de los juguetes de hojalata sin duda se emocionar¨¢n ante el Bugatti de la empresa espa?ola Pay¨¢, "posiblemente la mejor pieza de hojalata de Espa?a", explica Chaves. Aclara que de las cinco empresas jugueteras del mundo que han superado los cien a?os dos son espa?olas, una es Pay¨¢ y la otra Borr¨¢s.
Hay cientos de cosas m¨¢s que admirar, la exposici¨®n es vast¨ªsima: incluye mecanos (entre ellos, el m¨¢s peque?o del mundo), canicas, yoy¨®s, juegos h¨ªpicos... S¨®lo queda preguntarse, al dejarla atr¨¢s, c¨®mo esta colecci¨®n de tesoro ha podido vivir en Vigo tantos a?os en la oscuridad.
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